Como ya saben, Hyrule Warriors: Age of Calamity se realiza 100 años antes de lo sucedido de The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Debido a esto, los desarrolladores tuvieron que recrear el mundo de Zelda a cómo era antes de que una buena parte de él quedara en ruinas, es decir, un gran desafío para ellos ya que tuvieron que imaginar como habría sido el mundo originalmente.
¿Cómo se sabe esto? Bueno, fue gracias a una entrevista que tuvieron los productores Yosuke Hayashi y Masaki Furusawa, y el director Ryota Matsushita con el medio japones japonés Dengeki Online. Les dejo con la parte de la entrevista donde hablaron sobre eso:
Al diseñar mapas, ¿el equipo tuvo problemas para recrear algún terreno de Breath of the Wild o, por el contrario, luchó para crear terrenos y edificios que todavía estaban en pie antes de Breath of the Wild?
Matsushita: Breath of the Wild es un juego de aventuras para un solo jugador, y el mapa y el mundo son una parte crucial del juego. Lo primero que tuvimos que hacer fue ajustar el entorno para que fuera adecuado para el combate. Teníamos que hacer que el mundo pareciera simultáneamente como lo haría 100 años antes y al mismo tiempo convertirlo en un campo de batalla apropiado.
“100 años” y “campo de batalla” fueron nuestras palabras clave. Tuvimos que imaginar cosas como las bases enemigas y las murallas destruidas de las ruinas en Breath of the Wild. Estábamos diseñando un campo de batalla de una manera que combinaba nuestras palabras clave con pistas como los fuertes enemigos que existían 100 años antes.
Furusawa: El primer campo en el que empezamos a trabajar fue Hyrule Field. Teníamos que hacer que se viera bien, pero el desafío era hacerlo sentir expansivo. Un ajuste incorrecto y de repente ya no se siente como Breath of the Wild. Hyrule Field no encaja como un campo de batalla y fue difícil hacer que pareciera un lugar para la batalla.
Por otro lado, los lugares que son naturalmente campos de batalla, como Akkala Tower, eran muy fáciles de recrear. Si quedaran restos de cánones, podríamos volver a imaginarlos fácilmente como torretas e incorporarlos a la historia.
