The Elder Scrolls V: Skyrim (Nintendo Switch) – Análisis

40

The Elder Scrolls V: Skyrim

$59.99
8.9

Gráficas

8.5/10

Historia

9.5/10

Dificultad

8.0/10

Sonido

9.0/10

Gameplay

9.5/10

Pros

  • Skyrim para llevar
  • Mundo enorme
  • Rica atmósfera
  • Controles de movimiento
  • Una aventura larga

Cons

  • Menús lentos y tediosos
  • Faltan detalles de Edición Especial

The Elder Scrolls V: Skyrim es uno de los RPGs de mundo abierto más populares y famosos de la historia, un juego inmenso y ambicioso e innegablemente épico que ha salido en distintas versiones para diferentes consolas, tanto así que, para muchos fanáticos, podría resultar absurdo pagar el precio completo para comprarlo una vez más. Pero Skyrim para la Nintendo Switch es un caso aparte: representa la primera vez que podemos disfrutar de este título de manera portátil, llevando nuestra aparentemente interminable aventura a todas partes, para continuar jugando donde nos dé la gana.

Sí, puede que no sea suficiente justificación como para jugar Skyrim por decimoquinta vez, pero para aquellos fanáticos de la Gran N que nunca hayan probado el juego antes, se trata de la oportunidad perfecta para averiguar exactamente por qué el título ha resultado ser tan popular todos estos años (recordemos que salió por primera vez en el año 2011). De hecho ayuda, también, el que sea un port muy impresionante, el cual conserva la experiencia entera de Skyrim (más los DLCs) sin sacrificar demasiada calidad visual o sonora.

En comparación a otras versiones de Skyrim que han salido en consolas de la competencia, la versión para Switch luce realmente bien, especialmente considerando que le pertenece a un sistema portátil muy delgado y ligero. El título corre a unos sólidos 30 cuadros por segundo —casi ni me encontré con momentos alentados mientras jugué este fin de semana—, y las gráficas son un intermedio entre la Edición Especial del año pasado, y la primera versión del juego. En modo portátil, Skyrim corre a una resolución de 720p, como deben imaginarse, mientras que en la TV corre a 900 ó 900-y-pico p. Me hubiera gustado ver el juego en Full HD, pero me imagino que hubiese perdido algo en términos de frame rate.

Independiente de los datos técnicos, y considerando que se trata de un juego de hace seis años, Skyrim luce muy vistoso en la Switch. Las texturas son detalladas, elementos como el agua o el fuego se ven suficientemente realistas, y el uso de la luz o el humo logran otorgarle mucha atmósfera a la mayoría de áreas que uno atraviesa con su protagonista personalizado. Sí, algunos de los cambios más impresionantes de la Edición Especial están ausentes, pero no es que Skyrim sea un juego feo ni mucho menos. La única característica que devela su edad son los modelos de los personajes; la mayoría se ven algo cuadradones, aunque me gustó lo bien trabajada que está la sincronización de sus labios con las voces.

Skyrim para Switch, además, cuenta con los DLC de Dragonborn, Hearthfire y Dawnguard, lo cual lo convierten, hasta cierto punto, en una suerte de versión definitiva del juego. En todo caso, ayudan a extender una experiencia que ya de por sí es masiva; siendo un RPG de mundo abierto, Skyrim es un título que puede ser acabado en unas horas, si el gamer ignora prácticamente todos los sidequests, o que puede tomar días de días, si es que se adentra en el mundo y en las tramas secundarias y en los problemas de los NPCs. Skyrim es un juego que premia a los gamers que le prestan atención a los detalles, obsesos y adictos a lo inmersivo que puede llegar a ser.

La narrativa principal del juego puede tornarse algo previsible después de un rato, pero lo bueno de Skyrim es que introduce giros inesperados en momentos precisos, agarrando desprevenido al jugador, y haciendo que la experiencia sea mucho más rica y original. Los premios que uno recibe por sidequests completados son igual de satisfactorios, desde loot hasta mejoras para las armas o las armaduras. Desde los momentos o los quests más largos y complicados, hasta las tareas más breves o aparentemente mundanas, Skyrim sabe como meter al gamer en su mundo, lleno de diferentes razas —humanos, orcos, elfos de todo tipo— y, por supuesto, dragones.

El gameplay es sólido; si han jugado cualquier otro RPG o título de aventura o de fantasía, probablemente sabrán qué esperar de Skyrim, lo cual no quiere decir que no funcione. De hecho, el título se controla muy bien, y uno puede combinar diferentes armas —espadas ligeras, hachas pesadas, escudos, cuchillos— para armarse hasta los dientes y pelear contra sus enemigos. Los controles de movimiento, exclusivos para la Switch, están sorprendentemente bien implementados; me gustó utilizar, por ejemplo, las espadas al mover los Joy-Cons, aunque admito que, al tratarse de un método bien físico, cansa un poco, por lo que no lo usaría para sesiones largas de juego.

Más sorprendentes resultaron los controles de movimiento para abrir cerraduras. Con un Joy-Con, uno mueve el lock pick (los palitos de metal), mientras que con el otro mueve la cerradura. El HD rumble indica cuando uno se está acercando al momento en el que tiene que tratar de abrirla… y eso es todo. Es sencillo, extremadamente efectivo, y muy divertido de utilizar. Además, también se pueden utilizar los controles de movimiento para apuntar con armas de largo alcance, como en The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Funciona igual, tanto con los Joy-Cons, como con el Control Clásico.

El juego, además, incluye un sistema de magia, el cual, al igual que la mayoría de características de Skyrim, es mejorable a lo largo de la aventura. Ya que uno puede hacer que su personaje sea guerrero o mago, entre otros, puede aprovechar al máximo la manera en que el juego le permite lanzar hechizos; el hecho de que cada mano que uno ve en primera persona pueda lanzar diferentes tipos de hechizos (y existen muuuuchas variedades) le otorga una infinidad de posibilidades muy divertidas al gamer. Me gustó, también, el hecho de que uno, eventualmente, pueda llamar a NPCs o incluso criaturas para que lo ayude en la aventura, especialmente en las batallas más complicadas. ¡Uno no tiene por qué estar solo en su aventura!

Skyrim es un juego inmenso; cada NPC (personaje no jugable) tiene algo qué decir sobre la guerra, sobre el contexto de la historia (y sí, varios mencionan que solían ser aventureros como tú, hasta que recibieron una flecha en la rodilla). La atención al detalle es alucinante; Skyrim se siente como un mundo vivido, realista, muy atmosférico, en el que uno se puede adentrar, y que uno sospecha está lleno de secretos que faltan descubrir. El simple hecho de que uno pueda escoger entre varias clases al principio del juego para customizar al personaje debería ser indicación suficiente sobre lo ambicioso que es el título; el mapa no será tan grande como el de Breath of the Wild, pero tiene la misma cantidad de contenido rico, adictivo y muy entretenido.

Lo que sí me sorprendió de manera algo negativa, fueron los menús del juego. No jugaba Skyrim desde hace algunos años, por lo que no tenía recuerdos particularmente detallados de la utilización de menús en el título, pero probándolo nuevamente en la Switch, se me hicieron bastante torpes y tediosos. Los menús resultan particularmente enervantes cuando uno tiene que acceder a las pociones para recuperar vida, o cuando quiere cambiar de armas o botar algunas; si tienes demasiado peso en tu inventario, tu personaje ya no puede seguir corriendo. Sé que es extremadamente injusto, pero luego de jugar el más ágil Breath of the Wild, el sistema de menús de Skyrim se me hizo demasiado lento y cansador; debieron aprovechar para mejorarlo en este nuevo port.

Skyrim también es compatible con amiibo. Al igual que en otros juegos, uno puede utilizar cada amiibo una vez al día para obtener armas y, en general, loot de bajo nivel. Pero como hemos visto en el material promocional del juego, también se pueden utilizar los amiibo de Zelda para, con suerte —y luego de varios intentos— obtener túnicas y armas (como la Master Sword y el Hylian Shield) de la franquicia para el personaje. No son los ítems más fuertes del juego (créanme que los reemplazarán eventualmente, por más que se puedan mejorar), pero le otorgan una novedad estética muy divertida (y exclusiva de Nintendo) al juego.

No hay mucho más que pueda escribir sobre Skyrim, que no se haya dicho en otros análisis mucho más detallados y profundos. Se trata de uno de los grandes RPGs de aventuras, un juego sin igual que estoy seguro a muchos les hará gracia completar una vez más, esta vez de manera portátil, ya sea en el bus, el avión, o hasta la sala de espera del dentista. Lo mejor de esta versión para Nintendo Switch es que uno jamás siente que esté jugando un port inferior; nada de la experiencia general de Skyrim se ha sacrificado, ni a nivel narrativo, ni visual, ni de gameplay. Se trata de Skyrim tal y como todos lo recordamos; si nunca lo han jugado antes, definitivamente lo recomiendo, y si son fanáticos de The Elder Scrolls, estoy seguro que les llamará la atención darle una oportunidad más.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Bethesda Softworks.

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