Ooblets – Nintendo Switch (Análisis)

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8.2
¿Ooblets? ¡Ooblets!
  • Me gustaron estos monstritos.

Ooblets” es una propuesta innegablemente novedosa —un título que fue hecho en aproximadamente seis (¡!) años por un equipo relativamente pequeño, pero cuyos esfuerzos han pagado dividendos. No es que se trate de una obra maestra ni mucho menos, pero no se puede negar que lo que tenemos acá es una experiencia que, a pesar de contar con algunos defectos, funciona y logra entretener al jugador. “Ooblets” es un juego encantador y colorido, que debería ser capaz de diferenciarse de otras propuestas indie en la eShop de la Nintendo Switch.

La premisa de “Ooblets” está llena de potencial. Un comienza el juego creando a su propio personaje, para luego enterarse de que dicho protagonista está buscando un cambio en su vida —razón por la que termina llegando a Badgetown, un lugar repleto de los Ooblets del título. ¿Y quienes son? Pues criaturas pequeñas de diversos colores y formas, quienes pueden pelear, pero más importante… bailar. Y son ellas, precisamente, las que logran otorgarle algo de encanto al juego, diferenciándose de otras “mascotas” de similar corte, como los infames Rabbids de Ubisoft y su saga paralela a Rayman.

Pero me desvío un poco del tema. El caso es que Badgetown ha visto mejores días, por lo que, a pesar de que la misión inicial del jugador consiste principalmente de recontar a Badgetown al Oobnet, yendo a nuevas zonas, al final uno también contribuye al progreso del pueblo, lo cual puede llegar a ser bastante satisfactorio. En general, lo que hace “Ooblets” es combinar elementos de simulador de granja, con un título de aventuras, y hasta peleas centradas en cartas. No es una combinación que inicialmente sonaría como algo particularmente divertido, pero que felizmente funciona en este juego.

El feeling general de “Ooblets” es bastante relajado. Evidentemente hay cierto objetivos que uno tiene que cumplir, pero lo bacán del juego es que uno puede ir avanzando a su propio ritmo, lo cual le otorga cierta sensación de libertad. Además, ayuda que el juego cuente con un sistema de día y noche —es decir, de paso del tiempo—, en donde cada día son 25 minutos en la vida real. En un inicio, puede sentirse como mucho —los días se pasan super lento—, pero mientras uno va avanzando y se pone a realizar más actividades, se da cuenta que es más que suficiente. Lo bueno de “Ooblets” es incluye un mundo en el que hay mucho que hacer, por lo que aburrirse termina siendo prácticamente imposible.

Ahora bien, como se dio a entender líneas arriba, “Ooblets” incluye un sistema de combate basado en cartas, en el que los Ooblets se ponen a bailar. Cada criatura tiene un ataque o movimiento principal con el que viene, pero mientras uno va avanzando, puede conseguir más. Se trata de un sistema de combate engañadoramente sencillo, pues, pero que se va haciendo cada vez más retador. Especialmente mientras uno va encontrando Ooblets nuevos en cada locación, los cuales deben ser atrapados… y para atraparlos, uno tiene que retarlos a una batalla de baile (algo así como “Pokémon”, supongo, pero con más sabor). 

Felizmente, los Ooblets también están involucrados en las secciones de simulación de granja. Ellos pueden ayudar a construir máquinas (y luego utilizarlas para tareas específicas), desbloquear recetas, y en general, ayudar a que uno mejore las condiciones de su nuevo hogar. Lo interesante, además, es que mientras uno va coleccionando estas criaturas, puede dividirlas entre las que se quedan trabajando en la granja, y las que acompañan al jugador a las trifulcas. Nuevamente, no es nada increíblemente novedoso, pero que está incorporado de tal manera que se siente… bueno, único. Es como si uno mezclara “Pokémon” con “Animal Crossing” y un juego de cartas tipo “Yu-Gi-Oh”. ¡Por qué no!

A nivel técnico, “Ooblets” no decepciona demasiado. El juego maneja una estética adorable y colorida, utilizando gráficas tipo cel shaded, estilizadas y con colores pasteles (y a veces tipo Neon), con elementos y personajes estilo low-poly. Esto le permite al juego desarrollar un estilo bastante propio, que sin llegar a ser particularmente complejo, jamás se siente barato o hecho a medias. Adicionalmente, el juego en general corre sin problemas en ambas modalidades de la Nintendo Switch… lo cual, desgraciadamente, no quiere decir que esté perfectamente porteado. En la lista de instrucciones, hay varios controles que están explicados con los botones incorrectos, lo cual me dice que se olvidaron de cambiar algunos a la hora de pasar “Ooblets” de otras consolas o de la PC. Se trata de un error aparentemente enano que, sin embargo, llega a fastidiar bastante. ¡Espero lo puedan corregir con un parche en el futuro cercano!

“Ooblets” no es el juego más original de la vida —como se dijo, mezcla varios elementos de diversos géneros y de otros títulos que claramente lo inspiraron. No obstante, es precisamente la manera en que todas esas características han sido mezcladas, lo cual hace que valga la pena jugar “Ooblets”. Sí, algunas secciones son tediosas, y sí, el que incluya errores en la lista de comandos y movimientos fastidia bastante. Pero si le suman las gráficas atractivas, la gran diversidad de criaturas, y el gameplay variado, “Ooblets” se torna rápidamente en una de las experiencias más recomendables que pueda tener uno en la Nintendo Switch. ¡Arriésguense y apuesten por esta nueva propuesta!

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Glumberland.



8.2
¿Ooblets? ¡Ooblets!
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