Inertial Drift – Nintendo Switch (Análisis)

24

Inertial Drift

8

Gráficas

9.0/10

Sonido

8.0/10

Gameplay

8.0/10

Controles

8.0/10

Multijugador

7.0/10

Pros

  • Una propuesta diferente
  • Controles responden bien
  • Varios modos de juego
  • Gráficamente atractivo
  • Corre bien en ambos modos de la Switch

Cons

  • Curva de aprendizaje empinada
  • Solo se puede jugar de a dos
  • Curvas difíciles de detectar

Como ya he mencionado incontables veces en esta web, me encantan los juegos de carreras —amo la sensación de velocidad que un buen título perteneciente a dicho género puede desarrollar, y disfruto enormemente de todo tipo de propuestas, desde las más realistas —parecidas a un simulador—, hasta juegos con estéticas más fantásticas, que hasta pueden incluir poderes sobrenaturales o ítems locos para usar. Un buen juego de carreras, después de todo, con controles precisos, gráficas atractivas, y sólido gameplay, puede terminar siendo extremadamente divertido, especialmente si se juega con amigos y amigas.

Sin embargo, también es cierto que cada vez es mas difícil desarrollar títulos de este estilo que resulten originales —hasta se podría decir que, al menos en un género como el de carreras, se ha visto de todo, ya que hemos tenido juegos así desde la época del Atari 2600 y las primeras arcadias. Es ahí donde una propuesta como “Inertial Drift” entra a tallar. Lo que tenemos acá es un juego con una estética muy particular, pero más importante, con un estilo de gameplay que no había visto antes, más enfocado en el drifting como su nombre lo sugiere— y no tanto en la velocidad o en la simulación. Se trata, pues, de un título ambicioso, que a pesar de no llegar a cumplir con todo lo prometido, tampoco está del todo mal —de hecho, estoy seguro que atraerá a una buena cantidad de gamers (especialmente aquellos que estén buscando una experiencia distinta y original).

Empecemos con lo más original y atractivo de “Inertial Drift”: el gameplay y los controles. Como mencionaba líneas arriba, acá lo más importante es el drifting (no de Tokio). Si uno decide simplemente avanzar sin realizar curvas cerradas, no llegará muy lejos que digamos; de hecho, el stick izquierdo por sí solo se siente algo inútil, haciendo que el carro que uno controla gire muy poco, y de manera frustrantemente precisa. No, lo que uno tiene que hacer en “Inertial Drift” es utilizar el stick derecho, ya sea moviéndolo hacia la izquierda o a la derecha, y combinando con el stick izquierdo —o por sí solo— para derrapar. Se trata de una mecánica novedosa, que reemplaza al ZR o incluso al botón de freno —usualmente el B— para introducir cierta sensación de estrategia y de control más preciso a un juego que, por demás, no resultaría muy original que digamos (al menos en lo que se refiere al gameplay).

Como se deben estar imaginando, sin embargo, es precisamente debido a esto que “Inertial Drift” termina siendo un poco poco accesible… al menos para los estándares del género. Usualmente, un juego de carreras es bastante sencillo y va directo al grano, y por ende, puede ser comenzado por casi cualquier gamer de manera inmediata y sin que tenga que aprenderse los controles. Acá la cosa es distinta. Uno tiene que ir conociendo bien los carros que va utilizando, para saber, eventualmente, qué combinación de botones tendrá que usar para cada tipo de giro —no solamente están los sticks ya mencionados, si no también los botones de aceleración y freno, los cuales también contribuyen a derrapadas muy satisfactorias. Porque cuando un drift funciona, resulta extremadamente entretenido, generando una sensación de satisfacción palpable en el jugador. Eso no es algo que pueda decir de muchos juegos de carrera, a decir verdad.

Es gracias a este enfoque en la estrategia, los controles precisos, y en general, los momentos pequeños, que “Inertial Drift” no se siente como un arquetípico juego de carreras. De hecho, la mayor parte del tiempo, no hay más de dos carros en la pista, ya que uno se termina enfocando más en ganar consigo mismo (por así decirlo), que en ganarle a otros en un Grand Prix o cualquier evento de esa magnitud. Consideren, si no, modos como el de Time Trial o Ghost Trial, que retan al jugador de diversas maneras e individualmente. Lo mismo con el modo Race, en donde uno tiene que competir contra otro carro… y nadie más.

Adicionalmente, en el modo Duel uno también se enfrenta a otro carro, pero va ganando puntos por cada vez que se le adelanta; en Endurance uno tiene que pasar por la mayor cantidad de Checkpoints hasta que se acabe el tiempo, y en Style uno va ganando por el estilo (ja) de derrapes que vaya haciendo. Challenge sirve para desbloquear nuevos carros —por qué no—, y el Grand Prix es ligeramente decepcionante. En vez de ser un modo de torneo como el que uno usualmente encuentra en juegos de similar corte, se trata de un grupo de cinco retos que uno tiene que pasar de una —nada demasiado novedoso ni emocionante. Los modos multijugador, tanto offline como online, más bien, están muy divertidos, aunque me hubiese gustado que fuesen para, aunque sea, cuatro personas, y no solo dos —especialmente en el multijugador offline.

El modo principal, en todo caso, es el de Historia, el cual no me pareció particularmente interesante o emocionante. Es sorprendentemente corto, y los personajes que uno va conociendo no están muy bien desarrollados que digamos —tienen personalidades muy básicas, y el diálogo que recitan es bastante soso. Siendo honestos, nadie juega títulos de carreras por la narrativa, así que tampoco se trata de algo que vaya a arruinar la experiencia en general de jugar “Inertial Drift”. En todo caso, lo que pueden hacer —como yo— es saltearse muchos de estos diálogos e ir de frente a la acción; creanme cuando les digo que no se perderán de nada.

A nivel técnico, “Inertial Drift” es bastaante atractivo. El juego maneja una estética bien de neón, haciendo uso de colores fuertes  —como el morado— que contrastan con fuentes de luz bien implementadas y elementos que resaltan los drifts que uno tiene que realizar, para desarrollar un feeling que me hizo recordar a otros títulos indie, o incluso a clásicos de las Arcadias. El juego, además, corre decentemente tanto en el modo portátil de la Switch como en el dock para televisión —no me encontré con ningún tipo de input lag ni nada por el estilo, lo cual sería gravísimo en un juego como este. Eso sí, por momentos sí me resultó ver las curvas desde lejos en las pistas, lo cual le agrega algo de dificultad innecesaria al juego, y definitivamente extrañé un mapa —no es que dependa de ello, pero el poder ubicarse en cada pista mientras las corre ciertamente hubiese sido una ventaja.

“Inertial Drift” es una propuesta innegablemente intrigante —un juego que trata de innovar en lo que se refiere al gameplay para diferenciarse de los incontables juegos de carreras que existen para la Switch, y que, en términos generales, resulta bastante exitoso. Sí, algunos modos de juego sobran o se sienten demasiado cortos o simplones, y sí, algunos de los elementos gráficos no están particularmente bien desarrollados, pero en general, se trata de un juego intenso, rápido, divertido, y por qué no, bastante original. Puede que no todos se vayan a acostumbrar a las innovaciones de control de “Inertial Drift”, pero quienes se animen a darle una oportunidad, se encontrarán con una experiencia satisfactoria y hasta adictiva. Si están cansados de los juegos clásicos de carrera en la Switch, ciertamente deberían darle una oportunidad a “Inertial Drift”

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por PQube.



Comentarios
Loading...