Road to Ballhalla (Nintendo Switch) – Análisis

14

Road to Ballhalla

$14.99
7.9

Estabilidad

9.0/10

Gameplay

8.0/10

Sonido

9.5/10

Gráficos

8.0/10

Duración

5.0/10

Pros

  • Ambicioso juego de puzzles
  • Musicalmente impresionante
  • Gráficas atractivas
  • Excelente sentido del humor

Cons

  • Muy corto
  • Poca variedad de niveles

“Road to Ballhalla” es un juego de ritmos y puzzles bien estructurado, una propuesta que, al menos al principio, para que abusará de los chistes inmaduros y del uso de la palabras balls para presentar juegos de palabras (consideren, si no, el mismísimo título del juego), pero que a final de cuentas, felizmente, se concentra más en gameplay y en diseño de niveles. Puede que sea un juego relativamente corto, pero el hecho de que combine de manera tan inteligente el humor con controles bien implementados y niveles innegablemente retadores, convierte a “Road to Ballhalla” en una experiencia muy entretenida.

La premisa de “Road to Ballhalla” es simple. El juego está compuesto de niveles lineales en donde uno tiene que llevar a la bolita que uno controla de un punto a otro, evitando toda suerte de obstáculos que se mueven al ritmo de una música. Evidentemente hay de todo; desde secciones de piso que se mueve —como para hacerte daño o matarte— hasta lásers cuyo movimiento depende de la banda sonora, y más.

Felizmente, como el concepto de “Road to Ballhalla” es bastante abierto, el juego lo exprime al máximo para desarrollar todo tipo de situaciones y retos en cada nivel. La estructura de los mismos es simple —geometría no muy complicada, de hecho—, pero el juego combina esto con diferentes obstáculos de todo tipo que se mueven al ritmo de la música, para obligarlo a uno a mover la bolita con cuidado, siempre teniendo en cuenta la banda sonora, y el ritmo los elementos presentes en el nivel. En pocas palabras, “Road to Ballhalla” es más complejo de lo que parecía inicialmente, características que convierte al título en una experiencia inesperadamente adictiva.

Eso sí, cabe recalcar que la curva de dificultad es bastante empinada por lo que, aunque al principio “Road to Ballhalla” es un juego bastante sencillo, rápidamente se va haciendo mucho más complicado y difícil. Lo bueno de esto es que le permite a cada nivel sentirse como una experiencia distinta; cada nivel tiene su propio gimmick, sus propios obstáculos, y hasta su propio estilo visual. Tienen sus propias trampas, incluso, las cuales, desgraciadamente, pueden hacer que el juego se sienta algo injusto durante los últimos niveles, especialmente cuando son casi imposibles de divisar con anticipación. Felizmente no es algo que termine por arruinar el juego en general, pero sí fastidia.

Fuera de los retos inherentes a cada nivel, mientras más rápido complete los complete uno, y mientras menos videos utilice, más tokens recibirá, los cuales sirven para comprar niveles y retos adicionales. Esto es algo que complementa a la experiencia en general; no hay suficiente contenido extra en “Road to Ballhalla” como para declarar que se trata de una experiencia muy profunda o extensa, pero al menos agradezco el hecho de que se hayan animado, siquiera, a incluir esta opción.

Claramente, no se trata de una experiencia perfecta. “Road to Ballhalla” es, después de todo, un juego bastante corto; es posible pasarse toda la campaña, con contenido y extra y todo, en menos de cinco horas, lo cual podría terminar por frustrar a aquellos que estén buscando una experiencia más extensa. Precisamente porque el juego es corto, y hay pocos niveles, uno siente que “Road to Ballhalla” se queda un poco a medias, que podría haber desarrollado una experiencia más profunda, como para satisfacer a aquellos que ya tengan algo de experiencia con juegos de puzzles. Adicionalmente, muchos de los secretos no son explícitamente introducidos como parte natural de la narrativa, lo cual puede dejar a algunos gamers confundidos, pensando que falta algo en el juego. Bueno, no es que falten detalles; es que son difíciles de encontrar.

Donde el juego lograr adquirir una identidad propia, más bien, es en la utilización del humor. Los desarrolladores de Torched Hill han logrado incluir momentos verdaderamente hilarantes, desde los anteriormente mencionados juegos de palabras con la palabra “ball”, hasta situaciones en donde obligan al gamer a “caer” en trampas francamente absurdas. Lo divertido de “Road to Ballhalla” está en que se burlan de situaciones que podrían resultar ser frustrantes en la vida real, pero que le extraen una risita o dos a uno mientras juega un título como este.

A nivel técnico, “Road to Ballhalla” es bastante atractivo. Las gráficas, aunque sencillas, son muy coloridas, y hacen un gran uso de efectos de luz, sombras y partículas, las cuales son aprovechadas al máximo con los obstáculos que se incluyen en cada nivel. La música, evidentemente, es parte importante del gameplay, y está implementada de manera realmente impresionante en cada nivel, todo para hacer que el gamer pueda sortear todo tipo de obstáculos y elementos agresivos. “Road to Ballhalla” corre muy bien tanto en el dock para televisión de la Nintendo Switch, como en el modo portátil de la consola.

“Road to Ballhalla” funciona muy bien como juego de puzzles. Sí, es muy corto y falta variedad de niveles, pero fuera de eso, se trata de una experiencia muy satisfactoria, la cual aprovecha muy bien su concepto central para desarrollar niveles llenos de musicales y retadores obstáculos. Visualmente es bastante atractivo, y aunque por momentos puede resultar algo frustrante —más que nada porque la curva de dificultad es innecesariamente empinada—, en general, si son fanáticos del género, deberían pasarla muy bien con “Road to Ballhalla”.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por tinyBuild Games.

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