Darksiders III – Nintendo Switch (Análisis)

Habiendo jugado ya todas las entregas anteriores de la saga de “Darksiders” (curiosamente, la primera que probé fue la segunda… ¡en Wii U!), puedo decir con algo de confianza que “Darksiders III” es la más difícil de todas. No porque sea una experiencia injusta ni mucho menos —aunque algunos de los defectos técnicos que vienen con esta edición para Switch ciertamente no ayudan—, si no más bien debido a lo diferente que es su sistema de batalla. “Darksiders III” es un juego que le exige más estrategia y un mejor timing al jugador, lo cual hace que se sienta menos como un simple hack and slash.

Pero me estoy adelantando. Lo que tenemos acá es un buen juego de acción y aventuras, que sin llegar a desarrollar un mundo abierto, llega a sentirse como una experiencia suficientemente épica, desarrollando de manera efectiva un intrigante mundo posapocalíptico. Como ya se ha dado a entender, esta nueva versión para la Nintendo Switch viene con algunos problemas técnicos —lo cual no debería sorprender, desgraciadamente, ya que ni la edición para PlayStation 4 se salvaba de aquellos defectos, aunque eran mínimos—, lo cual podría terminar por alejar a ciertos gamers. Fuera de eso, se trata de un título más o menos recomendable; violento, narrativamente interesante, y visualmente ambicioso. Pero sí… sería genial si corriese mejor en la Switch.

Esta vez, nuestra protagonista es Furia, la única mujer de los Jinetes del Apocalipsis, y la más imprevisible de todas. ¿Su misión? Acabar con los Siete Pecados Capitales —no metafóricamente; cada uno tiene una personificación caminante— y así otorgarle una suerte de balance a la Tierra posapocalíptica en la que habita. No se trata de la trama más compleja del mundo, pues, y sin embargo está llena de giros narrativos, y más interesante, apariciones —aunque sea breves— de personajes que vimos en algunas de las entregas anteriores. Y aunque Furia podría desesperar a algunos jugadores por momentos, igual creo que termina siendo una muy buena protagonista para esta historia —ciertamente distinta a los Jinetes de títulos anteriores, lo cual ayuda a otorgarle una personalidad propia a este juego.

Como se ha mencionado ya, “Darksiders III” es un título de acción, centrado más que nada en el combate, con ligeros toques de exploración y uno que otro puzzle por ahí. El juego no se lleva a cabo en un mundo abierto, si no más bien en áreas interconectadas tipo sandbox, frecuentemente divididas por pantallas de carga. Esto último no fastidia demasiado durante la primera mitad del juego, pero sí se torna algo irritante mientras uno va avanzando —parte de los defectos técnicos sobre los que escribiré más adelante. No obstante, sí se puede decir que “Darksiders III” maneja una experiencia bastante balanceada, especialmente en lo que se refiere a su sistema de combate.

En pocas palabras, “Darksiders III” es un título más estratégico que cualquiera de sus predecesores. Aquí uno no puede entrar a las diferentes áreas y atacar a lo loco —más bien, uno tiene que aprenderse bien los patrones de ataque de los diferentes enemigos, para así poder acercarse a ellos y pegarles, primero con la cadena tipo látigo de furia, y luego con varias otras armas y poderes (mi favorito: el poder de fuego que cambia la apariencia de Furia). Además, como ya es común en varios otros juegos de este género, uno tiene que cuidar bien su timing a la hora de esquivar; si uno esquiva bien los ataques de los enemigos, puede activar un modo de cámara lenta por unos segundos, lo cual le da la oportunidad de realizar un contraataque, y potencialmente, emerger victorioso de la trifulca.

No se trata del sistema más original del mundo —como ya se ha dicho, el sistema de esquivos se ha visto ya en varios otros juegos de acción—, pero funciona muy bien en “Darksiders III”, y logra diferenciarlo de los otros juegos de la saga. Eso sí, por más de que uno pueda ir subiéndole de nivel a Furia y consiguiéndole upgrades a sus armaduras y armas —¡hay un mercader!—, el juego se va haciendo considerablemente más retador mientras uno avanza. Los Jefes, por ejemplo, pueden llegar a ser particularmente difíciles —uno tiene que aplicar las habilidades que va aprendiendo durante su aventura, sí, pero a veces, encontrar el punto débil o la acción necesaria para poder derrotarlo puede llegar a ser algo complicado. “Darksiders III” se siente bien old-school, porque no le explica todo lo que tiene que hacer al jugador de manera clara; uno tiene que prestar atención, y a veces, asumir un poco.

El sistema de checkpoints, además, a pesar de tener sentido en teoría, puede ser algo frustrante, y está relacionado a mi punto anterior sobre lo poco obvio que es el juego en relación a sus mecánicas. No es que los checkpoints aparezcan de manera poco frecuente —es que algunos parecen estar escondidos, obligándolo a uno a salirse del “camino principal” para encontrarlos, lo cual no es muy intuitivo que digamos. Esto puede llegar a ser particularmente irritante si sucede antes de un Jefe poderoso —si uno no ve el checkpoint, va donde el Jefe, y muere (lo cual es muy posible), puede llegar a revivir varios minutos antes del encuentro, obligándolo a matar otra vez a varios enemigos con los que ya se había encontrado anteriormente.

Puede que todo esto suene muy negativo, pero tampoco es que “Darksiders III” sea un juego horrible. Como ya se había dicho líneas arriba, en realidad se trata de un buen juego de acción, donde las mecánicas de batalla funcionan muy bien, y donde los Jefes enormes lo obligan a uno a pensar y ser paciente. La exploración no es el foco principal de la experiencia pero igual puede llegar a ser satisfactoria, y los puzzles, aunque simplones, le otorgan algo de variedad a la cuestión. No todos los juegos contemporáneos tienen que estar absolutamente llenos de side-quests o mundos abiertos; “Darksiders III” funciona porque se siente de la vieja escuela, en el mejor sentido de la expresión.

A nivel técnico, “Darksiders III” es una mezcla de lo bueno, lo malo y lo feo. Las gráficas, por ejemplo, son suficientemente vistosas. Sí, sí, han tenido que ser ligeramente simplificadas para que el juego funcione en una Nintendo Switch, pero los cambios son mínimos —los personajes están igual de bien diseñados que en las otras ediciones, y los mundos son suficientemente detallados, y están llenos de texturas interesantes. Donde el juego sí sufre, como ya se dio a entender antes, es en lo que se refiere al framerate. “Darksiders III” parece estar apuntando a correr a 60 cuadros por segundo, pero casi nunca lo logra. En los ambientes más pequeños o sencillos, oscila entre los 40 y 50 cuadros por segundo, pero más adelante en el juego, cuando las cosas se tornan más complicadas…. digamos que no sube de los 25 ó 30. El framerate en “Darksiders III” es tan variable, que termina distrayendo, y hasta afecta negativamente lo preciso que uno tiene que ser durante los combates. Es una pena que el juego corra tan mal; espero puedan arreglar algunos de estos problemas en un parche en el futuro.

“Darksiders III” es un notable juego de acción… que desgraciadamente (y hasta el momento) no se juega muy bien en la Nintendo Switch. No me tomen a mal; los controles responden bien, el gameplay es sólido como una roca, el sistema de combate es muy satisfactorio —hasta me animaría a decir que es el mejor de la franquicia—, y la historia es suficientemente intrigante. El problema está en los defectos técnicos: las pantallas de carga cada vez más frecuentes y el framerate inestable, el cual puede terminar por afectar la manera en que uno se desenvuelve en las batallas. Si la Switch es su única consola, pueden comprarse “Darksiders III”; no es que sea injugable, y podemos asumir que irán sacando parches para corregir estos problemas. Pero si tienen la oportunidad de probarlo en otro sistema, háganlo. Al menos por el momento, la versión de Switch de “Darksiders III” no es la más optimizada que puedan jugar, lo cual es una verdadera pena.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por THQ Nordic.