Project Nightmares Case 36: Henrietta Kedward – Nintendo Switch (Análisis)

 

¿Tentado a experimentar el terror en tu Nintendo Switch? Pues esta entrega es probablemente lo que estabas buscando. Project Nightmares Case 36: Henrietta Kedward nos brinda una aventura clásica —por el toque del siglo XX en el ambiente— de misterios y experiencias paranormales que nos pondrá los pelos de punta. Tal como dice el nombre, el lore de este viaje será develar los misterios detrás de la escalofriante Henrietta Kedward, desafío que solo los más perspicaces y de corazón fuerte podrán conseguir.

Un dato curioso a tomar en cuenta sobre el juego es que fue desarrollado por los argentinos Claudio Suriano (artista audiovisual) e Ignacio Berge (programador), lo que resulta realmente admirable dada calidad del mismo, pero ya dejaremos esos detalles para después. Este título debutó para PC en 2018 como un acceso anticipado y su versión completa fue publicada en 2021. Tras 2 años de espera, por fin lo tenemos disponible para las consolas de PlayStation 5, Xbox Series, PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch.

Comenzamos con lo primero que nos salta a la vista, el componente gráfico, y es que —a pesar de contar con un equipo de desarrollo tan reducido— los detalles en pantalla, así como las texturas e iluminaciones están decentemente pulidas. Al iniciar el camino esperaba toparme varias texturas con patrones repetidos o diseños que perdían la calidad al expandirse, pero esto apenas es visible en algunos cuadros o pinturas. Ahora, tampoco tendremos gráficos “full HD” comparables a los videojuegos triple A, pero conociendo la naturaleza de la Switch —por su limitada potencia gráfica— esto quizá resulte lo mejor. Aún así, la prolijidad de los elementos del escenario cumple con proyectar perfectamente lo lúgubre y estremecedor de esta casa abandonada.

Ya enfocándonos en estos objetos —tal como se puede apreciar en el arte— hay que aclarar que nos llevan a un universo con un estilo muy similar a las películas de terror en los 80, así que veremos antigüedades por doquier. Además, los diseños de los enemigos —de los que no detallaremos para no dar spoilers— a pesar de no ser tantos sí te hacen helar la sangre por sus perturbadores animaciones que “caen a pelo” con sus apariciones inesperadas. Por último pero no menos importante, hay que realzar la importancia que la iluminación amerita, se juega con este elemento en múltiples escenas para ambientar y hacernos sentir vulnerables en su ausencia, un claro ejemplo son las velas, cuyo rol será clave para sobrevivir durante el inicio de nuestro recorrido.

El lado musical y sonoro es otro apartado que evidencia la pasión que le pusieron los creadores a esta entrega. Empezando con las melodías lúgubres e intensas por tramos, podemos afirmar que estas cumplen muy bien con la misión de complementar los pasajes solitarios y los momentos de alta tensión. En paralelo a esto tenemos los efectos de sonido enfocados en el realismo, un deleite de resonancias que adicionan al ambiente entre los cuales destacamos: el incesante tic tac, el crujido de la madera, los insectos que merodean y por sobre todo: los pasos. Cada pisada que das se siente en el pecho, y que no hay certeza de que el siguiente movimiento te lleve a un próximo evento paranormal o screamer.

Si realmente quieres disfrutar de toda la experiencia inmersiva que este título puede ofrecer —y si eres lo suficientemente valiente claro está— se recomienda utilizar audífonos. Para cerrar esta sección, hace falta mencionar el trabajo en las voces. Por lo general, están bien logradas y ayudan a entender el contexto de la historia, pero siendo un poco más exigentes, así como podemos elegir la versión por idioma de los subtítulos vendría de maravilla también cambiar las voces. Aunque claro, es una opinión meramente subjetiva.

Con respecto a la jugabilidad, el plato más fuerte del videojuego, hay una característica que me ha dejado maravillado. Y es que tras iniciar varias partidas y tratar de aprenderse las ubicaciones de los objetos te llevas la sorpresa de que este esfuerzo no es tan fructífero como parece. Resulta que el escenario se genera de forma procedural, esto quiere decir que las posiciones de los muebles y herramientas a encontrar varían varían en cada partida, lo cual es un plus tremendo para la “rejugabilidad”. Sin embargo, no permitas que esto te distraiga de la historia principal, que aunque sea algo corta para el género —entre 3 a 5 horas de duración—, es necesaria para entender nuestro rol.

Para entrar en contexto, nos pondremos en los zapatos de un voluntario en un proyecto dirigido por un grupo de científicos de eventos paranormales que hacen un descubrimiento por medio de una máquina. Una vez adentrados en el aterrador viaje en búsqueda de Henrietta, podremos interactuar con los objetos de forma bastante intuitiva, aparecerá una pequeña opción sobre nuestra mira que nos revelará qué objetos podremos utilizar, sumado a esto hay puzzles pequeños pero que requieren de algo de ingenio para que puedan ser resueltos.

Adicionalmente, tendremos muchos desafíos secundarios que si bien no son necesarios para completar la trama representan un reto mayor para los más avezados. Aún así, hay que aclarar la razón por la que considero que este juego no está hecho para todos. Y es que al margen de poder tolerar las escenas de terror y poseer un estómago fuerte, hay que tomar muy en cuenta que estamos frente a un título de misterio y supervivencia. De esta forma, huir y buscar pistas son nuestros mejores aliados, así que no esperes contar con armas o formas directas de defenderte de los enemigos más allá de la astucia. Sin embargo, también con una amplia gama de objetos, tales como velas, cuadros, llaves, sal, etc. Cada una de estas herramientas tiene un propósito en específico, por ejemplo, un monóculo que nos deja ver más allá de lo evidente.

Para terminar, corresponde comentar sobre el aspecto técnico. Ese juego no cuenta con recursos pesados que afecten el rendimiento en cuanto a los frames y transiciones de escenarios, por lo que ninguna “caída” o error nos agarró de sorpresa salvo pequeñas excepciones. Sobre los controles, realmente no se está sacando provecho a todos los botones de la consola, muchos no tendrán uso realmente. Aún así, un punto positivo es que son ajustables en cuanto a la sensibilidad, dejándonos elegir en una barra junto a la vibración del mando y los niveles de sonido.

El movimiento de nuestro personaje es bastante simple, no contamos con opciones para saltar o agacharnos como en otros títulos del género, pero esto también tiene su punto positivo al hacernos sentir vulnerables mientras avanzamos. En lo que corresponde al tema del guardado de la partida, esta se hace mediante checkpoints automáticos que no podremos controlar. Lo malo de esto es que tampoco contamos con opciones de save & load o por lo menos tener opción a iniciar más de una partida al mismo tiempo. Para finalizar, en términos generales es un título refrescante del género para nuestros tiempos, la experiencia de juego sí cumple con su objetivo, pero se siente que hace falta algo más para lograr una mejor inmersión. Esto sería el uso del giroscopio, ya que se requiere de precisión para interactuar con determinados objetos y además le sacaría bastante provecho a una de las mecánicas que posee esta consola. Yendo más allá incluso, podríamos soñar con la  implementación de modo VR (realidad virtual), aunque lastimosamente no hay noticias de contar con esta opción en Nintendo Switch —al menos para este juego— me voy con la ilusión de probar el juego bajo este modo en otro consola si es que resulta ser una realidad en el futuro.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Feardemic.

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