Risen – Nintendo Switch (Análisis)

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A elevarnos.
  • Un cumplidor port.

Risen” es un tipo de juego muy específico: un port para Nintendo Switch de un juego que salió hace ya varios años para la Xbox 360, y que se siente y juega tal y como uno esperaría se fuera a sentir y jugar un título de aquellas características. Es decir, es, evidentemente, un juego del 2009,  con todo lo que ello implica. Para gamers de cierta edad —como vuestro servidor—, eso no es algo malo. Pero si son jugadores más jóvenes, o están buscando algo un poco más contemporáneo —por más de que, para estándares de un juego antiguo, “Risen” haya envejecido bastante bien—, mejor ni se animen a probarlo.

Uno controla a un personaje sin nombre que termina varado en la isla ficticia de Faranga. Es así que uno tiene que decidir si unirse a los Bandidos —gran nombre— a la Inquisición —estos últimos, curiosamente, fueron los responsables de destruir el barco del protagonista—, o a un grupo de Magos. No importa a quien elijan, uno tiene que terminar yendo a un Templo que lo lleva a un volcán activo en la isla, el cual supuestamente tiene a su interior a los Titanes —unos seres antiguos que nuestro antagonista, llamado Mendoza (huh), quiere controlar. Es un juego de fantasía, entonces, desarrollado a través de las características típicas de un RPG de acción… y especialmente, de un RPG acción de la década de los 2000.

Ahora bien, como ya se dio a entender líneas arriba, “Risen” es un port. No es un remaster ni un remake. Por lo que, lógicamente, no deben esperar que luzca como un juego moderno, si no más bien como un producto del pasado. Y es ahí donde entra a tallar el elemento generacional al que me refería anteriormente. Si no le tienen paciencia a los juegos de gráficas un poco cuadradonas y mundos abiertos algo vacíos, entonces la pasarán mal con “Risen”. Pero si creen, más bien, como buena parte de mi generación, que dicho look tan específico de hace dos generaciones de videojuegos tiene su encanto, pues disfrutarán de como luce “Risen”. De hecho, si es que le tienen algo de cariño a aquellas épocas, les generará una sensación palpable de nostalgia.

Y evidentemente, al ser un juego algo antiguo, corre bastante bien en la Nintendo Switch. Me encontré con muy pocos bugs y glitches, la mayoría de ellos relacionados a las gráficas o al sky box, los cuales estoy seguro podrán ser arreglados con parches. Y todo aspecto técnico, desde las animaciones hasta el renderizado de los modelos,  y por supuesto, el aspecto sonoro, funciona tal y como debería funcionar. Es decir, como un producto de su época, pero como un producto de su época bien hecho. Súmenle a eso un framerate suficientemente consistente, y “Risen” se termina sintiendo como un port hecho con dedicación. Quizás no es perfecto, pero tampoco es que se pueda considerar como uno de los peores ports que se puedan probar en la Nintendo Switch.

¿Pero qué hay del gameplay? Bueno, uno puede explorar esta isla con cierta libertad, aunque con algo de cuidado al inicio —de lo contrario, uno se puede encontrar con enemigos demasiado fuertes u obstáculos algo complicados de superar. Adicionalmente, si uno se dedica a seguir la historia o simplemente entender las pistas que el juego le da para saber a dónde ir a continuación, la debería pasar bastante bien. Evidentemente es un estilo de diseño de juego algo anticuado, el cual podría frustrar a ciertos jugadores, pero honestamente —y al menos en este caso—, funciona. “Risen” no es un título de mundo abierto de la misma manera que un “Zelda: Breath of the Wild” o un “The Witcher 3”, pero no tiene por qué serlo. Es distinto, y dentro de su propio estilo, resulta entretenido.

Ahora bien, como el mundo por el que nos movemos es relativamente pequeño, “Risen” logra justificar su duración relativamente breve. Lo que tenemos acá es un RPG de acción de unas treinta horas, lo cual es, para estándares contemporáneos, bastante corto. ¿Pero saben qué? Como un millennial que tiene que trabajar y que tiene horas contadas a la semana para jugar, esto es prácticamente ideal. Súmenle a eso un sistema de batalla algo básico pero satisfactorio —con todo y armas y movimientos estereotípicos del género—, y “Risen” se convierte rápidamente en un ejemplar promedio del género. Nada increíblemente original, y sin embargo, muy satisfactorio de jugar y pasar.

No me canso de mencionarlo: “Risen” no es un juego para todo el mundo. Sospecho que los jugadores mayores los apreciarán más, gracias a sus sensibilidades más bien old-school… lo cual, por supuesto, no quiere decir que no vayan a haber gamers más jóvenes que la pasen bien con el título. Pero algo me dice que serán la minoría. Para divertirse con “Risen”, hay que considerar su edad, y el hecho de que se siente algo anticuado en ciertos aspectos… o más bien, algo clásico, ya que no considero que sea una mala experiencia. Si quieren algo súper moderno y súper ágil, pues, “Risen” no es una buena opción. Pero el juego nunca pretendió ser eso; y mucho menos si tomamos en consideración que no es más que un simple port. ¡A ver si las cosas cambian cuando, eventualmente, se animen a hacer un remake!

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por THQ Nordic.



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  • Un cumplidor port.
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