Blue Rider – Nintendo Switch (Análisis)

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Blue Rider

$2.49
7.6

Gráficas

7.0/10

Sonido

7.0/10

Gameplay

8.0/10

Controles

9.0/10

Variedad

7.0/10

Pros

  • Y sólido y tradicional shooter
  • Gráficamente cumplidor
  • Controles precisos
  • Jefazos al final de cada nivel
  • Cuenta con un leaderboard

Cons

  • Bastante corto
  • Poca variedad de enemigos
  • Niveles genéricos

Decidí comprarme “Blue Rider” en la eShop de la Nintendo Switch porque estaba en oferta, y porque lo vi como parte de las recomendaciones de varios YouTubers y webs dedicadas a la más reciente consola de Nintendo. Y honestamente, no me arrepiento de mi compra —lo que tenemos acá es un shooter vertical bastante sencillo, que se siente como una experiencia tipo arcade bien noventera. Es una suerte de regreso a una época más sencilla, en donde no necesitábamos tramas complicadas, personajes bien desarrollados, o harto lore para justificar las aventuras de nuestro protagonista. Acá lo que vale es el gameplay —todo lo demás es secundario.

Por ende, no es que pueda dedicarle un párrafo a la trama de “Blue Rider”. ¡No hay trama! Todo lo que deben saber es que uno controla a una navecita, la cual tiene que recorrer diferentes niveles, arrasando con todo lo que se encuentra en su camino. Tenemos enemigos que disparan bolitas láser, torretas, cohetes, puzzles RECONTRA simples que hay que resolver para abrir puertas, y por supuesto, un Jefazo al final de cada nivel, el cual tiene su propio patrón de ataques. Nada más. Es así de sencillo —un shooter como varios que seguramente han jugado antes en otras consolas, pero innegablemente bien hecho y divertido.

Los controles responden bien, lo cual es muy importante en un juego de este tipo. Los shooters en general le exigen mucha precisión al jugador, por lo que contar con controles precisos, valga la redundancia, es muy importante para que la experiencia no se sienta injustamente retadora. Incluso en la dificultad más elevada —aunque “Blue Rider” comienza por default con la más baja—, el juego se siente justo —la curva de dificultad no es demasiado empinada, y como se trata de una experiencia bastante tradicional, no resulta complicado aprender los controles, ni entender, en términos generales, qué es lo que se tiene que hacer o cómo. Es por eso que “Blue Rider” termina siendo tan satisfactorio —si han jugado cualquier videojuego antes, sabrán exactamente qué es lo que tienen que hacer en “Blue Rider”.

Pero regresando a los controles. Uno mueve a la nave con el stick izquierdo y la hace girar con el derecho; utiliza ZR para disparar, ZL para tirar bombas, y L o R para realizar un boost. Y aparte de eso… no hay nada más, Es realmente simple, pero funciona a lo largo de varios niveles. Además, mientras uno va destruyendo a los enemigos, puede ir encontrando upgrades para sus armas, así como algo de vida para poder seguir sobreviviendo. Y aunque no se trata de un bullet hell en el sentido estricto de la expresión, igual uno se tienen que dedicar a esquivar bolitas láser de cuando en cuando, estando atento a su barra de vida, así como a los combos que va acumulando a la hora de destruir varios enemigos seguidos, para poder mejorar su puntaje.

Porque al ser un título estilo arcade, ese es el objetivo principal de “Blue Rider”: mejorar los puntajes, y tratar de ganarle a los primeros puestos en el leaderboard. Para ello, uno tiene que completar los niveles en el menor tiempo posible, tratar de matar varios enemigos seguidos, no morir, acabar con los Jefes sin recibir daño… y mucho más. Y hablando de los Jefes; disfruté mucho de los encuentros con ellos, y hasta un par se me hicieron ligeramente difíciles, especialmente cuando usaban patrones de ataque imprevisibles, o enemigos más pequeños como una suerte de backup, haciendo que hayan más bolitas láser en pantalla. No es nada imposible —en ninguna dificultad—, pero representa un reto suficientemente elevado.

Evidentemente, “Blue Rider” no es un juego perfecto. La mayoría de niveles se parecen bastante entre sí, por ejemplo, y se hubieran visto muy beneficiados por un mapa, o alguna otra manera de hacerlos menos confusos. Y aunque cada zona cuenta con una buena cantidad de enemigos, no es que haya una gran variedad de ellos —al igual que los niveles, se parecen bastante entre sí, y ni siquiera cuentan con ataques o armas particularmente variadas. Y aunque se podría considerar como un detalle pequeño, hay ciertas áreas en donde, sin saberlo, me salí del camino, haciendo que mi nave perdiese muchísima vida. Esto es particularmente injusto si es que sucede justo antes de un Jefe, y considerando que el juego nunca da ningún indicio que ir por esos lugares puede ser dañino para nuestro protagonista.

A nivel técnico, “Blue Rider” es bastante cumplidor. Las gráficas no son las más complejas que jamás haya visto en un juego para la Nintendo Switch, pero son suficientemente coloridas, haciendo uso de modelos detallados, tanto para nuestro protagonista, como para todos los enemigos con los que se encuentra. Los niveles, aunque algo genéricos, no lucen mal, e incluso cuando hay varios contrincantes y balas en pantalla, “Blue Rider” nunca se enlentece. De hecho, “Blue Rider” corre sin mayores problemas, tanto en el modo portátil de la Nintendo Switch, como en el dock para televisión.

“Blue Rider” es una experiencia sencilla pero satisfactoria; un shooter vertical con vista cenital, en donde uno se dedica a destruir a todos los enemigos que pueda, y a ir mejorando su puntaje, tanto en comparación a sus récords previos, como a lo logrado por otra gente en el leaderboard. Sí, el diseño de niveles no es mejor, y sí, los enemigos pudieron —y debieron— ser más variados, pero incluso con todos esos defectos, “Blue Rider” termina siendo una experiencia muy entretenida, y hasta adictiva. Recomiendo conseguir el juego en oferta en la eShop, eso sí —pagando menos de 5 dólares, uno no tendría ninguna razón para quejarse de su corta duración. Después de todo, a veces todo lo que queremos es destruir navecitas y enfrentarnos a Jefazos gigantes.



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