Moero Crystal H – Nintendo Switch (Análisis)

23

Moero Crystal H

6

Gráficas

6.5/10

Sonido

6.5/10

Gameplay

7.0/10

Historia

4.0/10

Controles

6.0/10

Pros

  • Harto fanservice
  • Ideas interesantes de exploración
  • Sistema de batalla cumplidor

Cons

  • Más fanservice que otra cosa

Fanservice.

Un término que se utiliza principalmente en el mundo de los videojuegos —pero que de vez en cuando se ve en franquicias cinematográficas con harta fanaticada, como Star Wars o Marvel—, para describir personajes, escenas o elementos narrativos que han sido incluidos no para avanzar la trama o mejorar la experiencia a niveles profundos, si no más bien para apelar a la nostalgia o a la conexión emocional en general que los fanáticos tienen con el producto final. Se trata de una manera bastante superficial —pero innegablemente efectiva —de llamar la atención y de hacer que los potenciales espectadores —o gamers— tengan ganas de consumir lo que las productoras o desarrolladoras les están vendiendo. 

Pero existe otro tipo de fanservice, más oscuro y cuestionable. Un tipo de fanservice que no apela a la nostalgia ni a las referencias a previas entregas de una franquicia en particular, si no más bien a algo más primario: el sexo. Sí, esto es algo que sucede incluso con más frecuencia en el mundo de los videojuegos: títulos que presentan fanservice a través de personajes —normalmente femeninos—con poca ropa, protagonizando historias hipersexualizadas en donde casi todo parece reducirse a cómo lucen, y cómo manejan su sexualidad. Muchos de estos juegos, además, combinan personajes algo inocentones con situaciones subidas de tono, así como historias fantásticas y de corte casi épico, con elementos gratuitamente sexualizados. Muchos de estos juegos, además, provienen de Japón, aunque eso no quiere decir, claro está, que no podrían ser desarrollados, además, en los Estados Unidos o Europa.

Todo este preámbulo me sirve para poner en contexto un juego como “Moero Crystal H”. Lo que tenemos acá es un RPG lleno de fanservice, en donde absolutamente todo —desde la historia hasta el diseño de los personajes y los ítems que uno va consiguiendo— está relacionado con el sexo, o al menos, con el cuerpo de los personajes con los que uno se va encontrando. ¡El protagonista —masculino— se llama “Lucky Pervert” (Pervertido Suertudo) Zenox, por el amor de Miyamoto! Claramente no se trata del juego más progresista del mundo, pero si uno logra ignorar, aunque sea por algunos segundos, la hípersexualización de…  bueno, todo, podrá encontrarse con un RPG suficientemente cumplidor y ocasionalmente entretenido.

El problema es que ignorar los senos y los Sostenes Oscuros y los personajes absurdamente vestidos resulta bastante complicado.

Lo cual no quiere decir que tienen que ignorar todo esto. Después de todo, si están interesados en comprar “Moero Crystal H”, es precisamente porque forman parte del público objetivo del juego —es decir, son los fanáticos para quienes han creado todo este fanservice. Claramente parte del atractivo de “Moero Crystal H” está en las chicas anime con poca ropa, altamente customizables, y… uhm… tocables. ¿Soy el único que se siente ligeramente sucio escribiendo todo esto? Supongo que no estoy demasiado acostumbrado a este subgénero de videojuegos. No dudo de que varios gamers probablemente entrarán a la sección de comentarios de esta página o de nuestras redes sociales para corregir mucho de lo que ya he escrito en el presente texto.

Asumamos, entonces, que hemos tomado por sentado el estilo de “Moero Crystal H”; el hecho de que se trata de un título enfocado en el fanservice. Asumamos que nos hemos acostumbrado, y que por ende simplemente estamos tratando de disfrutarlo. Si logramos hacer eso, no se trata de un mal juego. De hecho, disfruté de la manera en que utiliza la exploración de mazmorras en primera persona, y a través de locaciones divididas en cuadrículas, para desarrollar una identidad propia, sin parecerse demasiado a otros RPGs de corte similar. Y disfruté también del sistema de combate, que a pesar de ser algo enredado —pero no complicado— y de presentar pantallas llenísimas de opciones y menús y botones, resulta bastante directo y entretenido. Evidentemente hay un componente erótico (¿?) en cómo “Lucky Pervert” transmite sus órdenes (uy) a su party de Chicas Monstruo (sí pues), pero fuera de eso, la jugabilidad no está del todo mal.

Vale la pena mencionar, además, que “Moero Crystal H” cuenta con más de 80 Chicas Monstruo, por lo que si tienen, digamos, ciertas preferencias, seguramente encontrarán a las adecuadas para conformar su party. Súmenle a esto la customización previamente mencionada —en donde pueden elegir qué ropa interior usará cada una, básicamente, lo cual afecta tanto su apariencia como sus habilidades—, y la gran cantidad de eventos…. íntimos… (las chicas pueden ser roommates, además), y “Moero Crystal H” se convierte en una experiencia en donde la sexualidad de sus protagonistas es parte integral del ADN del juego. “Moero Crystal H” no es un título normal con algo de fanservice pegado encima con moco; ¡TODO lo relacionado al juego es fanservice!

A nivel técnico, “Moero Crystal H” no es el juego más ambicioso que jamás haya probado en la Switch. Las secciones de exploración en 3D lucen suficientemente bien, pero la mayoría del juego se juega viendo gráficas en 2D, con los personajes y/o enemigos apareciendo en pantalla, ya sea en cutscenes o en secuencias de batalla con efectos visuales cumplidores. Esto, junto con los HUDs y las pantallas desordenadas en general, convierten a “Moero Crystal H” en una experiencia algo caótica… jugable, entretenida, y por momentos satisfactoria, pero sí, caótica. La música es suficientemente enérgica, las voces en japonés suenan tal y como esperarían, y en general, “Moero Crystal H” corre sin mayores problemas en ambos modos de la Nintendo Switch.

Si fanservice es lo que buscan, fanservice es lo que encontrarán acá. Como mencionaba líneas arriba, la sexualización de los personajes de “Moero Crystal H” es parte integral del ADN del juego —la mayoría de mecánicas tienen que ver con ello, al igual que las gráficas y hasta la presentación de las voces. ¿Es cuestionable? Pues sí. ¿Es gratuito? Bastante. ¿Es de mi estilo? No realmente. Como RPG, “Moero Crystal H” no está del todo mal, pero estoy seguro que esa no es la razón principal por lo que muchos gamers terminarán comprando el juego. Al final del día, si esto es lo que les vacila, no creo que pueda decir mucho parra disuadirlos de comprar “Moero Crystal H”. Pero si lo que buscan es un RPG complejo, entretenido y longevo, pues mejor busquen en otra parte. Acá lo que hay es fanservice y poco más que eso.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por eastasiasoft.



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