Giraffe and Annika – Nintendo Switch (Análisis)

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Giraffe and Annika

$29.99
7.1

Gráficas

6.5/10

Música

9.5/10

Gameplay

7.5/10

Controles

6.5/10

Duración

5.5/10

Pros

  • Un sólido platformer en 3D
  • Recontra relajante
  • Historia emotiva
  • Personajes memorables
  • Estilo visual colorido

Cons

  • Demasiado corto
  • Algunos problemas de control
  • No muy pulido a nivel técnico
  • Bastante fácil

Así como soy un mega fanático de los juegos de carreras, también tengo cierta debilidad hacia los títulos de plataformas en 3D. Puede ser porque me recuerdan a mi infancia jugando Nintendo 64, una consola en la que los juegos de dicho género simplemente abundaban, o porque, sencillamente, se trata de un estilo de gameplay que va bien con mi personalidad algo obsesiva —es el tipo de juego, pues, en donde realmente me empecino en encontrar todos los ítems y hablar con todos los personajes no jugables y acabar con todos los enemigos. Si un platformer en 3D está bien hecho, me puede dejar frente a la televisión por muchísimas horas seguidas (con tal de que no tenga nada mejor que hacer, como trabajar o socializar, por supuesto).

Podría argumentarse, pues, que ese es el caso de “Giraffe and Annika”… hasta cierto punto. Porque lo que tenemos acá es un platformer en 3D innegablemente encantador y adictivo, pero que desgraciadamente, termina siendo demasiado corto. Si lo que buscan es una aventura épica y extensa, llena de mecánicas de combate y retos complicados… pues no la encontrarán acá. “Giraffe and Annika” es un juego más bien relajado, algo así como un clon súper simplificado de juegos tradicionales en 3D de “Zelda”, con un mayor énfasis en la exploración que en las peleas. Podría calificarse, incluso, como una suerte de opción para quienes recién estén comenzando con los videojuegos; si “Breath of the Wild” es demasiado complicado para tu hijo o hija, sería buena idea que lo inicien con “Giraffe and Annika”.

En “Giraffe and Annika”, uno controla al segundo personaje del título, una chica mitad-gato que tiene que explorar la isla de Spica. Inicialmente, se dedica a encontrar unas gemas —fragmentos de estrellas caídas— para desbloquear nuevas habilidades y poder salir de dicho lugar, pero poco a poco, los retos van cambiando, y más interesante, uno se va enterando de ciertos detalles sobre la trama que fueron insinuados en algunos momentos. Además, uno cuenta con la ayuda —ocasional— de Giraffe (quien, desgraciadamente, no es una jirafa —recién al final del juego explican el origen de su nombre), el primer personaje del título, quien se dedica a abrir las puertas de las mazmorras, y en general, a llevar a Annika de un lugar a otro. La trama no es nada del otro mundo, pero ayuda a otorgarle un componente emotivo inesperado (y ciertamente efectivo) al juego.

Sin llegar a ser tan simple como el nefasto “Balan Wonderworld”, “Giraffe and Annika” se siente como una versión más sencilla de un juego tradicional de plataformas en 3D. De hecho, uno hasta comienza sin la habilidad de saltar, recién obteniéndola luego de pasar una de las mazmorras principales —además del salto, uno puede conseguir un dash para correr más rápido, así como la habilidad de bucear por más tiempo, y muchísimos ítems que ayudan a que Annika pueda descubrir ciertos secretos y avanzar en la historia. Fuera de eso, uno se mueve con el stick izquierdo, controla la cámara con el derecho, realiza acciones con A, y… en realidad no hay mucho más que eso.

Eso se debe, principalmente, a que “Giraffe and Annika” no cuenta con un sistema de combate como tal. Sí, hay ciertas secciones —especialmente las de carritos de minas— en donde uno cuenta con la presencia de un personaje secundario que puede disparar, pero fuera de esos momentos, la buena de Annika no puede ni dar puñetes ni patadas, ni utilizar armas de ningún tipo. Por ende, uno se pasa la mayor parte del juego esquivando ataques —como bolas de fuego o chorrazos de agua—, saltando de plataforma en plataforma, y explorando diferentes zonas de la isla, así como la ocasional mazmorra. Hey, puede que sea simple, pero funciona mil veces mejor que los tres mil trajes de “Balan Wonderworld” (lo siento, sigo sin superar tremenda decepción).

La manera en que Annika se controla, sin embargo, no es la ideal… pero curiosamente, uno se llega a acostumbrar a ella. El problema principal es que la manera en que camina y corre, así como sus saltos, se sienten súper resbaladizos. El movimiento en general no es tan problemático, ya que lo único malo es que hace que el juego luzca poco profesional —tanto ella como los personajes secundarios parecen estar flotando encima del suelo, sin realmente tocarlo. Lo que sí es fastidioso son los saltos —resulta muy fácil saltar demasiado lejos o simplemente calcular mal los saltos, precisamente por lo resbaladizos que son, lo cual hace que algunas secciones de plataformeo preciso sean algo frustrantes. Felizmente, no aparecen con mucha frecuencia, por lo que no llegan a arruinar al juego en general.

Porque siendo justos, a pesar de ser una propuesta algo infantil y, nuevamente, extremadamente sencilla, “Giraffe and Annika” terminó por conquistarme. Sí, es un juego muy lineal, en el que uno tiene que avanzar en el orden en el que la historia le exige. Sí, las “mazmorras” son incluso más lineales, contando únicamente con uno que otro pasaje alterno para encontrar secretos. Y sí, la falta de un sistema de combate hace que los encuentros con los enemigos no sean muy complicados que digamos. Pero entre la historia emotiva, los personajes llenos de personalidad —desde los mismos Giraffe y Annika, hasta un pájaro artista, una chica que teje ropa, un chico obsesionado con las estrellas, y por qué no, una familia de conejos antropomórficos—, y los secretos por encontrar, “Giraffe and Annika” se termina convirtiendo en el clásico juego que lo obliga a uno a seguir jugando “un ratito más”. Los meowsterpieces —pinturas de gatos realizadas por diferentes artistas— son particularmente divertidos de buscar, y le permiten a uno desbloquear todo tipo de secretos (principalmente, trajes para Annika).

A nivel técnico, “Giraffe and Annika” no es el juego mejor pulido que jamás haya probado en la Switch… pero tampoco es que esté mal. El diseño artístico logra compensar la mayor parte de sus deficiencias técnicas, haciendo uso de diseños memorables para la mayoría de personajes, y mostrándonos un mundo colorido y bien estructurado. Los cutscenes, además, son presentados a través de paneles tipo manga extremadamente encantadores, que incluso hicieron que no extrañe las actuaciones de voz. Sí, el juego cuenta con varios “atajos” técnicos —no hay animaciones para subir o bajar escaleras, por ejemplo, y nuevamente, todos los personajes flotan por encima del suelo—, pero como se trata de una propuesta indie que, por lo demás, resulta muy simpática, se los perdona. Además, el juego corre sin mayores problemas tanto en el dock para televisión, como en el modo portátil de la Nintendo Switch.

Como se habrán dado cuenta, la pasé muy bien con “Giraffe and Annika” —lo cual hace más trágico que el juego sea tan corto. Sí, un jugador apasionado se lo puede pasar en una sola tarde, y alguien más empecinado en encontrar todo podría hacerlo en máximo 6 horas, por lo que hubiera agradecido que fuese más largo. Pero incluso con dichos defectos —además de los ya mencionados—, “Giraffe and Annika” termina siendo un platformer en 3D muy entretenido, con un estilo visual colorido y vibrante, música sublime y pegajosa, una historia sorprendentemente interesante, personajes secundarios bien caracterizados, y un tono más bien relajante. No todos los juegos tienen que ser difíciles y/o complicados, y “Giraffe and Annika” es una gran muestra de ello —a veces, uno solo quiere adentrarse en un mundo mágico y colorido, luego de un día largo de trabajo, como para desestresarse un poco. (Qué pena que no pudieron incluir jirafas, no más…)

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por NIS America.



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