- ¡Muy bien, Mario!
Me demoré un poco, pero tenía que tomarme mi tiempo. Después de todo, no es todos los días que sale a la venta un nuevo juego en 2D (o bueno, 2.5D) de “Super Mario Bros.”, y mucho menos uno que se deshaga del universo de “New Super Mario Bros.”. Pero eso es precisamente lo que ha hecho Nintendo con “Super Mario Bros. Wonder”, uno de los mejores títulos en 2D del plomero bigotón que se hayan hecho, y posiblemente la mejor entrega de la saga —sin contar los títulos en 3D, por supuesto— en casi tres décadas. No es una exageración decir, pues, que se trata del mejor juego que haya salido para la Switch este año, y de las mejores experiencias que haya tenido en dicha consola.
Todo aquello, me imagino, puede sonar como una exageración, pero les garantizo que no lo es. Sí, sí, puede que “Super Mario Bros. Wonder” no reinvente la rueda, o que quizás carezca de algún elemento super enganchante, como seguro lo tienen otros plataformeros de similar corte. Pero lo mejor de “Super Mario Bros. Wonder” es que se siente como una experiencia súper imaginativa, tanto a nivel visual como de gameplay. Mientras que la saga de “New” se sentía súér segura, súper plana, recontra repetitiva —sin ser mala, por supuesto—, en “Super Mario Bros. Wonder” sentimos una explosión de creatividad que se había hecho extrañar por un buen tiempo. Por algo muchos ya manifiestan que el juego les hace recordar a sus infancias con “Super Mario World” para Super Nintendo.
Ahora bien, como se ha dicho ya, “Super Mario Bros. Wonder” no es un juego revolucionario. Más bien, se siente como la MEJOR versión que se podría ver de este estilo de juego, con incontables mejoras a nivel de control, diseño de niveles y hasta animaciones. Resulta encantador, por ejemplo, ver a los personajes moverse, ver cómo reaccionan a los enemigos, como pasan de una animación u otra, y hasta cómo se meten en tuberías. “Super Mario Bros. Wonder” cuenta con muchísimo estilo, el cual me hizo recordar a las mejores películas animadas en 3D que se pueden ver hoy en día, pero sin perder ni la estética n del uso del color que tanto caracterizan a Mario y sus amigos.
Por otro lado, no se puede dejar de mencionar a los Wonder Flowers y sus Badges; es decir, las mayores innovaciones que trae consigo el juego. Básicamente, uno tiene que ir recolectando Wonder Seeds para abrir nuevas zonas, y en cada nivel, se puede encontrar con una Wonder Flower, la cual cambia el lugar de… distintas maneras. Esto, en pocas palabras, hace que hasta el nivel más predecible y menos impresionante del mundo eventualmente se convierta en algo diferente, haciendo que uno se vea motivado a encontrar estas flores. Puede que no suene a mucho, pero creanme cuando les digo que hace toda la diferencia del mundo.
Adicionalmente, tenemos nuevos power-ups, y si han estado siguiendo la publicidad del juego, seguro sabrán de Mario Elefante. Se trata de una nueva forma para Mario que aparece casi desde el primer momento, y que nos da a entender que está ser una aventura algo distinta para nuestro italiano plomero. Además, están los ya mencionados Badges, los cuales te pueden ayudar a descubrir lugares secretos y elementos desbloqueables. Te pueden dar power-ups, también, o quizás un mejor salto, o la posibilidad de poner plataformas en donde antes no las habían. Los Badges traen consigo varias nuevas posibilidades, pero son utilizados de tal manera que nunca llegan a romper el juego ni mucho menos.
A nivel formal, por supuesto, “Super Mario Bros. Wonder” es simplemente maravilloso. Los controles fluyen como mantequilla derretida, haciendo que uno prácticamente nunca sienta que le fallan, o que incluyen momentos injustos o frustrantes. Los niveles, como se ha dado a entender ya, están bellemente construidos, y gracias a los Badges, pueden tornarse bastante imprevisibles. Y en general, “Super Mario Bros. Wonder” logra sentirse como una experiencia ridículamente bien pulida; como la acumulación de años y años y AÑOS de experiencia con el género, como si Nintendo se hubiese propuesto a desarrollar el mejor plataformero posible para su mascota central. Considerando que este es el año en el que, también, salió en cines la primera película de Super Mario, no pudieron escoger mejor momento.
Curiosamente, “Super Mario Bros. Wonder” es de los pocos juegos de la franquicia en incluir modos online —en este caso, la presencia fantasmal de otros jugadores en línea. Uno puede interactuar con ellos y hasta ayudarlos, lo cual le otorga incluso más que hacer al gamer. Además, también tenemos un modo cooperativo local de hasta cuatro jugadores, el cual se puede tornar previsiblemente caótico y entretenido, pero esta ya es una opción bastante más clásica para la serie. En todo caso, me impresionó más lo bien integrados que estuvieron las modalidades online.
En fin. ¿Qué más decir de “Super Mario Bros. Wonder”? Lo que tenemos acá es una experiencia increíblemente divertida, que debería apelar tanto a los máximos fanáticos del plomero de Nintendo, como a aquellos que simplemente estén buscando una sólida experiencia de plataformas. Si el juego destaca, sin embargo, es gracias a lo imaginativo, y bueno, maravilloso que se siente, con un alucinante diseño de niveles, gráficas coloridas y llenas de encanto (no lo mencioné, ¿no? ¡ “Super Mario Bros. Wonder” luce increíblemente bien!), controles perfectos, y un modo online sorprendentemente bien implementado. Es de lo mejor que Nintendo ha hecho con Mario en un buen tiempo (especialmente en 2.5D), y el mejor juego que ha salido para la Switch este 2023. La valla ha sido puesta súper alta —habrá que ver qué es lo que hace Nintendo a futuro para poder superarla.
- ¡Muy bien, Mario!