Hitchhiker – A Mystery Game – Nintendo Switch (Análisis)

El elemento fundamental que diferencia a los videojuegos de otras formas de arte o medios narrativos, es la interactividad. Todo el mundo sabe esto (o al menos debería saberlo). Sin embargo, existen juegos que desafían dicha teoría —juegos en donde la interactividad no lo es todo, si no más bien uno de varios ingredientes que ayudan a desarrollar una historia o experiencia en particular. Juegos, pues, en donde uno no controla directamente a un personaje o vehículo, si no más bien se siente como un espectador más, que de cuando en cuando puede tomar ciertas decisiones para cambiar el curso de la trama.

Ese es el caso, precisamente, de “Hitchhiker – A Mystery Game”. Lo que tenemos acá es un juego de misterio en donde no se tiene tiene un control total del personaje principal, pero que más bien le da la opción al jugador de interactuar con ciertos elementos en pantalla, o de contestar preguntas y elegir de entre varias respuestas. No es una novela visual, si no más bien una experiencia en 3D y en primera persona relativamente pasiva… al menos en comparación a juegos más tradicionales. Lo importante acá, en todo caso, está en la narrativa; se trata de un juego que comienza de manera increíblemente misteriosa, y que a través de sucesos cada vez más surreales e increíbles, va explicando su conflicto central, y develando el secreto detrás de la desaparición de la novia del protagonista.

De hecho, lo que parece ser una historia más de un autostopista, rápidamente se convierte en algo ligeramente más siniestro y fantástico. Me gusta, de hecho, el que el juego no te explique el contexto en el que se lleva a cabo la primera historia (de cinco) inmediatamente. Al comenzar, uno se encuentra en el interior del, hablando con un granjero de pasas (¡!) que, a pesar de ser suficientemente amistoso, poco a poco va revelando secretos insospechados. Uno no sabe el nombre del protagonista, ni mucho menos a donde se dirige —esto es un misterio tanto para el chofer como para el jugador, lo cual convierte a “Hitchhiker – A Mystery Game” en una experiencia algo obtusa, pero también adictiva.

Como se dio a entender líneas arriba, “Hitchhiker – A Mystery Game” cuenta con cinco historias distintas. Ahora bien, a diferencia de lo que el título del juego podría sugerir, no todas se llevan a cabo en el interior de un carro —de hecho, una de mis favoritas se desarrolla en el interior de un restaurante. Pero todas consisten de más o menos lo mismo: el personaje principal conversando con un personaje secundario, tratando de revelar el misterio detrás de la desaparición de su enamorada. En el camino, uno puede ir interactuando con varios ítems en pantalla, y por supuesto, respondiendo las diferentes preguntas del personaje no jugable, para extraerle distintas reacciones.

Como se deben imaginar, entonces, lo más interesante de “Hitchhiker – A Mystery Game” está en la trama y en los personajes. El carácter de la historia es más bien surreal, influenciada por series como “Twin Peaks” (y el trabajo de David Lynch en general), en donde uno cuestiona la realidad de todo lo que le rodea. De hecho, uno de los mayores logros del juego está en su tono: es suficientemente perturbador como para que uno siempre esté consciente de que algo está mal, pero nunca llega a sentirse como una experiencia de terror ni mucho menos. Eso sí, la trama está llena de giros inesperados y momentos imprevisibles, lo cual convierte a “Hitchhiker – A Mystery Game” en una experiencia verdaderamente emocionante; uno (casi) nunca sabe qué es lo que pasará a continuación, haciendo que siempre se mantenga con ganas de seguir jugando.

A nivel de gameplay, entonces, “Hitchhiker – A Mystery Game” no es el título más complejo del mundo. Cada nivel (o historia) cuenta con suficientes elementos con los que se puede interactuar, pero nunca se tornan en mecánicas complejas —uno puede abrir guanteras, agarrar snacks, chequear mochilas, y más. Los puzzles, por otro lado, no son nada del otro mundo —sirven más que nada para avanzar la historia y establecer el tono del juego, mas no para romperle la cabeza al jugador. Esto se hace evidente desde la primera historia, en donde uno tiene que responder unas adivinanzas propuestas por una DJ en la radio; son fáciles de adivinar, y si por alguna razón al gamer no se le ocurren respuestas, le puede pedir pistas a la radio.

A nivel técnico, “Hitchhiker – A Mystery Game” es una mezcla de lo bueno, lo malo y lo feo. El look general del juego es bien low-poly, con colores fuertes, animaciones algo acartonadas (especialmente en los compañeros con los que uno interactúa), y diseños simplones. Luce bien, pero no es nada revolucionario. Lo que sí resulta más interesante son las historias dentro de las historias —están son presentadas a través de estilos artísticos muy vistosos, cada una diferente a la otra, como para que resalten y uno les preste atención. Y el performance del juego en ambos modos de la Switch es algo inestable —funciona bien la mayor parte del tiempo, pero cuenta con una que otra traba o congelada breve de cuando en cuando.

“Hitchhiker – A Mystery Game” no es un juego para todo el mundo —aquellos que estén buscando una experiencia tradicionalmente interactiva, en donde uno tiene el control total del personaje principal todo el tiempo, quedarán decepcionados con este título. Los demás, más bien, se encontrarán con una misteriosa historia, intrigante como ella sola y bastante surrealista, en donde uno no puede distinguir bien las diferencias entre la realidad y la fantasía. Sí, el final es algo apresurado, y sí, técnicamente podría estar mejor, pero fuera de esos defectos, no tengo demasiadas quejas en relación a “Hitchhiker – A Mystery Game”. La pasé realmente bien con el juego, y se sintió como un buen cambio de sabor en comparación a los otros juegos que había estado probando en mi Nintendo Switch.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Versus Evil.

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