Red Colony 3 – Nintendo Switch (Análisis)

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¿En qué año estamos?
  • Sexismo puro.

Ahora la colonia tiene androides. Con senos gigantes.

Ugh.

Si leyeron mi análisis de “Red Colony 2”, de hecho se dieron cuenta que no me fascinó aquel juego —por más de que contase con el ocasional encuentro con un dinosaurio, se trataba, en general, de un survival horror que intentaba dar miedo… pero que también incluía personajes femeninos increíblemente sexualizados, vistos desde un male gaze increíblemente trashy y sexista. Por lo que tengo entendido, la primera entrega manejaba el mismo estilo, por lo que tampoco debería sorprender que “Red Colony 3” sea más de lo mismo.

Solo que ahora hay robots.

En “Red Colony 3”, uno controla a Mina, un androide de pechos absurdamente grandes, proveniente de Titán. Ella ha sido enviada a diferentes planetas para clonar a dinosaurios y zombies, todo con el objetivo de, eventualmente, convertirse en humana. Pero cuando regresa a Titán, su Reina no la deja entrar, y cuando despierta, está en un lugar horrible, rodeada de robots zombies que la quieren matar. Su objetivo, entonces, será averiguar qué es lo que está pasando con la gente en Titán… y por ahí que también encuentra el verdadero amor, o algo por el estilo. Después de todo, tenían que justificar sus senos absurdamente gigantes de alguna manera.

No hay forma de esconderlo: al igual que sus predecesores, “Red Colony 3” es un juego terriblemente machista, en donde todos los personajes femeninos —ya sean humanos o androides— son caracterizados como strippers, trabajadoras sexuales, o simplemente pedazos de carne que han sido creados para ser admirados por hombres increíblemente cachondos. El hecho, además, de que Mina se enamore de un marciano a quien llama Maestro (¡!) es cuestionable, así como el diálogo en general, el cual, a pesar de ser malo y básico, parece estar apelando únicamente a los adolescentes (hombres y heterosexuales). Entiendo el concepto de fan service —hay buenos juegos que están repletos de fan service—, pero “Red Colony 3” cruza una línea, y se convierte simplemente en un ejercicio de machismo y objetivación.

Ah, ¿y el gameplay? Al igual que los dos primeros juegos, “Red Colony 3” es un sidescroller supuestamente de suspenso, en donde uno se puede enfrentar a distintos enemigos, resolver puzzles, y tratar de sobrevivir. El problema es que las balas son muy difíciles de encontrar, y que el juego cuenta con un sistema de guardado francamente arcaico, en donde, luego de morir, uno ni siquiera revive en el Save Station más cercano (lo cual tendría sentido). Súmenle a eso la escasez de Save Stations, y “Red Colony 3” se convierte rápidamente en una experiencia frustrante que, como ya se ha dado a entender, frecuentemente no tiene sentido.

Ahora bien, como hay tan pocas municiones, uno se pasa buena parte del juego tratando de evitar a los zombies y dinosaurios y enemigos en general, apagando las luces, o disparándole a los focos (lo cual no es fácil de hacer porque, como ya saben, no es que el juego te inunde de balas). Es un sistema lleno de potencial, que sin embargo está mal aprovechado en “Red Colony 3”. Adicionalmente, los puzzles con los que uno se encuentra usualmente no tienen sentido, las soluciones sintiéndose increíblemente aleatorias. En varios casos, simplemente preferí adivinar o hacer cualquier cosa, llegando a la solución sin saber exactamente cómo lo había hecho. Resulta muy fácil hartarse de “Red Colony 3”, no solo por lo machista y arcaico que es, si no también porque la mayor parte del tiempo, simplemente no es divertido.

Obviamente no me da gusto renegar con un juego. Desarrollar videojuegos es difícil, y como siempre digo, nadie se propone a crear un juego malo. Pero realmente hay muy poco que pueda recomendar en “Red Colony 3” —además, cuando un título cuenta con tanto contenido misógino, honestamente, no me da mucha pena que digamos resaltar sus cualidades más nefastas. Los personajes caen mal, las mujeres son presentadas como figuras manipuladoras y extremadamente sexualizadas, y los hombres son todos terribles. Es una visión bastante deprimente de la naturaleza humana (o androide… o alienígena), que no me imagino le pueda extraer muchas sonrisas a la gente que se anime a probarla. Aunque si jugaron los dos títulos anteriores, me imagino que no estarán muy emocionados por darle una oportunidad a este tercer juego.

Hubiera sido increíble que “Red Colony 3” corrija todos los defectos de la entrega anterior. Hubiera sido increíble que no fuese igual (o más) de sexista que “Red Colony 2”, por ejemplo, o que trate de mejorar el gameplay. O que no repita tantos assets de los juegos anteriores, o que simplemente fuese divertido. Desgraciadamente, “Red Colony 3” no hizo nada de eso. No hay mucho que puedo recomendar de este juego —el arte no está mal, supongo, y algunas de las animaciones son vistosas, pero fuera de eso… no. Se trata de una experiencia que me hizo sentir sucio (en el peor sentido de la palabra), y que me frustró con más frecuencia de la que me divirtió. Espero que “Red Colony 3” de verdad sea el final de esta saga —los fanáticos de los videojuegos nos merecemos algo mejor que estas historias sexistas, ridículas y repetitivas.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Shinyuden.



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¿En qué año estamos?
  • Sexismo puro.
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