Dave the Diver – Nintendo Switch (Análisis)

88
9.2
Muy bien, Dave.
  • ¡No hay tiempo para descansar!

Contra todo pronóstico, “Dave the Diver” no es solamente uno de los mejores juegos indie que haya probado en la Switch hasta el momento, si no también de lo mejor que he jugado para dicha consola este año. Seguramente aquellos que ya lo habían probado en PC o Mac en junio ya lo sabían, pero los gamers de consola como Vuestro Servidor recién están siendo testigos de lo maravillosa que puede ser esta experiencia. Mezclando exploración con aventura, una suerte de simulador de restaurante y hasta minijuegos, “Dave the Diver” es el tipo de propuesta que no lo deja a uno aburrirse ni siquiera por un segundo.

La premisa no carece de potencial, el cual, felizmente, es aprovechado al cien por ciento. El Dave del título no es solo un explorador marino, tal y como lo sugiere el título, si no también el dueño de un restaurante, un community manager de redes sociales, y más. Es su trabajo en un restaurante llamado Bancho Sushi, de hecho, el que le permite hacer todo esto —la mayor parte del tiempo, uno lo controla mientras bucea por el agua, buscando peces para usar en el restaurante. Pero uno también se involucra en interacciones con otros personajes, en el manejo de redes sociales, en reparo el restaurante, en servir té, y más.

Es así, pues, que “Dave the Diver” se convierte en una experiencia increíblemente variada —mucha más variada, de hecho, de lo que el nombre del juego podría sugerir. Y a diferencia de otros títulos, que tratan de hacer demasiado con pocos recursos o de forma muy superficial, “Dave the Diver” nunca se queda a medias. Esto ya de por sí es impresionante, pero lo más impresionante, en realidad, es como lo entretiene a uno. Consideren, si no, el que el Blue Hole, es decir, el mar que Dave explora para encontrar peces, cambia con cada sumergida, incluyendo elementos generados al asar para que la experiencia no se torna repetitiva.

O el hecho de que uno tiene diferentes misiones, aparte de conseguir los insumos para la comida. O el hecho de que hay cosas para reparar o platos para preparar en el restaurante. O por supuesto, el que los controles sean realmente buenos —nadar se siente apropiadamente fluido, pero es en las otras situaciones, también, que uno se va dando cuenta de lo bien desarrollado que ha sido “Dave the Diver”. El juego, pues, mezcla una excelente sensación de exploración —uno nunca sabe lo que O cómo encontrará ciertas cosas en el Blue Hole!— con misiones mucho más precisas para mantener el restaurante a flote (hehflote).

Adicionalmente, como para mantener una buena sensación de progreso, “Dave the Diver” incluye varias mejoras y armas para poder realizar las misiones con mayor precisión en el Blue Hole. Tenemos desde armas —por qué no— para cazar a los peces, hasta otros elementos para que Dave se pueda defender, e ítems que pueden ir siendo mejorados. En general, “Dave the Diver” se concentra bastante en las secuencias de buceo, las cuales terminan siendo de lo más importante que tiene el juego para ofrecer. No obstante, una vez que uno regresa al Bancho Sushi, igual tiene que crear el menú en base a lo que se atrapó, servir wasabi y té, y mucho más. En general, el juego hace un excelente trabajo transmitiendo lo caótico que podría ser este estilo de vida, dejando en claro que alguien como Dave casi ni tendría tiempo libre para hacer otras cosas.

Eso sí, me animaría a decir que, si “Dave the Diver” cuenta con algún defecto, éste está relacionado, precisamente, a la naturaleza aleatoria de las sumergidas en el Blue Hole. Básicamente, se trata de una mezcla incómoda entre la generación aleatoria de elementos en el mar, con las misiones bien específicas que a veces hay que cumplir. No es nada demasiado grave, pero a veces sí puede resultar algo frustrante no saber exactamente dónde está el elemento que uno tiene que encontrar, o el hecho de que la configuración del Blue Hole cambie justo cuando uno tiene que encontrar algo específico. No me malogró la experiencia, pero igual es buena idea que lo tenga en cuenta.

A nivel técnico, no tengo queja alguna. La estética que el juego maneja es increíblemente agradable, mezclando colores fuertes, animaciones fluidas y un excelente diseño de personajes e ítems, con un estilo más o menos pixelado que ayuda a que el juego se sienta como una experiencia prácticamente atemporal. Y fuera del aspecto visual, no me encontró con un solo error o glitch —lógico, considerando que no se trata del título más exigente del mundo a nivel técnico, pero igual vale la pena ser mencionado. Tantos los cutscenes como las interacciones con otros personajes son encantadoras, además, lo cual ayuda a que “Dave the Diver” se sienta como una experiencia coherente a nivel estilístico, y muy divertida.

¿Qué más decir sobre “Dave the Diver”? Fuera de las contradicciones entre la naturaleza aleatoria del Blue Hole y las misiones específicas que a veces se nos dan, no le encontré demasiados defectos a “Dave the Diver”. Lo que tenemos acá es una experiencia original, variada, entretenida y visualmente agradable, la cual, como de dijo líneas arriba, no lo deja a uno aburrirse ni por unos segundos. Puede que el nombre no les diga mucho, pero no vale la pena que subestimen a “Dave the Diver” —muy aparte de bucear por el mar, se trata de un juego que lo deja a uno manejar un restaurante y meterse de lleno en una vida caótica, lo cual resulta, a diferencia del mundo real, en una experiencia sumamente adictiva.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Nexon.



9.2
Muy bien, Dave.
  • ¡No hay tiempo para descansar!
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