BloodRayne 2: Revamped – Nintendo Switch (Análisis)

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¡Que llueva la sangre!
  • ¿Quién quiere un arpón?

Hace unos años me animé a jugar el primer “BloodRayne” para la Nintendo GameCube, publicando mi análisis en otra web y, cuando desapareció de ahí, en Nintendo Pe (de hecho, volví a publicar dicho texto hace un par de meses no más, como anticipando la salida de los remasters). Sin embargo, nunca llegué a jugar la secuela… ¡porque no salió para la GameCube! Me imagino que el primer juego no vendió lo suficientemente bien como para justificar portear la segunda parte para la consola de Nintendo, y como recién me compré un PlayStation 2 hace relativamente poco, simplemente no tuve la oportunidad de jugarla. Lo cual es una pena, porque disfruté bastante de la primera entrega.

Ahora todos tenemos la oportunidad de jugar ambos juegos. Sin embargo, y de manera algo atípica, comenzaré con “BloodRayne 2: Revamped”, el juego que, precisamente, no tuve la oportunidad de probar en su versión original… y que para mi (grata) sorpresa, ha terminado siendo relativamente superior a su predecesor. Lo que “BloodRayne 2: Revamped” hace es utilizar las mismas mecánicas que el primer juego, pero dándoles un giro un poco diferente, incluyendo más secciones de acrobacias, y añadiendo un arpón al arsenal de Rayne, que termina siendo de suma importancia para el gameplay. El resultado es un sangriento juego de acción y aventuras que, sin ser revolucionario o particularmente complejo, termina siendo realmente entretenido.

En términos narrativos, “BloodRayne 2: Revamped” no hace nada que no se haya visto antes (me refiero tanto al presente, como a cuando salió originalmente). Lo más curioso, en todo caso, es que el juego se lleva a cabo en el siglo 21, setenta años después de la primera historia. Lo cual, por supuesto, no afecta para nada a Rayne, quien es una Dhampyr, una vampira que puede caminar de día (al más puro estilo de Blade), pero que igual necesita chuparle la sangre a sus enemigos para subsistir. Básicamente, lo que tiene que hacer ahora es perseguir a sus hermanos y a la familia que había jurado destruir, ya que ellos quieren acabar con la raza humana y utilizarla como ganado. Ya saben, un mundo habitado por vampiros que solo usan a la gente común y corriente como fuente de sangre. ¡Terrible!

Puede que la trama no sea nada del otro mundo, pero al menos sirve como excusa para introducir a Rayne en toda suerte de niveles, visualmente variados y suficientemente realistas. Bueno, relativamente realistas, si vamos a ser honestos, ya que muchos de ellos están llenos de barandillas y palos colgantes, que le permiten a Rayne saltar y hacer todo tipo de acrobacias para llegar a lugares difíciles de alcanzar. Se nota la influencia de los juegos de “Prince of Persia” (que estaban en el apogeo de su popularidad cuando “BloodRayne 2” salió por primera vez), lo cual no es algo malo, necesariamente; sí, no es una idea particularmente original, pero al menos logra darle algo de variedad al gameplay, aprovechando bien la agilidad de su protagonista.

Fuera de eso, uno pasa la mayor parte del tiempo peleando, y felizmente, Rayne es muy buena en eso. Al igual que en el juego anterior, cuenta con espadas (¿o guadañas?) en sus brazos, las cuales son ahora un poco más cortas, pero igual de letales. Rayne también cuenta con armas de fuego, comenzado con pistolas, para luego pasar a metralletas y hasta lanzacohetes. Pero su herramienta más importante es el arpón: sirve no solo para completar puzzles, si no también para atacar a los enemigos desde lejos, desarmándolos, y en ciertas ocasiones, lanzándolos hacia lugares muy específicos en cada nivel, botándolos a través de ventanas, clavándolos en palos, o hasta triturándolos con ventiladores gigantes.

Me animaría a decir, de hecho, que el arpón es el elemento más importante del juego, tanto así que por momentos se puede sentir un poco over-powered. Por ejemplo, uno puede usar ataques melee (puñetes y patadas) para quitarle sus armas a los enemigos… pero es más fácil hacerlo con el arpón. Uno simplemente lo lanza, el enemigo bota el arma, y ya; de ahí puede mandar a Rayne a matarlo y/o chuparle la sangre. El arpón es la única arma que no pueden bloquear, y aunque no es particularmente útil durante los encuentros con los Jefes, éstos tampoco son particularmente difíciles de derrotar. Usualmente, todo lo que hay que hacer es entrar al modo Rage y sacarles la mugre. Sencillo.

¿Y qué es el modo Rage? Si Rayne ejecuta ataques brutales (como fatalities, sangrientos y extremadamente violentos) puede ir subiendo su barra de Rage, y al hacerlo, puede entrar a un modo donde los ataques le hacen menos daño, y dónde ella puede acabar con los enemigos más rápido. Adicionalmente, la Dhampyr cuenta con diferentes poderes, desde uno que le permite ver el objetivo más cercano, hasta otro que ayuda con los puzzles, o a encontrar puertas secretas de vampiros. Los puzzles en “BloodRayne 2: Revamped” nunca llegan a ser demasiado complicados; alguna veces los objetivos (que pueden ser vistos en pantalla si uno presiona el stick derecho) no son muy claros, pero los puzzles en sí no deberían dejarlos confundidos por demasiado tiempo.

¿Pero qué hay de las novedades en esta edición para la Switch? Consideren, pues, que “BloodRayne 2: Revamped” no es un remake ni un remaster hecho desde cero. Por ende, juéguenlo con las expectativas correctas: sabiendo que es el mismo título que salió hace años para una consola bastante más antigua, solo que con texturas de mayor resolución, una que otra mejora estética y de luz, y por supuesto, en HD. En ese sentido, no tengo demasiadas quejas en relación a lo que “BloodRayne 2: Revamped” ofrece a nivel técnico: se nota a leguas que es un juego de PS2, con animaciones algo robóticas, y expresiones faciales hilarantes para los personajes durante los cutscenes. Pero a la vez, se trata también de una experiencia atmosférica, con una buena variedad de enemigos y locaciones, y efectos de sangre bastante impresionantes. De hecho, luce algo mejor que su predecesor, y puede considerarse como un esfuerzo audiovisual notable para su época.

No sé si me animaría a decir que “BloodRayne 2: Revamped” es un clásico. Es un juego de acción y aventuras bastante trashy, lleno de sangre, violencia, personajes exagerados (aunque sentí que la mismísima Rayne fue menos sexualizada acá que en el primer juego; ¡al menos!), y mecánicas de juego que hemos visto ya en otras propuestas de otras franquicias. Pero, lo crean o no, el producto final termina siendo algo más que la suma de todas sus partes; un título narrativamente previsible pero extremadamente entretenido, que sin llegar a ser demasiado duradero, debería dejarlos satisfechos, por más de que no cuente con mejoras alucinantes (no vale la pena quejarse, por ejemplo, de la cámara, la cual se comporta igual de errática que cualquier otra cámara de aquella época). “BloodRayne 2: Revamped” es diversión pura, sangrienta y explotadora, y da gusto poder jugarlo en HD (y de manera portátil) en una Nintendo Switch.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Ziggurat.



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¡Que llueva la sangre!
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