Ghost 1.0 (Nintendo Switch) – Análisis

23

Ghost 1.0

$9.99
8.7

Gameplay

9.5/10

Dificultad

9.0/10

Sonido

8.0/10

Gráficos

8.0/10

Rejugabilidad

9.0/10

Pros

  • Dos modos juego
  • Gran concepto base
  • Gráficas atractivas
  • Se diferencia de sus inspiraciones
  • Excelente diseño de niveles

Cons

  • A veces injusto
  • Los jefes no convencen

Como buen fanático de la Gran N, siempre he disfrutado de los juegos estilo Metroidvania. Ustedes saben, aquellos juegos que se inspiran tanto en la franquicia de “Metroid” como en la de “Castlevania”, platformers en 2D en donde se favorece la exploración por sobre el combate, metiendo al protagonista en niveles relativamente confusos y llenos de laberintos. Definitivamente, en el caso de “Ghost 1.0”, ayuda el que se trate, al igual que la saga protagonizada por Samus Aran, de una historia de ciencia ficción espacial, que cuenta, incluso, con un personaje principal femenino. Pero felizmente “Ghost 1.0” nunca se llega a sentir como una copia barata de “Metroid”; tiene suficientes características novedosas y mecánicas nuevas como para que pueda desarrollar su propia identidad, y convertirse en una experiencia ocasionalmente frustrante, pero en general, muy divertida.

Me gustó mucho el que la premisa general del juego ayude a justificar algunas de las mecánicas principales. “Ghost 1.0” está enteramente poblado por robots; desde los enemigos, hasta los personajes en el fondo de los niveles y, por supuesto, el titular protagonista. Pero lo novedoso está en que el personaje titular no es precisamente un ser construido de metal; se trata, más bien, de una suerte de espíritu —o fantasma… o ghost… jeje— que puede poseer toda suerte de máquinas, desde su cuerpo principal, por supuesto, hasta los robots enemigos. Esto le permite a uno el atacar al enemigo con sus propias fuerzas, lo cual resulta en momentos innegablemente entretenidos y hasta tensos.

Ahora bien, en lo que se refiere a la narrativa, “Ghost 1.0” no se complica demasiado. Ghost (el personaje) es una mercenaria contratada por un par de nerds —un ingeniero y un hacker— para infiltrarse en una estación espacial llamada Nakamura. Dicha estación controla a los Nakas, robots sirvientes de características humanoides con un aspecto muy similar al cuerpo principal de Ghost. La historia es presentada a través de cutscenes animados de manera sencilla, en 2D y tipo caricatura —no se trata de la estética más atractiva que jamás haya visto, pero ciertamente le otorga una identidad muy propia al juego, lo cual, felizmente, no le quita nada de lo tenso, perturbador o intrigante que puede llegar a ser.

De hecho, “Ghost 1.0” termina siendo extremadamente divertido precisamente a la manera en que implementa las diferentes mecánicas que lo diferencian de otros Metroidvanias. Uno tiene armas con, aparentemente, balas infinitas, pero se tiene que esperar de rato en rato a que terminen de cargar, lo cual lo obliga a uno calcular exactamente cuándo disparar, cuándo descansar, y cuándo cubrirse. Evidentemente, es posible combinar estos ataques con la mecánica de posesión de otros robots, lo cual resulta en un acercamiento bastante único a los diferentes niveles.

Desafortunadamente, la mecánica de posesión no carece de un defecto principal: demora demasiado en ejecutarse. Esto lo convierte a uno en un blanco extremadamente vulnerable en ciertos momentos, ya que la animación de posesión —o de movimiento de un robot o máquina a otra— demora varios segundos. Los enemigos aprovechan para disparar, o en algunos casos, para matar a Ghost, por lo que uno debe calcular exactamente cuándo y dónde hacer esto. Adicionalmente, durante toda la primera mitad del juego, uno pierde todos sus ítems a la hora de morir —esto cambia, felizmente, cuando se consigue un ítem bastante útil a mitad de la historia—, lo cual se siente innegablemente injusto y hasta frustrante.

Felizmente, no se trata de un defecto que termine por arruinar la experiencia de jugar “Ghost 1.0”. De hecho, como mencioné líneas arriba, el título cuenta con varias características que lo convierten en todo un deleite de probar. Por ejemplo, también tenemos el sistema de upgrades, el cual está manejado de manera sorprendentemente inteligente. Las mejores están divididas en cinco secciones, una para cada personaje del juego, y otra para la estación espacial. Ghost, además, tiene una para su cuerpo, y otra para su espíritu. Lo interesante acá es que cada upgrade mejora no solo la característica que uno elige, si no también una especialización del personaje, por lo que dependiendo de lo que uno elija, puede afectar más de una cosa. Se trata de un sistema potencialmente confuso, pero que funciona muy bien.

“Ghost 1.0” tampoco me decepcionó a nivel de diseño de niveles. La estación está dividida en varias secciones, cada una más difícil y con más enemigos que la otra. El concepto central de juego se evidencia también en esto; para grabar, por ejemplo, uno tiene que meterse en una impresora 3D, lo cual quiere decir que, cuando uno muere, en vez de revivir, simplemente se vuelve a imprimir. Cada sección, además, tiene un Jefe al que derrotar; desgraciadamente, estas son las partes más injustas y difíciles del juego. En vez de que los jefes se sientan como extensiones orgánicas de cada sección de la estación espacial, por alguna razón son infinitamente más complicados que los niveles que los preceden, lo cual resulta en algunos de los momentos más frustrantes de “Ghost 1.0”.

Ah, y casi me olvido de mencionar que hay dos formas de jugar “Ghost 1.0”. Antes de comenzar la aventura, el juego te presenta una pantalla, en la que una tiene que elegir de entre dos modalidades: la Clásica, y la de Survival. La primera se asemeja más a lo que uno esperaría de un Metroidvania, en el que uno avanza poco a poco en el juego, con las zonas haciéndose cada vez más difíciles y con más enemigos. En survival, más bien, te van dando los upgrades con más velocidad y frecuencia, pero a la vez, los enemigos se hacen más fuertes, frecuentes y numerosos con antelación, lo cual resulta en un elevadísimo nivel de dificultad. Admito haber jugado más el primer modo (me pareció mucho más divertido), pero el survival tampoco está del todo mal.

A nivel técnico, “Ghost 1.0” es bastante atractivo. Las gráficas estilo dibujo a mano son extremadamente agradables, y le otorgan una identidad propia al juego, lo cual ayuda a que se diferencie de sus inspiraciones más evidentes. El sonido es cumplidor, y las actuaciones de voz —sí, todos los cutscenes, y hasta los diálogos dentro de los niveles están todos actuados con voz— aunque cumplidoras, son un poco tiesas. Las animaciones, por otra parte, también hubieran podido estar un poco mejor; me recordaron las caricaturas baratas de los 50s y 60s, en donde los personajes no se movían demasiado ni expresaban mucho en sus rostros. El juego corre muy bien tanto en el modo portátil de la Switch, como en el dock para TV, pero por alguna razón, lo jugué más de la primera manera.

“Ghost 1.0” es un ejemplar juego de plataformas, exploración y acción, un título tipo Metroidvania que trata de innovar lo suficiente como para que no se sienta como una copia de producciones anteriores. Los gráficas tipo animación 2D son encantadoras, la trama es sencilla pero original, el gameplay es sólido y está lleno de opciones nuevas (¡hay 2 maneras de jugar!) y el concepto general es intrigante. Sí, los jefes son desesperantes e injustamente fuertes, pero fuera de eso, no hay mucho más que le pueda criticar a “Ghost 1.0”. Si son fanáticos de los “Metroid” clásicos y están buscando jugar algo similar pero con identidad propia, definitivamente tienen que probar “Ghost 1.0” para la Nintendo Switch.


Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Unepic.

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