Outlast 2 (Nintendo Switch) – Análisis

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Outlast 2

$29.99
8.9

Gráficos

9.0/10

Sonido

9.5/10

Gameplay

9.0/10

Dificultad

8.0/10

Historia

9.0/10

Pros

  • Interesante contenido temático
  • Intrigante historia
  • Atmosférico y terrorífico
  • Grandes momentos de suspenso
  • Impecable a nivel técnico

Cons

  • Inteligencia artificial algo bruta
  • Enemigos aparecen en los peores momentos

El primer “Outlast” es uno de los juegos mas escalofriantes que jamás haya probado. Me demoré meses en terminarlo —estuve jugándolo con unos amigos, de hecho; no me atrevía a hacerlo solo—, y cuando finalmente lo hice, pensé que ese sería el fin de la historia. Pero como mi suerte no tiene límites, aparentemente, recibí el código gratuito para probar la esperada secuela, “Outlast 2” para Nintendo Switch… y el terror regresó, y de manera chocante e inesperada. No me atrevería a decir que esta segunda parte es necesariamente superior a su predecesora, pero ciertamente se trata de una secuela bien hecha que no decepciona.

Las películas de terror no me afectan demasiado —los jump scares me hacen saltar como a cualquiera, pero para que una cinta de dicho género realmente me de miedo, tiene que ser particularmente atmosférica y terrorífica. Consideren películas como “El Conjuro”, “La Bruja” o “Viene de noche”, por ejemplo. Pero en lo que se refiere a los videojuegos, mi reacción es la opuesta; como me meto en la historia, como me identifico con el personaje principal, los juegos de terror me dan muchísimo miedo, por lo que no soy muy bueno jugándolos solo. Y menos si es de noche (tengo que mantener la luz prendida…)

No obstante, creo tener la capacidad de diferenciar un buen juego de terror de uno malo, y “Outlast 2” definitivamente pertenece al primer grupo. Atmosférico, perturbador, y psicológicamente complejo, se trata de un título que se mete debajo de tu piel, y que, a pesar de depender de mucho stealth o de enemigos con inteligencia artificial muy limitada en algunas secciones, realmente logra crear una palpable sensación de horror de la que es difícil deshacerse. No me sorprendería si algunos terminan teniendo pesadillas luego de jugar “Outlast 2”, especialmente si lo hacen metidos en su cama, con la luz apagada, y usando la Switch en modo portátil.

La trama es parte importante de “Outlast 2”, a pesar de que no parece tener conexión alguna con el juego anterior (aunque se asume que ambos juegos de llevan a cabo en el mismo universo). Uno controla a Blake, un camarógrafo que, junto con su esposa, la periodista Lynn, viaja en helicóptero a los desiertos de Arizona, persiguiendo la misteriosa historia de una mujer desaparecida. Como deben imaginarse, sin embargo, las cosas no salen bien; el helicóptero se choca, y Blake y Lynn se separan.

El objetivo del gamer, entonces, es encontrar a Lynn, lo cual será mucho más difícil de lo esperado debido a la presencia de un culto religioso que habita la supuestamente vacía región montañosa de Arizona. Dicho grupo está obsesionado con el sexo y el embarazo, razón por la que se interesan a sobremanera por Lynn. Consciente de que su esposa podría ser asesinada (o peor) en cualquier momento, Blake tiene que hacer todo lo posible por encontrarla y escapar antes de su sufrir las consecuencias de estar tan cerca a tan poderoso —y temible— culto.

A nivel narrativo, “Outlast 2” tiene mucho qué decir sobre los peligros de la obsesión religiosa. Siendo un agnóstico —cada vez más ateo, siendo honesto—, definitivamente me identifiqué con la historia que el juego presenta. No, no se trata de un título anti religión, ni mucho menos, si no más bien de un juego que desarrolla, de manera creíble y lógica, una narrativa que nos presenta lo peligrosa que puede ser la obsesión con la religión, y cómo gente que comenzó con buenas intenciones puede usar la religión para llevar a cabo terribles actos. No se trata de una premisa muy original que digamos, pero está bien desarrollada, y funciona dentro del contexto del juego para presentar momentos verdaderamente escalofriantes y pertubadores.

Además, los temas a los que “Outlast 2” le da tanta importancia son presentados no solo a través de las situaciones en las que Blake se involucra, si no también a través de flashbacks, los cuales demuestran algunos de los eventos traumáticos que nuestro protagonista sufrió de niño cuando estudiaba en un colegio católico. Felizmente tuve la suerte de estudiar en un colegio laico, por lo que no puedo asegurar que “Outlast 2” retrata la realidad de una institución educativa de ese tipo de manera verosímil; lo que sí puedo decir es que dichas secciones ayudan a desarrollar mejor a Blake como ser humano, y a justificar algunas de sus acciones en el presente. Temáticamente, convierten a “Outlast 2” en una experiencia rica y sugerente, la cual, no obstante, jamás parece estar emitiendo algún juicio de valor. No se preocupen, lectores católicos; pueden jugar “Outlast 2” sin sentirse aludidos por los desarrolladores.

Sin embargo, siendo “Outlast 2” un juego, aquí lo que más importa es el gameplay, y felizmente en ese sentido no decepciona. Al igual que la primera entrega, el personaje principal casi no tiene medios para defenderse; cuando un enemigo lo descubre, todo lo que puede hacer es escapar, correr y esconderse. Esto resulta en momentos verdaderamente tensos; el protagonista es una persona 100% vulnerable, que podría ser asesinada en cualquier momento, por lo que la tarea del gamer es asegurarse de que sobreviva, y no tanto acabar con los enemigos que aparecen. “Outlast 2”, al igual que el primer juego, da miedo porque uno se siente realmente solo mientras lo juega; no hay ayuda ni manera de contraatacar. Uno solo puede explorar, tratar de pasar desapercibido, y esperar a que las cosas no salgan mal.

No obstante, la inteligencia artificial de los enemigos no ayuda mucho. Sí, son aterradores, pero en algunos casos esto se debe más a que aparecen en lugares o en momentos injustamente imprevisibles, que a su naturaleza terrorífica. Esto resulta en que muchas secciones del juego dependan del ensayo y error, más que de la habilidad del jugador; uno termina tratando de adivinar en donde aparecerá el siguiente monstruo, o muriendo una y otra vez hasta que logre calcular el momento en el que debe voltearse o esconderse, en vez de seguir avanzando. Esto podría resultar muy frustraste para muchos, especialmente para aquellos que estén buscando una experiencia realista.

A nivel técnico, “Outlast 2” se comporta muy bien, tanto así que no encontré mayor diferencia entre el primer juego, el cuál jugué en una consola de la competencia supuestamente más poderosa, y esta secuela. El título corre a casi 1080p en la TV y a 720p en modo portátil, y a 30 cuadros por segundo en ambos modos lo cual, para el tipo de juego que es, no está del todo mal. Las texturas son detalladas, los ambientes son absolutamente realistas —consideren los bosques, los lagos, y hasta el colegio católico de los flashbacks— y los enemigos son horribles… en el mejor sentido de la palabra. Mención aparte para el sonido, tanto los efectos como la banda sonora; definitivamente ayudan a que “Outlast 2” sea una experiencia terroríficamente memorable.

No podría estar más contento por que tanto “Outlast 2”, como su predecesor, hayan salido para la Nintendo Switch. Este es el tipo de juego que la Nintendo Switch necesita en mayores cantidades; una experiencia madura, oscura, chocante y temáticamente compleja. Sí, los enemigos son algo brutos, por momentos, y están colocados en lugares injustamente imposibles de adivinar, pero fuera de eso, “Outlast 2” es un excelente juego de terror; me dio tanto miedo como el primer título, y aunque puede sentirse muy parecido al mismo, termina siendo una experiencia igual de satisfactoria y perturbadora (especialmente para una sociedad —todavía—profunda y frustrantemente católica como la nuestra). ¡Que venga la tercera entrega de “Outlast”!

 
Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Red Barrels.

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