West of Loathing (Nintendo Switch) – Análisis

10

West of Loathing

$11.00
7.8

Dificultad

8.0/10

Gameplay

9.0/10

Sonido

7.0/10

Gráficos

7.0/10

Duración

8.0/10

Pros

  • Realmente gracioso
  • Muy estilizado
  • Competente sistema de batalla
  • Excelentes puzzles
  • Historia absurdamente divertida

Cons

  • A veces muy sencillo
  • Faltaron opciones en batallas

La manera en que uno disfrute de “West of Loathing” dependerá mucho del sentido del humor que tenga. Este no es un juego serio, ni pretende serlo. Tampoco pretende ser un juego con gráficas modernas o un gameplay particularmente complejo; más bien, lo que quiere hacer es entretener al gamer con chistes cada minuto, juegos de palabras, y una estética que podría describirse como la interpretación de un niño de seis años del viejo oeste. Si están buscando un título AAA bien pulido, les sugiero que vayan a otra parte. Pero si piensan probar “West of Loathing” con la mente un poco más abierta, conscientes de que se trata de una experiencia bastante cruda, pero extremadamente divertida, estoy seguro que la pasarán bien.

La historia no es lo más importante en “West of Loathing”. Lo importante acá es que el juego mezcla elementos de aventura tipo point-and-click con un sistema de batalla clásico de RPGs, todo para desarrollar una narrativa que poco sentido tiene —considerando que la mayoría de personajes son de palitos, esto no debería resultar sorprendente—, pero que logró hacerme reír en más de una ocasión. Sí, tiene elementos que uno esperaría de cualquier western, pero a la vez, inserta personajes como vacas demoniacas con las que uno tiene que pelear, o esqueletos con sombrero de vaquero. Todo es muy absurdo, pero muy chistoso.

A pesar de su estética tan sencilla, “West of Loathing” es un juego lleno de contenido, el cual logra desarrollar una campaña principal sorprendentemente longeva. Admito no haber terminado el juego —pero creanme, he jugado lo suficiente como para poder redactar un análisis bien justificado—, y aunque lo he estado jugando por varias horas —unas 8, asumo— estoy seguro que todavía me falta recorrer más locaciones e interactuar con más personajes. Todo depende de qué tan detallista sea uno, claro esta; si uno se concentra únicamente en las acciones obligatorias, el juego se pasa más rápido, pero si se pone a explotar más, interactuar más, y batallar más, la cosa se pone más larga e interesante.

En el mapa, uno puede hablar con varios NPCs (personajes no jugables) que lo mandarán a diferentes quests, a los que uno puede ir montando su caballo. En el camino, uno se puede encontrar con enemigos —con los que uno tiene que pelear, obviamente—, tesoro para excavar, o simplemente ítems que recoger. La mayor parte del tiempo no se llega al destino de manera directa; puede que el quest sea lo más importante en el momento, pero si uno quiere que su personaje crezca y consiga más ítems interesantes, es necesario desviarse o hasta distraerse un poquito. Daño no puede hacer (a menos que el enemigo sea demasiado poderoso….)

El sistema de batalla es cumplidor. No voy a decir que se trata de una característica revolucionaria del juego, pero funciona. Inicialmente es un poco sencillo, pero mientras uno va avanzando en “West of Loathing”, se va tornando más complejo y entretenido. La mayor parte de ataques son ejecutados por turnos, pero una que otra habilidad puede ser utilizada fuera de turno. Para aprender nuevas habilidades, es necesario encontrar ciertos libros a lo largo de la aventura, y utilizarlos en batalla. Al principio, no son obligatorios, pero mientras las peleas se van tornando más complicadas, las nuevas habilidades se van haciendo más útiles. Como decía, no es un sistema particularmente complejo, pero hace bien su trabajo.

En todo caso, lo mejor de las peleas es que son suficientemente entretenidas y breves como para que nunca se sientan como relleno; en la mayoría de los casos, sentí que los combates formaban parte de la historia, como si fuesen un elemento esencial en el juego, y no solo una manera de hacer grinding o de hacer que la experiencia sea más larga. Puede que la necesidad de utilizar las nuevas habilidades en encuentros posteriores se sienta algo barata on injusta, pero no se trata de algo que termine por arruinar la experiencia por completo.

Felizmente, los puzzles están considerablemente mejor construidos que las peleas, tanto así, que me animaría a decir que son, junto con el sentido del humor del guión, LA razón por la que uno debería jugar “West of Loathing”. La historia principal es suficientemente sencilla, supongo, aunque hay que admitir que hay ciertos giros que me resultaron bastantes sorprendentes, pero es con los sidequests que “West of Loathing” verdaderamente brilla. Si debo ser honesto, yo soy el típico gamer que prefiere completar la campaña principal de la manera más directa, sin desvíos ni fetch quests ni nada por el estilo, pero en “West of Loathing”, realmente me daban ganas de completar los objetivos secundarios. ¡Eso nunca me pasa! Pues así de buenos son; si me convencieron a mi, deberían convencer a cualquiera.

Como mencioné líneas arriba, “West of Loathing” es increíblemente sencillo a nivel técnico. Las gráficas en 2D son en blanco y negro y lineales, como si hubiesen sido basadas en dibujos de niños pequeños, quienes trataban de retratar las aventuras de sus héroes favoritos. Es un estilo muy deliberado que, siendo honesto, me resultó extremadamente encantador después de un rato. Tanto la música como el diseño de sonido son igual de simples; funcionales, pero no particularmente memorables. Previsiblemente, “West of Loathing” corre perfectamente tanto en el dock de la Nintendo Switch como en su modo portátil.

“West of Loathing” es el anti juego AAA, por así decirlo: tiene gráficas ridículamente simples, música poco memorable, y maneja un estilo de humor irreverente y muy dependiente de los juegos de palabras. Pero dentro de esa estética tan particular que maneja, está bastante bien hecho y resulta innegablemente entretenido y adictivo: el sistema de batalla es competente (aunque algo simplón), los puzzles son excelentes, y la historia, aunque absurda, está contada de manera realmente graciosa. Si buscan algo en lo que sea fácil meterse, como para variar de tanta experiencia compleja y muy elaborada, definitivamente les recomiendo que prueben “West of Loathing”.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Asymmetric.

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