Tomb Raider I-III Remastered (Nintendo Switch) – Análisis

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7
Renovado
  • Diseño
  • Jugabilidad
  • Música

Tomb Raider I-III Remastered nos presenta una excelente mejora en el apartado visual de esta clásica trilogía, pero mantiene sus graves problemas en jugabilidad, incluso con sus controles modernos.

Cuando hablamos sobre la historia de los videojuegos, y recordamos aquellos títulos que marcaron un hito en la industria, es imposible no dejar de mencionar la saga de Tomb Raider. Y es que Lara Croft es un personaje que ha quedado marcado en la mente de millones de jugadores alrededor del mundo. No solo estamos hablando de una de las primeras protagonistas femeninas que no le tiene miedo a nada, sino que sus tres primeras entregas sentaron las bases para los juegos del género de acción que llegaría más adelante.

Sin embargo, al ser precisamente uno de los primeros juegos en explorar el género en un nuevo entorno tridimensional, no tenía pulidos algunos aspectos en su jugabilidad. Sus clásicos “controles de tanque” pueden ser muy frustrantes para los nuevos jugadores. Por ello, el paso de los años no le vino muy bien a estas primeras entregas. Es entonces que el estudio Aspyr llega para traernos Tomb Raider I-III Remastered. Este lanzamiento recopila las tres primeras entregas y sus expansiones completamente remasterizadas: Tomb Raider I + Unfinished Business (1996), Tomb Raider II + Golden Mask (1997) y Tomb Raider III + The Lost Artifact (1998).

En este análisis vamos a enfocarnos principalmente en revisar el trabajo de remasterización de Aspyr, por lo que temas como la historia, jugabilidad o diseño de la versión original quedarán en segundo plano.

Una manito de pintura

El primer aspecto más resaltante de Tomb Raider I-III Remastered es, sin duda alguna, el lavado de cara que le hicieron a todo el diseño. Todas las texturas fueron actualizadas, los personajes han sido remodelados y algunos elementos del escenario (que originalmente aparecían como sprites) han sido modelados desde cero. Si bien no estamos al nivel de un juego “Triple A” de la actualidad, se ve y corre bastante bien a 60 fps constantes.

Hay que tomar en cuenta que se ha respetado en su totalidad el diseño original de los juegos. Esto se da a tal punto que se ha incluido la fantástica opción de cambiar los gráficos originales con los modernos con un simple botón. Esto también será del agrado de los puristas, ya que podrán jugar las versiones originales de los años 90. Como archivo histórico es fantástico, ya que conseguir esas entregas en la actualidad no es muy fácil.

Sin embargo, cabe mencionar que esta nueva mano de pintura trae consigo algunos problemas. Para empezar, debido a las limitaciones tecnológicas de la época, el diseño original usaba unos cuadrantes poligonales muy marcados. Entonces, al respetar el diseño original de los escenarios, se termina arrastrando estos problemas a las nuevas texturas, las cuales en ciertas zonas tienen algunos cortes que se sienten antinaturales.

Iluminación y animaciones

Por otro lado, la iluminación presenta muchísimos problemas. Teniendo en cuenta que en la mayor parte de los juegos exploramos zonas como cuevas, templos o lugares recónditos, vamos a tener lugares muy oscuros donde no se ve absolutamente nada. Sin embargo, en las versiones originales, la gran mayoría de esos lugares no eran tan oscuros. Eso afectará también en nuestra habilidad para poder encontrar algunos puntos importantes, como interruptores, ítems o cerraduras.

Para alguien que conoce los juegos y se sabe de memoria todas las ubicaciones no será problema, pero para los nuevos jugadores, puede ser bastante molesto. Eso hará que tengamos que estar cambiando constantemente entre el diseño original con el moderno para poder ver lo que estamos haciendo.

Otro cambio que pudo implementarse mejor fue el diseño del agua. En las versiones originales, tenía una animación que iba de acuerdo al escenario. Por ejemplo si era una corriente rápida tenía un movimiento agitado o si estaba lloviendo se podía ver las ondas de las gotas cayendo. Pero en la versión remasterizada usa la misma animación del agua para todo, perdiendo esos detalles importantes que te generaban una atmósfera más detallada.

Por el lado bueno, ahora los personajes cuentan con animaciones faciales, las cuales incluso sincronizan el movimiento de los labios con los diálogos. Esto logra que las cinemáticas dentro del juego se sientan más reales y que no sean como ver a unos personajes de cartón moviéndose.

Controles: Una prueba a la paciencia

Tomb Raider fue un juego diseñado originalmente para los controles con crucetas, a diferencia de Super Mario 64 que se lanzó ese mismo año. Y es que Nintendo, al desarrollar hardware y software, diseñó la primera entrega tridimensional del fontanero exclusivamente para el stick analógico. Eso permitía un control más libre y preciso, ya que además de dirección, se puede controlar la fuerza del movimiento para caminar o correr.

Todo esto no fué posible en Tomb Raider. Sus controles de tanque son sumamente frustrantes por su imprecisión. Y eso, para un juego de plataformas se puede volver un verdadero reto o tortura. De hecho, me atrevería a decir que sus controles son el principal motivo de que muchos jugadores hayan rechazado o dejado de jugar esta franquicia. Obviamente, existen personas que después de jugar por muchísimas horas, se adaptan y aprenden los secretos para dominarlos, pero no es lo ideal estar sufriendo innecesariamente.

Es por eso que Aspyr incluyó en esta remasterización una opción para cambiar a los controles modernos. Eso nos hace pensar que ahora Tomb Raider se puede jugar perfectamente. ¿No creen?… Pues no. Los controles modernos de Tomb Raider I-III Remastered si solucionan algunos problemas, pero generan otros completamente nuevos. Para empezar, no se incluyó el tema de la presión en el stick para diferenciar caminar o correr. De hecho, para caminar tenemos que mantener presionado otro botón, de lo contrario, si quieres girar a la derecha y solo giras tu stick, Lara dará tremendo paso hacia esa dirección, por lo que si te encuentras cerca a un borde, caerás estrepitosamente.

Combate y nado

Por otro lado, en el combate original, Lara apunta automáticamente a los enemigos. Por lo que si vamos disparando y pulsando hacia abajo, Lara retrocederá disparando sin perder de vista al blanco. Con los controles modernos esto cambia, ya que no será posible retroceder mientras disparamos, porque al presionar el stick hacia abajo, Lara se girará completamente en esa dirección y perderá de vista a su blanco. Creo que hubiera sido más práctico incluir la opción de giro 180° si es que queremos alejarnos de un punto. Es casi como si los desarrolladores de Aspyr no supieran que eso existe.

Otro problema relacionado a los controles es la cámara. La forma en que se ubica, especialmente en los lugares cerrados es muy inoportuna. Además, afectará nuestro control sobre Lara, ya que en ciertos lugares, la cámara se ubica en un punto fijo (al estilo Resident Evil), alterando la percepción de lo que es adelante y atrás en nuestro stick con respecto a Lara, ocasionando nuevamente que los controles no reacción a lo que estamos esperando.

Otro detalle curioso es que los controles de tanque originales me resultaron mucho más cómodos cuando Lara está nadando bajo el agua. Sin embargo, con los controles modernos es muy difícil de controlar porque los movimientos de Lara dependen de la ubicación de la cámara. En otras palabras, malograron lo único que funcionaba bien de los controles originales.

Conclusiones

Tomb Raider I-III Remastered me deja un sabor agridulce. Por un lado, valoro que se haya respetado los juegos originales y que además brinden la oportunidad de jugarlos de esa forma. Por otro lado, la mejora gráfica luce fantástica y le da vida a un juego que no había envejecido nada bien. Sin embargo, a pesar del intento de mejorar los controles y la cámara, sigue sintiéndose con una jugabilidad lenta y pesada.

Incluso uno llega a cuestionarse cómo es que esta franquicia se hizo tan famosa con esos controles horripilantes. Sin embargo, luego de hacer ejercicio de paciencia, podemos apreciar la dimensión de su propuesta, llevándonos a lugares recónditos alrededor mundo (siendo Perú el primer nivel del primer juego), mostrándonos escenarios muy variados y con rompecabezas muy interesantes.

Si bien su ejecución no es 100 % perfecta, es posible corregir algunos de sus problemas con futuras actualizaciones. De hecho, mientras preparaba este análisis, el juego tuvo una actualización que mejoraba la forma de indicar los lugares clave, como objetos o puertas. Eso sí, es necesario urgentemente un parche para corregir un error severo al poner la Nintendo Switch en suspensión: Si dejas el juego abierto y suspendes la consola por unos días, al volver a encenderla, el juego se queda congelado completamente, obligándonos a forzar su cierre y volverlo a abrir.

El espíritu de exploración, aventura y acción está presente en cada momento de estas entregas. De ahí el importante aporte que tuvo para la industria y la influencia que marcó en juegos modernos (como el mismo Uncharted). Es por eso que Tomb Raider I-III Remastered es una gran contribución a la preservación histórica de los videojuegos y un buen ejemplo de cómo debería ser la remasterización de un juego.

Este análisis de Tomb Raider I-III Remastered fue realizado con un código de descarga de Nintendo Switch brindado por Aspyr.



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