Windjammers (Nintendo Switch) – Análisis

42

Windjammers

$14.99
8.5

Gameplay

9.0/10

Gráficos

8.0/10

Musica

8.0/10

Dificultad

8.0/10

Multijugador

9.5/10

Pros

  • Nostálgicamente entretenido
  • Controles muy precisos
  • Excelente modo multijugador
  • Sencillo y adictivo
  • Opciones adicionales (¡bordes!)

Cons

  • A veces demasiado simple

Si “Windjammers” parece ser un título clásico de 16 bits… es porque, hasta cierto punto, lo es. Sí pues, se trata de un nuevo juego para la eShop de Nintendo Switch, pero lo que muchos no saben es que comenzó, en realidad, en la NeoGeo, y que originalmente salió a mediados de los años 90. Y bueno, como la Switch no cuenta —todavía— con una Consola Virtual… ¿qué mejor que sacar esa juego en la eShop de frente, como ha sucedido ya en consolas de la competencia? Si disfrutan de los juegos de la vieja escuela, y si están dispuestos a divertirse con una propuesta clásica, pero innegablemente entretenida, tienen que darle una oportunidad a “Windjammers”.

Todo lo mencionado anteriormente es curioso ya que, cuando recibí el código de “Windjammers”, creía que era un juego que trata de emular a los títulos de los años 80. Al menos esa es la sensación que uno obtiene gracias a la publicidad —pero la verdad es que es un juego de los años 80, traído a sistemas contemporáneos, y sin mayores cambios como para que pierda su identidad. Esta estética y estilo ochenteros son lo que le otorgan tanto carisma al juego, y son dos grandes razones para probarlo y divertirse con él.

Pero como debe ser con cualquier videojuego, acá lo importante es, también, el gameplay, y en ese sentido, “Windjammers” no decepciona. Se trata de un título que mezcla elementos de juegos de peleas —como “Street Fighter”— con gameplay de títulos de deportes, lo cual resulta en un producto final bastante original y que, curiosamente, no ha sido copiado tanto como uno esperaría en los últimos treinta años. De repente se debe a que “Windjammers” no es el juego más famoso de la NeoGeo ni mucho menos —se trata de una propuesta que quedó relegada un poco en la oscuridad, y que felizmente está obteniendo una segunda oportunidad para hacerse conocida en sistemas de la actualidad. ¡Ojalá funcione!

Uno control a un atleta con ropa deportiva increíblemente ochentera —ya saben, arte licra y muchos colores fuertes, solo que pixeleados. La idea es utilizar un frisbee y tirárselo al oponente, hasta que el otro no pueda atraparlo. ¿Alguna vez han jugado air hockey? Bueno, es el mismo principio, solo que con personajes tipo juego de pelea. Es un concepto bastante sencillo pero que, contrario a lo que cualquiera podría suponer, resulta en una experiencia realmente entretenida; lo mejor es que ningún encuentro se siente igual al otro, y que el nivel de tensión y emoción se mantiene, en términos generales, bastante alto.

Los controles están implementados a la perfección. Como en el air-hockey, el frisbee rebota entre las paredes de las canchas, razón por la que uno tiene que hacer dashes y, en general, moverse rápidamente para poder devolvérselo al contrincante, y tratar de ganar. Uno puede ir aumentando la fuerza de los tiros, puede hacer ataques especiales —los cuales son bien útiles, y se sienten como extensiones naturales del gameplay— y hasta se puede utilizar el stick para darle una curvita al tiro. El juego no es particularmente complejo, pero contiene suficientes opciones de control como para que la experiencia no se sienta demasiado simplista.

Como suele pasar en este tipo de títulos, a pesar de que uno lo puede disfrutar solo, se aprovecha mejor en el modo multijugador. En este caso, “Windjammers” se puede jugar de hasta dos, lo cual está bien —creo que una opción para cuatro jugadores, por ejemplo, hubiese resultado en una experiencia demasiado caótica (además, siendo un juego para la NeoGeo, tiene sentido que solo se pueda jugar de a dos). El modo online funciona bastante bien, y como los controles son precisos, y la experiencia carece de lag, uno jamás siente que el juego sea injusto hacia el gamer —todo lo que uno necesita para ganar es puro habilidad, nada de suerte.

A nivel técnico, “Windjammers” es todo lo que uno esperaría de un juego en 2D de los años 90. Los sprites son encantadores, y los colores que uno ve en pantalla son variados, y están utilizados de manera perfecta para desarrollar niveles y canchas visualmente atractivos. Tenemos una gran variedad de canchas —desde playas hasta selvas e interiores y exteriores— y aunque la música no es particularmente memorable, complementa muy bien a la acción. Como “Windjammers” no es un juego particularmente exigente —es una suerte de port de un título de los años 90, después de todo— se juega muy bien en ambos modos de la Switch. Ah, ¿y mencioné que viene con muchas variaciones de formato? Uno puede jugarlo en pantalla completa, en 4:3, con bordes, y hasta con una curvatura tipo televisión antigua. ¡Nada mal!

“Windjammers” es una experiencia sencilla y divertida —simboliza todo lo que uno recuerda de los juegos multijugador de la infancia. Las gráficas son coloridas y utilizan muy bien sus sprites, la música es agradable, los controles son extremadamente precisos, y el modo multijugador es incluso más divertido que la campaña principal. Se trata, pues, de un regreso al mundo de los videojuegos de los años 90: si sienten nostalgia por aquella época, la pasarán bien, y si no (porque, de repente, son más jóvenes que yo), igual se divertirán porque “Windjammers” es, en términos generales, una sólida propuesta para la Nintendo Switch.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por DotEmu.

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