Tetragon – Nintendo Switch (Análisis)

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Estuvo muy cerca.
  • ¡Todos con el leñador!

Por más de que no sea mi género favorito, soy el primero en admitir que los juegos de puzzle tienen que presentar ideas y mecánicas muy originales para poder resaltar. Me imagino que lo mismo se puede decir de varios estilos de juego, pero creo que esto aplica incluso más de lo normal en lo que se refiere a los puzzles. Esto se debe a que, usualmente, no dependen demasiado de narrativas, personajes o gráficas para resaltar —lo que uno nota más en estos títulos es el gameplay, y si termina siendo algo demasiado repetitivo o previsible, uno se puede aburrir rápidamente. No es que quiera ser demasiado exigente, pero es lo que pasa con los juegos de este tipo —especialmente aquellos que no estén buscando emular a “Tetris” o algo así.

Menciono todo lo anterior porque si hay algo que “Tetragon” trata de hacer, es precisamente innovar con una mecánica nueva, un gimmick que lo diferencia de otras propuestas de similar corte. Eso no quiere decir que sea el juego más original del mundo, claro está —simplemente quiere decir que, al menos a nivel de gameplay, no se siente demasiado parecido a ningún título que haya jugado últimamente, por más de que igual cuente con algunos defectos que evita que se convierta en una clásico de culto. Lo que tenemos acá, pues, con “Tetragon”, es un juego indie con mucho carácter, y que debería terminar siendo extremadamente retador, incluso para quienes tengan harta experiencia con el género.

“Tetragon” cuenta con una trama, pero como ya se ha mencionado, ese no es el aspecto más importante de un juego de esta clase. Todo lo que tienen que saber, es que uno controla a un leñador que está buscando a su hijo, y que para hacerlo, tiene que pasar por 40 niveles en 3 mundos distintos. Pero lo interesante es que en cada uno puede utilizar a la poderosa gema Tetragen, la cual le permite rotar el lugar en el que se encuentra, así como mover columnas horizontal y verticalmente, para poder llegar a la meta y seguir avanzando. Ese es el concepto principal de “Tetragon”: rotar el nivel, y mover al protagonista de un lugar a otro sin poder controlar sus saltos, pero moviendo columnas que le permitirán seguir avanzando. Simple, pero potencialmente entretenido.

Así como el concepto clave del juego es engañadoramente sencillo, los controles tampoco son demasiado complejos. Uno mueve al personaje principal con el stick izquierdo, selecciona columnas para mover con L y R, y mueve al mundo a su alrededor con el otro stick. Ahora bien, lo que sí vale la pena resaltar es que los controles para las columnas no son los más cómodos del mundo —como éstas se encuentran muchas veces en diferentes alturas y de manera desordenada, seleccionarlas con L y R termina sintiéndose poco práctico, especialmente cuando uno quiere regresar a una que movió antes para extenderla o retraerla, viéndose obligado a dar toda la vuelta para poder seguir intentando. No es algo que termine por arruinar la experiencia en general, pero a la vez, no pude evitar sentir que le pudieron haber asignado controles bastante más cómodos a esta mecánica.

Esto es particularmente fastidioso considerando el hecho de que “Tetragon” no hace uso de muchos botones. Como ya se mencionó, uno no puede controlar los saltos del protagonistas, por ejemplo —este salta automáticamente, y no cuenta con ataques ni ítems especiales ni nada por el estilo. Y eso es precisamente lo que hace que “Tetragon” se vaya sintiendo cada vez más repetitivo —la idea central es buena y suficientemente original, pero el juego nunca llega a introducir variables nuevas de manera escalonada y frecuente, dando a entender que al equipo se les acabó las ideas rápidamente, claramente interesados en concentrarse únicamente en niveles que rotan y columnas que se mueven. Por ende, les recomendaría que jueguen “Tetragon” en sesiones cortas, sin enviciarse demasiado —de lo contrario, podrían acabar por saturarse.

No quiero sonar muy negativo, sin embargo, porque a la hora de la hora, “Tetragon” no es un mal título. Aparte de los problemas ya mencionados, el juego termina siendo bastante entretenido, introduciendo niveles cada vez más complejos, muchos de los cuales harán que rompan sus cabezas hasta que encuentren la solución. Por más de que la experiencia en general, si es que es abusada, se sienta repetitiva, al menos nunca llega ser sosa. Todo lo contrario —“Tetragon” es de los juegos más difíciles que haya probado en un buen tiempo. ¡Felizmente no cuenta con un límite de tiempo ni vidas ni enemigos ni nada por el estilo! Si abusara de características así, podría haberse convertido en algo mucho más irritante.

A nivel técnico, “Tetragon” es un juego cumplidor. Las gráficas son suficientemente vistosas, haciendo uso de una paleta de colores extensa, y de diseños de nivel bastante atractivos; me encantó, por ejemplo, el que uno pueda ver el siguiente nivel en el fondo del lugar en el que se encuentra, como una suerte de pista. Me gustaron mucho las animaciones fluidas del leñador, además —por más de que no sea el personaje más ágil que se haya visto en un videojuego, el que se mueva de manera tan natural y agraciada hace que de gusto controlarlo. Por otro lado, la música es serena y relajante, lo cual va muy bien con la atmósfera general de un juego que no presiona demasiado al jugador —el reto va por la complejidad de sus puzzles, y no por factores externos e injustos. Y como se trata de un título relativamente simple a nivel técnico, “Tetragon” corre sin problemas en ambas modalidades de la Nintendo Switch.

“Tetragon” es un buen juego que, sin embargo, tenía el potencial de ser grandioso. La idea central es muy atractiva y el diseño de niveles está bueno, pero como nunca llegan a introducir mayores novedades aparte del concepto principal, la experiencia en general se puede llegar a convertir en algo monótono y repetitivo. Súmenle a esto algunos problemas de control con el movimiento de las columnas, y “Tetragon” se torna rápidamente en un título que hay que disfrutar en ráfagas cortas, como para que no sature. “Tetragon” es un juego indie con gráficas atractivas, animaciones fluidas y harto reto, que seguramente satisfará a los fanáticos del género —pudo ser mejor, sí, pero lo que nos termina entregando tampoco está del todo mal.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por BUKA Entertainment.



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