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Es muy posible, creo yo, que ya hayan probado los primeros dos títulos de “Life is Strange”, o que al menos estén familiarizados con sus conceptos centrales. Después de todo, son de los juegos narrativos más populares que hayan salido en la última década, habiendo obtenido toda una fanaticada a través de historias sorprendentemente emotivas y bien construidas. Ahora, aquellos juegos salieron originalmente en consolas de hace dos generaciones, por lo que no sorprende que ahora podamos probar nuevas versiones en sistemas como la Switch de Nintendo. Y mejor aún: ¡son remasters!
O al menos esa era la idea. Porque, cuando una desarrolladora anuncia la remasterización de juegos de hace dos generaciones, lo que uno esperaría serían productos con gráficas de mayor calidad, mejoras de calidad de vida, y en general, propuestas que merezcan ser llamadas remasterizaciones. Desgraciadamente, ese no es el caso de “Life is Strange Arcadia Bay Collection”. No me tomen a mal; los juegos siguen funcionando bien, y demuestran ser algunas de las experiencias narrativas e interactivas más interesantes que uno pueda tener en la consola. Pero como nuevas versiones, como remasterizaciones, los juegos incluidos en “Life is Strange Arcadia Bay Collection” son increíblemente paupérrimos y decepcionantes. Si vieron mi livestream en la página de Facebook de Nintendo.pe, sabrán exactamente a qué me refiero.
Los dos juegos incluidos en “Life is Strange Arcadia Bay Collection” son el primer “Life is Strange”, y la precuela “Life is Strange: Before the Storm”. En el primero, controlamos a una chica de 18 años llamada Max Caufield, que regresa al pueblo de Arcadia Bay luego de un tiempo. Es ahí que descubre tener unos poderes increíbles: puede retroceder en el tiempo (al más puro estilo del Príncipe de Persia), lo cual le permite cambiar las decisiones que toma, y en general, corregir errores o salvar a gente. Luego de reencontrarse con su vieja amiga Chloe, Max se adentra en una historia sorprendentemente emotiva y por momentos oscura.
El segundo juego, por otro lado, es una precuela, como ya se ha mencionado, y tiene como protagonista a una Chloe más joven. Se trata de una experiencia más corta pero igual de dulce que el primer “Life is Strange”, y que nos muestra la relación que Chloe entabló con una chica llamada Rachel. Además, en vez de tener poderes de manipulación temporal, Chloe cuenta con una mecánica “respondona”. Es decir, uno puede elegir responderle a otros personajes de manera enfadada o hasta irrespetuosa, para ayudar a que Chloe obtenga lo que quiera. No es igual de fantástico que el poder de Max, pero a nivel de gameplay, no decepciona en lo absoluto.
Narrativamente hablando, no cuesta pasarla bien con ambos juegos incluidos en “Life is Strange Arcadia Bay Collection”. Lo que tenemos acá son dos historias muy bien narradas, protagonizadas por personajes que se sienten mucho más reales que las protagonistas promedio de cualquier videojuego. Desde el diálogo y sus diferentes opciones, hasta las interacciones con los personajes no jugables, y el desarrollo del mundo en el que se desenvuelven Max y Chloe, ambos juegos de “Life is Strange” terminan cautivando al gamer con experiencias algo letárgicas, pero más interactivas que una novela visual, por ejemplo. Además, ambos juegos tocan temas inesperadamente oscuros, dejando en claro que están apelando a un público maduro.
Sin embargo, donde “Life is Strange Arcadia Bay Collection” flaquea es, curiosamente, en el apartado técnico y visual. Y digo que es curioso, porque como ya se ha establecido, se supone que es un remaster, y un producto de este tipo debería sentirse como una mejora de las versiones originales de los juegos. Lamentablemente, “Life is Strange Arcadia Bay Collection” no luce particularmente bien; me encontré varias veces con texturas que aparecían gradualmente y de la nada, sombras que vibraban, fondos que hacían uso de elementos pixeleados en 2D (al más puro estilo del Nintendo 64), y hasta texturas borrosas en elementos como libros. Tanto “Life is Strange” como “Before the Storm” lucen como juegos de GameCube en HD, lo cual NO es lo que esperaba de un par de remasterizaciones.
Y no es todo. Las pantallas de carga, por ejemplo, son absurdamente largas en ambos títulos, y aparecen con bastante frecuencia, especialmente cuando uno cambia de locación, o incluso después de los cutscenes. El framerate, eso sí, sin llegar a ser perfecto, al menos es consistente, y tanto los diálogos como los efectos de sonido y la música, ayudan a otorgarle mucha atmósfera y estilo a ambos juegos. Se nota que son propuestas sólidas y de carácter cinematográfico; el problema es que “Life is Strange Arcadia Bay Collection” parece haber sido a la volada, sin considerar que, como ya se ha mencionado, un remaster debería contar con un apartado técnico bien pulido, sin los errores que inundan a esta propuesta.
“Life is Strange Arcadia Bay Collection” es un bundle interesante: si es que ya han jugado los dos títulos que incluye, no vale la pena que se animen a comprar este nuevo producto. Las diferencias visuales y técnicas son casi imperceptibles, y hasta me animaría a decir que, en ciertos aspectos, luce y corre peor que las versiones originales. Pero si NUNCA han probado un juego de “Life is Strange”, al menos ahora pueden hacerlo en una consola contemporánea como la Nintendo Switch. Eso sí, si llegaron a jugar “Life is Strange True Colours”, como su servidor, no terminarán de entender lo que pasó con este remaster. Claramente la Switch puede correr este tipo de juegos sin problemas; y peor cuando se trata de juegos que salieron originalmente hace como diez años.
Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Square-Enix.
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