Figment – Nintendo Switch (Análisis)

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7.4
Tan solo un figmento...
  • ¡Bien manejado!

Tocar el tema de la depresión en un videojuego puede traer consigo resultados mixtos —si los creadores de dicha experiencia no saben mucho sobre la enfermedad, o simplemente no tienen mucho tacto a la hora de tratarla, el resultado final puede terminar siendo bastante negativo, hasta ofensivo. Pero si los desarrolladores saben lo que están haciendo, pueden terminar creando una experiencia temáticamente profunda y entretenida, la cual debería atraer tanto a quienes hayan tenido la enfermedad, como a quienes simplemente quieran empatizar con ellos, o saber más del tema. Felizmente, ese es el caso, precisamente, de “Figment”, de Bedtime Digital Games.

Lo que tenemos acá es un título que se lleva a cabo dentro de la mente de su protagonista, algo así como la película “Intensa-mente”, de Pixar. No obstante, por más de que el contexto sea similar entre filme y videojuego, el desarrollo de la historia acá es muy diferente. “Figment” comienza con una pantalla en negro, dándonos a entender que el protagonista es un padre que se ve involucrado en un accidente con su hijo. Es después de esa introducción que nos metemos en el mundo de su mente, controlando a Dusty, quien tiene que recorrer tres secciones específicas del cerebro del protagonista. Es una idea llena de potencial, el cual es, felizmente, bien aprovechado en “Figment”.

Ahora bien, hablando de las tres secciones —uno termina explorando lugares en la mente del protagonista, como su lado Creativo, su lado Lógico, y finalmente, su lado Consciente. Cada uno de estos lugares maneja un estética distinta, lo cual le otorga mucha variedad visual al juego, y contribuye a que el gamer pueda adentrarse en este universo sin problemas. Por ejemplo, el lado Creativo es particularmente colorido, utilizando diseños alocados y presentando música variada;, mientras que el lado Lógico se siente como el interior de un Reloj. Nada de esto afecta demasiado al gameplay, sin embargo, lo cual podría sentirse como una oportunidad desperdiciada, pero a la vez, no es algo que logre malograr a la experiencia en general.

Eso sí, vale la pena aclarar que la mayoría de puzzles en “Figment”, a lo largo de las tres secciones de la mente del protagonista, se llevan a cabo más o menos igual. Uno tiene que encontrar baterías para que ciertos objetos funcionen, así como manijas para poder girarlas. Mientras uno va agarrando el ritmo del juego, puede ir prediciendo cómo se llevará a cabo cada puzzle, lo cual podría terminar por frustrar a ciertos jugadores. No es que “Figment” sea un título extremadamente fácil —de hecho, creo que maneja un nivel de dificultad bastante balanceado—, si no más bien que sus puzzles nunca llegan a ser tan creativos con su concepto base, o como el diseño visual de cada una de las secciones que Dusty visita.

No obstante, vale la pena resaltar que los enfrentamientos con los Jefes le otorgan algo de variedad a la experiencia, como para que el juego entero no se convierta en algo fácil de predecir. Dichos encuentros combinan la resolución de puzzles con un sistema de combate extremadamente sencillo, obligando al jugador a enfrentarse a enemigos que lo rodean —manifestaciones literales de pesadillas, cuya presencia tiene sentido dentro del contexto del juego. Puede que dichos enfrentamientos no sean particularmente complicados, pero a ojos de este crítico, logran balancear el combate con los puzzles y el contexto de la historia, de manera más eficiente que el resto del juego.

Eso se debe, también, a que el sistema de combate en sí es extremadamente repetitivo, y aparece de manera muy ocasional y breve —más que nada, para otorgarle pequeños respiros al juego entre puzzle y puzzle. Hubiera agradecido que “Figment” incluya un sistema de batalla un poco mas profundo y variado, o en todo caso, más situaciones en las que pelear sea necesario. No es que no esté satisfecho con los puzzles o con los Jefes —solo que si los desarrolladores realmente querían incluir trifulcas, debieron hacerlo de mejor manera, y no a medias. En todo caso, dudo que esto le vaya a fastidiar demasiado a los fanáticos de los puzzles.

A nivel técnico, no tengo ninguna queja en relación a “Figment”. La estética que maneja es verdaderamente hermosa y original, haciendo uso de diseños únicos en todas las secciones de la mente del protagonista, así como de una paleta de colores sorprendentemente sobria, como para no desentonar demasiado con la temática de depresión que la narrativa maneja. Eso sí, las actuaciones de voz pueden llegar a ser bastante irritantes, por lo que si no quieren desesperase con el juego, probablemente les recomendaría que le bajen un poco el volumen. Finalmente, al tratarse de un puzzler relativamente sencillo, “Figment” corre sin mayores problemas tanto en la modalidad portátil de la Nintendo Switch, como en el dock para televisión.

“Figment” es una experiencia que debería entretener a cualquier fanático de los puzzles, o a quienes estén buscando una experiencia temáticamente rica en su Nintendo Switch (eso sí, considerando lo importante que es la depresión para la narrativa del juego, aquellos que sean sensibles a dicho tema probablemente deberían evitar jugarlo). Las gráficas son excepcionales, el gameplay está bien explicado, y los controles son precisos. Sí, los puzzles nunca llegan a ser tan originales como la premisa del juego o el contexto en el que se lleva a cabo, pero tampoco son lo suficientemente nefastos como para malograr la experiencia entera. De hecho —y especialmente si lo encuentran en oferta—, vale la pena que se descarguen “Figment”; puede que queden gratamente sorprendidos.



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