Dead or School – Nintendo Switch (Segunda Opinión)

48

Dead or School

$29.99
8.3

Gráficas

7.5/10

Sonido

7.0/10

Gameplay

9.0/10

Controles

9.5/10

Historia

8.5/10

Pros

  • Harto world-building
  • Excelentes personajes
  • Controles precisos
  • Enemigos variados
  • El fanservice no lo es todo

Cons

  • Cutscenes muy comprimidos
  • Sufre en el modo portátil
  • Gráficas de calidad irregular

“Dead or School” no es un juego perfecto. De hecho, se podría argumentar que está lleno de defectos que podrían espantar a más de un jugador, especialmente aquellos que sean particularmente exigentes con los elementos gráficos o de performance de un título. Quienes decidan quedarse, sin embargo, se encontrarán con un side-scroller en perspectiva 2.5D con mucho encanto, que logra transmitir una historia sorprendentemente interesante a través de personajes con los que resulta fácil empatizar. Pero más importante; a pesar de tener una que otra falla, en donde “Dead or School” brilla es en el gameplay, y por ende, es lo que termina haciendo que uno le dedique varias horas al juego.

Narrativamente hablando, “Dead or School” cuenta con harto world-building, lo cual terminó por sorprenderme, ya que no esperaba encontrarme con tanto lore y escenas de explicación e interacciones entre personajes. En todo caso, vale la pena que sepan que el juego se lleva a cabo 70-y-pico años después de un apocalipsis, en donde unos mutantes acabaron con buena parte de la raza humana. Es así que los obligaron a vivir bajo tierra en una serie de sótanos y túneles interconectados, haciendo uso de estaciones de tren abandonadas y otros lugares que le harían recordar a uno a lo que los humanos tenían en el pasado.

Nuestra protagonista es Hisako, una chica que ha vivido toda su vida bajo tierra, pero que ahora, gracias a la influencia de su abuela —quien le regala su viejo uniforme escolar, que solía ponerse cuando iba al colegio antes del apocalipsis—, quiere ir a la superficie, para reclamar su bien-merecido lugar en el planeta, y curiosamente, ir al colegio. Para ello, irá formando un grupo de guerreros variopintos, quienes tendrán que enfrentarse a toda suerte de mutantes y criaturas en este mundo subterráneo, mientras se dirigen hacia arriba, yendo de nivel en nivel. Felizmente, Hisako es muy fuerte y habilidosa con las armas, por lo que con la ayuda de varios personajes secundarios, eventualmente podrá cumplir su sueño.

Nuevamente; la historia está sorprendentemente bien desarrollada, y el juego contiene suficiente world-building, como para que uno entienda sin problemas el contexto en el que se lleva a cabo todo. De hecho, la trama cuenta con varios giros narrativos, y hace un buen trabajo a la hora de explicar las motivaciones de varios de los personajes secundarios, así como, eventualmente, los orígenes de la guerra con los mutantes, y las mentiras que se crearon alrededor de ella. Ayuda el que Hisako sea una protagonista estereotípicamente —al menos para el anime— inocentona; no sabe casi nada sobre la historia de la raza humana o siquiera sobre lo que un colegio de verdad es, y sin embargo está empecinada en tener una mejor vida en la superficie. Es tan naive y tan gentil —a pesar de ser letal en una pelea—, que resulta prácticamente imposible no empatizar con ella.

Ahora bien, a nivel de gameplay, “Dead or School” también está bastante bien. Uno se mueve con el stick izquierdo, usa el derecho para apuntar con armas de largo alcance, realiza un ataque rápido con ZR y uno fuerte con ZL, corre con L, salta con B, esquiva con A, e interactúa —con personajes y con ítems— con X. No es nada demasiado complejo, y felizmente responde muy bien, lo cual es de suma importancia en un side-scroller de este tipo. Las animaciones de Hisako, además, son rápidas, lo cual le permite a uno realizar todo tipo de movimientos sin mayor problema —esto es particularmente útil cuando uno se ve rodeado de enemigos, muchos de ellos capaces de realizar ataques fuertes o de largo alcance.

Felizmente, Hisako puede utilizar tres tipos de arma: una espada, un arma de fuego, y un lanza-explosivos. “Dead or School” cuenta con varios tipos de armas dentro de estas categorías, las cuales uno va encontrando mientras elimina enemigos, o también en cofres que pueden ser destruidos. Las espadas, evidentemente, son perfectas para encuentros cercanos (del primer tipo, no más) y combates rápidos, mientras que las otras dos son mejores para eliminar enemigos que se encuentren más lejos, o para deshacerse de grupos grandes de mutantes. El estilo tipo twin-stick que “Dead or School” utiliza para apuntar con las pistolas, metralletas y lanza-explosivos es bastante efectivo, por más de que la sensibilidad del stick derecho sea a veces un poquito exagerada. Felizmente, uno se acostumbra rápidamente.

Además, uno puede ir comprando nuevas armas, mejorando las que tiene, y poniéndoles hasta dos accesorios a cada una. Esto se hace en los diferentes save points que uno encuentra a lo largo de los niveles —además de grabar el progreso del juego, al entrar a uno de estos lugares, uno puede ir a la tienda de armas, o ir al menú de mejoramiento de las mismas. Adicionalmente, “Dead or School” cuenta con un árbol de habilidades, el cual felizmente puede ser accedido en cualquier momento desde el menú principal. Mientras uno va acabando con más enemigos, va subiendo de nivel, y con cada subida de nivel, consigue un punto —estos puntos sirven para mejorar las habilidades de Hisako, y convertirla en una guerrera más fuerte y veloz.

Como se pueden dar cuenta, “Dead or School” no hace nada particularmente revolucionario, pero lo que hace, lo hace bien. Los elementos tipo RPG light funcionan sin mayores problemas, y los save points son suficientemente frecuentes, como para que uno no se frustre demasiado si es que termina siendo asesinado por algún enemigo. Además, uno también puede ir mejorando su barra de vida Y su barra de stamina —esta última se gasta cuando hace correr a Hisako, y se va rellenando sola—, lo cual también ayuda para superar los diferentes retos del juego. Los Jefes enormes, por otro lado, son suficientemente complicados —sin llegar a ser injustos— y entretenidos, y aunque el mapa es bastante extenso, la manera en que el juego progresa es sorprendentemente lineal. Nadie confundirá a “Dead or School” con un Metroidvania —por más de que el juego cuente con una buena variedad de enemigos y locaciones, al final, se va avanzando de manera previsible, sin que lo incite a uno a explorar demasiado.

Ahora bien, hay una característica del juego que no puede dejar de ser mencionada, especialmente si han visto la carátula de la edición física (que es la que tengo yo): el fanservice. A pesar de que “Dead or School” cuenta con un a calificación M (para mayores de 18 años), no se trata de una experiencia que dependa del fanservice. Sí, a pesar de que viven en túneles mugrientos y estar malnutridas, todas las chicas en “Dead or School” lucen como supermodelos de pechos grandes. Y sí, cuando uno tiene poca vida, se le rompe el uniforme escolar por todas partes, haciendo que Hisako sea más vulnerable, pero a la vez, tenga más stamina y ataques más fuertes. Pero fuera de eso, “Dead or School” no se centra en el fanservice; es por eso, de hecho, que el sólido gameplay y la historia sorprendentemente profunda terminan por resaltar tanto.

A nivel técnico, “Dead or School” es una mezcla de lo bueno, lo malo y lo feo. La estética general del juego es agradable, haciendo uso de sprites en 2D con fondos en 3D mientras uno juega, y de ilustraciones tipo anime durante las escenas de conversación. Muchas texturas son simplonas, y algunos de los elementos geométricos de los niveles lucen anticuados, pero no es nada demasiado grave. Los cutscenes pre-renderizados, por otro lado, están bien comprimidos, y por ende aparecen en baja resolución —se trata de algo que no se ve con mucha frecuencia hoy en día, y que me sorprendió negativamente. La música y el sonido, además, no son nada del otro mundo; cumplen, pero nadie va a estar tarareando la música de “Dead or School” en su día a día. Se nota que es un juego de bajo presupuesto, pues, y que trataron de hacer lo mejor que podían con recursos limitados.

Pero nuevamente, si pueden ver más allá de estos defectos, terminarán jugando “Dead or School” por muchísimas horas seguidas, al igual que yo. Lo que tenemos acá, pues, eso un side-scroller muy entretenido, con elementos ligeros de RPG, controles súper precisos, buenas animaciones, sólido gameplay, y una trama súper bien desarrollada, con más world-building del que hubiera esperado inicialmente. Sí, sufre a nivel técnico —especialmente con sus cutscenes, y en el modo portátil de la Nintendo Switch—, pero no es nada que llegue a arruinar la experiencia en general. Si disfrutan de los side-scrollers de acción, vale la pena que se compren “Dead or School”. Lo más probable —espero— es que, al igual que yo, se lleven una grata sorpresa. ¡No todos los juegos de waifus tienen por qué ser malos!



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