Kirby and the Forgotten Land – Nintendo Switch (Análisis)

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9.4
¡No lo olvidarán!
  • Kirby es lo máximo.

La gente de HAL Laboratory se demoró un poco, pero por fin han logrado traernos la primera aventura en 3D de Kirby. Y aunque “Kirby and the Forgotten Land” no es precisamente un título de mundo abierto, con un control súper preciso de la cámara y niveles enormes, igual se siente como una clara evolución de la franquicia. Después de todo, se trata de la aventura más encantadora de la pelota rosada hasta ahora; un juego que, a pesar de ser bastante sencillo de terminar —evidentemente está dirigido a un público joven—, logra atrapar al gamer gracias a la creatividad que respira constantemente, el sistema de combate profundo y entretenido, y en general, una sensación de que se está probando algo distinto y colorido. En pocas palabras: es todo lo que uno podría esperar de un nuevo juego de Kirby.

A nivel narrativo, “Kirby and the Forgotten Land” es un juego increíblemente simplista… pero hey, nadie prueba un juego de Kirby por la trama, ¿no?. Es igual que los juegos de “Super Mario”: la historia no es más que una excusa para desarrollar una estilo de gameplay increíblemente creativo y divertido. En este caso, los Waddle Dees han sido capturados por un villano cuya identidad no pienso revelar acá, y por ende, Kirby tiene que pasar por diferentes niveles, haciendo uso de sus habilidades de copiado y de un nuevo sistema llamado Mouthful, para derrotar a sus enemigos en la Tierra Olvidada, y rescatar a todos los Waddle Dees que se encuentran atrapados en jaulas. Eso es… y no necesitamos nada más, la verdad.

Ahora bien, lo más interesante de “Kirby and the Forgotten Land” es la manera en que la gente de HAL Laboratory ha agarrado todas las mecánicas que conocíamos de juegos previos, y las ha insertado en un juego que, a falta de una mejor explicación, se parece bastante a “Super Mario 3D World”. Los niveles son más bien lineales, y cada mundo cuenta con varios de estos, culminando en peleas con un jefazo, las cuales deben ser desbloqueadas con una cantidad mínima de Waddle Dees rescatados. La cámara no puede ser controlada ni movida de manera manual, y el foco del gameplay está en el combate y en la utilización de habilidades de Kirby, entregándonos una experiencia relajante, perfecta para los jugadores jóvenes, y los mayores que, como yo, no quieran estresarse demasiado con un juego exageradamente retador.

Curiosamente, a pesar de que los niveles son lineales, lo genial es que, dentro de su construcción no tan amplia, igual incitan al jugador a explorar. Esto se debe a que uno tiene que ir viendo por dónde puede encontrar Waddle Dees capturados, tratando de localizar pasajes secretos o elementos que pueden ser manipulados. Además, cada nivel cuenta con diferentes misiones que se deben cumplir —rescatar a todos los Waddle Dees, por ejemplo, o derrotar al Jefe con un arma o poder en particular—, lo cual también le otorga Waddle Dees adicionales a Kirby. Esto es importante, porque uno tiene que tener una cantidad específica de Waddle Dees liberados en cada mundo, para poder desbloquear al Jefe final. Así que, por más de que “Kirby and the Forgotten Land” no sea un juego particularmente retador, igual cuenta con ciertos elementos que lo incitan a uno a prestar un poco más de atención.

Por otro lado, aparte de las misiones principales, el juego cuenta con misiones secundarias que  se van abriendo en los mapas de cada mundo. Estas sirven para que uno practique con los diferentes poderes de Kirby —quizás no son tan retadores como a uno le gustaría (la presión de tiempo no es tan fuerte, y tampoco es necesario obtener un récord de tiempo específico para pasarlas), pero si uno simplemente quiere mejorar, ciertamente se trata de un reto más complicado que el de los niveles regulares. Además, resulta realmente entretenido tener estos espacios pequeños para practicar el plataformeo y la utilización de las habilidades de Kirby.

¿Y qué hay del modo Mouthful? Después de todo, se trata de una de las mecánicas que más resaltaron en el material promocional de “Kirby and the Forgotten Land”. Pues debo decir que, efectivamente, se trata de una excelente adición al canon de Kirby. Básicamente, nuestra pelotita rosada ahora es capaz de tragarse y cubrir a diferentes objetos, desde carros, hasta… máquinas expendedoras (por qué no). Esto sucede durante momentos bien específicos de cada nivel, y resulta en secuencias que le otorgan bastante variedad a la experiencia en general. Además, muchas veces el tragarse a un nuevo objeto lo puede ayudar a uno a encontrar un Waddle Dee enjaulado, por ejemplo, o alguno otro potencial secreto en el nivel.

Otra novedad en “Kirby and the Forgotten Land” es que ahora las habilidades de copiado son mejorables. Entre niveles, uno puede ir a descansar al Waddle Dee Town, y dicho pueblo cuenta con una tienda de upgrades, en la que Kirby usa los power stones que gana en las misiones secundarias o minijuegos ya mencionados. Las mejoras a las habilidades son realmente notables, haciendo que tengan mejor rango, sean más rápidas, o simplemente sean más poderosas. Súmenle a esto las otras áreas a las que uno puede ir en Waddle Dee Town —la casa de Kirby, un cine para ver cutscenes, una tienda de ítems, y hasta una zona de minjiuegos… ¡donde Kirby puede pescar!—, y el pueblo se torna en una de las adiciones más notables de un juego que, ya de por sí, es encantador.

Y parte de ese encanto, justamente, está en su apartado técnico. No, “Kirby and the Forgotten Land” no es una maravilla audiovisual que hará que se les derritan los ojos, pero lo que sí hace, es construir un mundo colorido y visualmente agradable, lleno de detalles y mucha pero mucha personalidad. Dicha personalidad se ve evidente en el mismísimo Kirby, quien cuenta con animaciones fluidas, tanto durante el combate como a la hora de explorar, que lo convierten en un protagonista increíble (o más increíble de lo que ya era antes). Lo mismo pasa con los enemigos, quienes cuentan con acciones y animaciones muy particulares, especialmente antes de que se den cuenta de la presencia de Kirby en el nivel. La música es apropiadamente pegajosa, como se deben imaginar, y el juego en general corre perfectamente an ambas modalidades de la Nintendo Switch.

Nuevamente: puede que “Kirby and the Forgotten Land” no sea el cambio enorme que muchos fanáticos esperaban, con mundos abiertos y la libertad con la que muchos otros títulos modernos cuentan hoy en día. Y sí, algunos niveles y enemigos se pueden llegar a sentir un poco repetitivos, especialmente hacia el final. Pero fuera de eso, no tengo demasiadas quejas respecto a “Kirby and the Forgotten Land”. Lo que tenemos acá es un título verdaderamente encantador, lleno de personalidad y color, que encima hace uso de un sólido sistema de combate y niveles bien diseñados, para atraer tanto a los fanáticos acérrimos de Kirby, como a los jugadores neófitos. Sí, es un juego fácil, pero en este caso, no creo que eso sea un defecto. De hecho, uno la pasa bien con “Kirby and the Forgotten Land” precisamente por lo relajante que puede llegar a ser. No todo tiene que ser complicado y estresante, y mucho menos cuando se trata de un personaje tan adorable como Kirby.



9.4
¡No lo olvidarán!
  • Kirby es lo máximo.
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