The Complex – Nintendo Switch (Análisis)

Wales Interactive es una compañía que se ha especializado en publicar películas interactivas para las consolas de videojuego contemporáneas, entre las que se encuentra, por supuesto, la Nintendo Switch. Ya saben a qué me refiero; juegos como “Late Shift”, que en vez de utilizar gráficas en 2D ó 3D como la mayor parte de títulos, más bien fueron filmados como cualquier otra película o serie live action, y cuentan con un estilo algo limitado de interacción. En realidad, más que a un videojuego común y corriente, estas experiencias se parecen más a los clásicos libros de “escoge tu propia aventura”, en donde uno tiene que ir tomando diferentes decisiones para cambiar el desarrollo de la narrativa, y llegar a un desenlace único.

Si uno se anima a probar estos títulos sabiendo eso, lo más probable es que la pase bien. Después de todo, la mayor parte de los juegos de Wales Interactive han sido realizados con algo de dedicación, y son protagonizados por actores con talento, quienes se toman en serio el proyecto a pesar de no tener el mismo prestigio que un largometraje convencional. Habiendo dicho eso, entonces, no debería sorprenderles que “The Complex” funcione tan bien. Se trata, pues, de un título de este tipo que logra funcionar tanto como una experiencia interactiva, como a la hora de desarrollar una narrativa de thriller de misterio. Gracias a sus sólidas actuaciones y trama sorprendentemente intrigante, “The Complex” logró entretenerme por un par de horas… pero nada más que eso.

La protagonista de “The Complex” es la doctora Amy Tenant (Michelle Mylett), una investigadora que se encuentra trabajando en el desarrollo de la tecnología de nanocélulas con su compañero, el Dr. Rees Wakefield (Al Weaver), que solía ser su novio. El ambiente de trabajo es algo tenso, pero nada de eso se compara a lo que viene a continuación: cuando un practicante proveniente del país ficticio de Kindar se roba nanocélulas del laboratorio de Amy y se les inyecta en el cuerpo, la ciudad de Londres entra en caos, por lo que nuestros protagonistas tienen que esconderse en el complejo (¡ja!) subterráneo de la Corporación Kensington, para tratar de encontrar una solución a todos sus problemas.

Como suele pasar en este tipo de juegos, lo más interesante de “The Complex” está en las decisiones que uno puede tomar. Ahora bien, eso no quiere decir que se trate de una experiencia carente de defectos. De hecho, el sistema de decisiones tiene puntos positivos, claro, pero también puntos negativos. ¿Lo bueno? Muchas de las decisiones importantes se llevan a cabo hacia el final de la historia, lo cual ayuda a que uno vaya pensando en el final que le gustaría ver (el título cuenta hasta con nueve finales posibles). ¿Lo malo? Muchas de las decisiones pequeñas (especialmente hacia el principio del juego) no tienen ningún tipo de consecuencia para la narrativa, por lo que se sienten gratuitas, hasta innecesarias.

Felizmente, no es algo que termine por arruinar la experiencia en general de jugar “The Complex”. De hecho, disfruté, también, del menú de pausa. ¿Cómo así? Pues en él, uno puede ver las estadísticas y características de Amy, así como su relación con los demás personajes; dependiendo de las decisiones que uno vaya tomando, estas características pueden ir cambiando, y su relación con los personajes secundarios también se puede ver afectada. Ahora, no hay nada en el juego que indique que uno puede ver esto en el menú de pausa, lo cual no es ideal, y tampoco es posible saber qué decisiones afectan qué estadísticas, pero igual se trata de un detalle que no he visto con frecuencia en otros juegos de similar corte, y que prefiero tener de todas maneras. (Por más de que no esté implementado de manera muy clara).

A nivel puramente narrativo, “The Complex” es suficientemente cumplidor. No se trata del thriller de ciencia ficción más complejo (¡JA!) del mundo, pero está suficientemente bien construido, como para que uno se meta en la trama casi inmediatamente. Sí, algunas de las motivaciones de los personajes no quedan del todo claras, y sí, la mayoría de finales son bastante decepcionantes, pero la historia nunca contradice su lógica interna, y al final del día, resulta fácil empatizar con Amy, lo cual ayudó a que me esfuerce en tomar las mejores decisiones para tratar de llegar a un final más o menos positivo. 

Evidentemente, también ayuda el que las actuaciones sean de buen nivel —se nota que “The Complex” está protagonizado por actores profesionales, quienes interpretan sus respectivos papeles a la perfección (Michelle Mylett está particularmente bien como Amy). Adicionalmente, los valores de producción son bastante altos —todo aspecto de diseño de producción, desde los trajes hasta las locaciones, luce verosímil, y contribuye con el desarrollo de la historia. Los efectos digitales, sin embargo, sí se ven algo baratos (especialmente la sangre y los disparos), pero felizmente no es algo que arruine la trama en general, o las contorsiones narrativas en las que uno se mete mientras juega.

“The Complex” es una de las películas interactivas más entretenidas que he tenido el placer de jugar (¿o ver?) en la Nintendo Switch. Corre sin problemas en ambos modos de la consola (lo cual era de esperase, ¿no?), maneja una trama suficientemente intrigante y bien desarrollada, cuenta con actuaciones realmente buenas, y visualmente no está del todo mal. El simple hecho de que me gustaría ver “The Complex” en formato convencional —es decir, sin las partes interactivas—, debería decirles todo sobre lo mucho que disfruté de la experiencia, por más de que tenga algunos defectos algo fastidiosos. De hecho, una secuela, llamada “The Complex: Lockdown”, saldrá pronto (supuestamente). ¡Me muero por jugarla!

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Wales Interactive.

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