World’s End Club – Nintendo Switch (Análisis)

12
5.6
No me metan a este club.
  • Ambicioso pero irregular.

“World’s End Club” es un título interesante. Sus creadores tienen harta experiencia con las novelas visuales, y aunque en esta ocasión han intentado desarrollar un juego de plataformas en 2D, las influencias por parte de dicho género están clarísimas. El resultado, por ende, no es necesariamente el que algunos jugadores esperarían —“World’s End Club” es un juego que luce muy bien, y que incluso gana puntos gracias a una narrativa suficientemente interesante —aunque algo irregular—, pero que no me llegó a convencer del todo a nivel de gameplay. “World’s End Club” es una experiencia innegablemente ambiciosa, pero que hubiera necesitado un poco más de tiempo en el horno para terminar de cuajar.

“World’s End Club” tiene como protagonistas al Go-Getters Club —un group de amigos de colegio que, al comenzar el juego, están en un bus, yendo de una ciudad japonesa a otra como parte de un paseo escolar. Sin embargo, y sin previo aviso, un meteorito cae en la Tierra, aparentemente arrasando con Tokio, y noqueando a nuestros protagonistas. Y cuando despiertan, se encuentran en el interior de un parque de diversiones submarino, en donde una hada maligna los reta a completar un “Juego del Destino”.

¿En qué consiste dicho juego? Pues resulta que cada uno de los miembros del grupo tiene una pulsera, y deben cumplir un reto en menos de una hora. El problema es que, en la pulsera, cada chico tiene un texto con el reto de otra persona, por lo que tienen que dedicarse a averiguar cuál es su propio reto y poder cumplirlo. Solo un chico o chica puede ganar, y si lo hace, recibe una Llave Maestra que le permitirá escapar de este lugar. El resto, sin embargo, tendrá que quedarse, o incluso será eliminado si es que no llega a cumplir con su tarea antes de que acabe el tiempo.

Uno pensaría que esa sería la premisa total de un juego como “World’s End Club”… pero no realmente. Es la idea más interesante que maneja el juego, de eso no hay duda, y es desarrollada con suficiente aplomo… pero no dura demasiado. Toda esta sección del “Juego del Destino” dura menos de una hora (dependiendo de cuánto se demore uno en jugar), y sin llegar a incluir spoilers, creo poder mencionar que el resto de “World’s End Club” se lleva a cabo afuera del parque en Japón, con nuestros protagonistas tratando de lidiar con las consecuencias del meteorito que aparentemente acabó con la humanidad. Todo esto hace que la sección dentro del parque se sienta como una suerte de prólogo para la trama… pero un prólogo que, por alguna razón, fue desarrollado de manera innecesariamente detallada por los creadores del juego. Es una decisión creativa poco común, que no a todo el mundo le agradará.

Ayuda, al menos, que los personajes centrales se mantengan, aunque como suele pasar en otros productos de similar corte (que cuentan con un reparto demasiado extenso), no todos se ven beneficiados por un buen trabajo de caracterización. De hecho, me cuesta entender por qué era necesario tener a tantos personajes como parte del Go-Getters Club; esto simplemente hace que la mayoría no logre trascender su status de estereotipo andante. Después de todo, tenemos desde un gordito cobarde que solo habla de comida (súper original), hasta un chico misterioso que se cree cool. Solo hay unos cuantos personajes que resultan interesantes —la mayoría de ellos femeninos. Los demás, desgraciadamente, no llegan a cobrar vida de manera convincente.

Todo esto sería perdonable si es que el gameplay fuera de buen nivel, pero ese no es el caso. Como los desarrolladores de “World’s End Club” tienen mucha experiencia con las novelas visuales, uno se pasa buena parte del juego viendo cinemáticas, escuchando y leyendo conversaciones, y reaccionando a la historia. Comprensible, pero todo esto es mezclado con secciones jugables algo sosas, en donde el plataformeo no se siente particularmente instintivo. Los saltos, por ejemplo, se llevan a cabo con unos milisegundos de retraso, y las animaciones de los personajes son algo acartonadas, haciendo que dichas secciones no se sientan particularmente entretenidas. Los puzzles a resolver, además, son exageradamente simples, por lo que no es que uno vaya a encontrar demasiado reto en “World’s End Club”.

Donde el juego sí brilla, más bien, es en el apartado técnico. En general, se siente como una propuesta a la que le echaron todas las balas, contando incluso con algunos FMVs que, a pesar de estar algo comprimidos —lo cual hace que, por ende, luzcan ligeramente pixeleados—, se ven caros. Las gráficas, además, son detalladas, y el diseño de los personajes cuenta con mucha personalidad —es cierto que la mayoría son increíblemente estereotípicos, pero al menos resultan visualmente interesantes. La música, por otro lado, junto con los efectos de sonido, ayuda a otorgarle mucha atmósfera a los niveles. Y felizmente, “World’s End Club” corre sin mayores problemas tanto en el modo portátil de la Nintendo Switch, como en el dock para televisión.

“World’s End Club” no es un título demasiado largo —probablemente lo terminen en unas diez horas, dependiendo de qué tan rápido lean los diálogos, y de qué dificultad elijan. Pero aunque el apartado técnico es impecable, no puedo evitar sentirme decepcionado por la propuesta en general. El gameplay es increíblemente simplista, y la historia es inconsistente, contando con una premisa innegablemente atractiva, que es abandonada rápidamente para presentarnos algo distinto. “World’s End Club” es un juego que pudo haber sido genial, y que hay que admitir destaca por lo sumamente original que es, pero que al final del día, no llega a convencer ni a nivel narrativo, ni a nivel interactivo. “World’s End Club” es una buena opción si buscan algo que sea diferente… pero si se animan a descargarlo, sería bueno que bajen un poco sus expectativas.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por NIS America.



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No me metan a este club.
  • Ambicioso pero irregular.
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