Grizzland – Nintendo Switch (Análisis)

7

Grizzland

$4.99
7.4

Gráficas

6.0/10

Historia

8.0/10

Gameplay

8.5/10

Controles

8.5/10

Duración

6.0/10

Pros

  • Suficientemente misterioso
  • Narrativamente intrigante
  • Se controla muy bien
  • Buena variedad de enemigos
  • Gráficamente nostálgico

Cons

  • Música algo desesperante
  • Demasiado corto

Los juegos —o en realidad, cualquier tipo de producto narrativo, como una película o una novela— que deciden presentar su concepto central de manera demasiado misteriosa, pueden terminar siendo algo frustrantes para cierto jugadores. Después de todo, lo que muchas veces —no siempre— queremos es una experiencia que se sienta familiar, en donde sepamos exactamente q qué es lo que hay que hacer poco antes de comenzar a jugar, y por qué se está haciendo. Si un juego decide no contar una historia, eso está bien —pero si al comenzar un nuevo título, vemos que la trama va a ser parte importante de la experiencia, entonces lo mínimo que queremos es que dicha historia está bien contada.

Lo cual no quiere decir que un juego no pueda ser misterioso. Consideren, si no, el caso de “Grizzland”, un título estilo retro que termina siendo, más que nada, un juego de misterio, donde —felizmente— dicho aspecto termina siendo parte importante de su identidad. Como se trata de una nueva experiencia con nuevos personajes y una trama de la que sabemos poco o nada, el hecho de que “Grizzland” decida presentar ciertos aspectos de manera muy gradual, escondiendo algo de información para que el gamer no esté siempre orientado al 100%, es una buena idea —uno comienza a jugar “Grizzland” con ciertas expectativas del género —se trata de una suerte de Metroidvania, después de todo—, pero cuando estas son subvertidas o cambiadas, tampoco es que uno se moleste ni mucho menos. Es un balance delicado que los desarrolladores de “Grizzland”, felizmente, lograron obtener con pocos problemas.

Como suele pasar con estos juegos, “Grizzland” comienza con un tutorial, el cual logra explicar de manera bastante concisa el concepto central del juego… al menos a nivel de gameplay. Es curioso, porque el tutorial incluye todos los power-ups y movimientos que uno eventualmente obtendrá en el juego, pero cuando la historia de verdad comienza, uno está calato. Sin nada… ¡ni siquiera puede saltar! Es ahí donde comienza el misterio, de hecho: el gamer no sabe dónde está ni lo que tiene que hacer, pero poco a poco, puede ir averiguando cuáles son los objetivos de cada área, y cómo, por ejemplo, debe ir derrotando a cada enemigo con el que se encuentra.

Por ende, a nivel de gameplay, “Grizzland” no termina siendo un título particularmente complejo. Si saben lo que es un Metroidvania, y si han jugado juegos de ese tipo antes, sabrán qué esperar de “Grizzland”. Pero como suele pasar en ese género, este título en particular no se esfuerza mucho que digamos en explicarle al jugador de manera explícita, qué es lo que tiene que hacer y por qué —eso es algo que el gamer tiene que ir averiguando, lo cual, nuevamente, resulta en una aventura potencialmente frustrante para algunos, pero satisfactoria para algunos. Porque no me tomen a mal: cuando uno finalmente logra averiguar qué es lo que tiene que hacer, se siente realmente bien. ¡Como cuando me di cuenta que los recipientes de agua hacían las veces de checkpoints!

El sistema de combate en “Grizzland” no es el mejor. No está mal, pero ciertamente no se trata de lo más complejo que tiene el juego para ofrecer. Uno se puede ir encontrando con varios enemigos a lo largo de su aventura, desde murciélagos a los que uno tiene que esperar para que bajen, hasta dinosaurios particularmente hambrientos. Vencerlos no es complicado…. si es que uno se toma su tiempo para hacerlo. Como el utilizar la espada resulta ser una acción bastante lenta, uno tiene que leer bien los movimientos de los enemigos, calculando cuándo y con qué frecuencia se moverá, para poder evadir sus ataques y encontrar momentos en los que contraatacar tenga sentido. Y como cada espacio consiste de una pantalla que no se mueve, uno siempre sabe cuántos enemigos hay y por dónde se están movilizando —esto ayuda al ritmo más bien lento y calculado de las peleas.

Como deben estar imaginándose, por ende, nadie va a “Grizzland” por la emoción de las trifulcas. Son más ejercicios de estrategia y paciencia, que momentos verdaderamente adrenalínicos. Acá lo importante es la exploración de los niveles —como en cualquier buen Metroidvania— y la resolución de ciertos sidequests, los cuales de verdad ayudan a que uno vaya entendiendo la trama de “Grizzland” poco a poco. Ayuda a los personajes no jugables resulta muy satisfactorio, y encontrar nuevas áreas, así como misiones que, felizmente, no se adhieren a los clichés del género, definitivamente ayuda a que la experiencia de jugar “Grizzland” se sienta más redonda.

A nivel técnico, “Grizzland” presenta una propuesta bien retro. Hasta me animaría a decir que es sub-NES —las gráficas, por momentos, se sienten como algo sacado de un juego para el Atari 2600, con uno que otro sprite ligeramente más complejo. Así que no esperen nada espectacular de parte de “Grizzland” a nivel visual —si son gamers de antaño, que recuerdan lo que era jugar este tipo de títulos en los años 80, probablemente encuentren algo de valor en la presentación de “Grizzland”. Lo mismo con la música —no es tan desesperante como las bandas sonoras de los juegos menos logrados de la famosa consola de Atari, pero tampoco me animaría a decir que es… bueno, agradable. En todo caso, al ser un juego tan sencillo, “Grizzland” corre sin problemas en ambos modos de la Nintendo Switch.

¿Le tienen nostalgia a los juegos del Atari 2600? ¿No les importa escuchar música que parece haber sido sacada de una trituradora (a veces)? ¿Y son acaso fanáticos de los Metroidvanias, en donde resulta más importante la exploración, la narrativa y la recolección de ítems, que un buen sistema de combate? Entonces “Grizzland” es el juego perfecto para ustedes. Con sus gráficas retro, sólido gameplay, historia que se ve desenvolviendo gradualmente, y corta duración, se trata de una experiencia hecha (casi) exclusivamente para los gamers más nostálgicos. Y para variar —al menos en este caso—, eso no es algo malo.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por eastasiasoft.



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