Super Mario Odyssey (Nintendo Switch) – Análisis

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Super Mario Odyssey

$59.99
9.1

Gráficas

9.8/10

Historia

8.0/10

Sonido

9.6/10

Dificultad

8.0/10

Gameplay

9.9/10

Pros

  • Magnífico gameplay
  • El gran uso de Cappy
  • Mundos variados y coloridos
  • Contenido post-créditos
  • Simplemente encantador

Cons

  • Cámara inestable
  • Muy fácil por momentos

Super Mario Odyssey es uno de esos juegos que son imposibles de odiar; no, incluso me animaría a decir que es un juego imposible de criticar (negativamente). Sabemos que el estándar bajo el que trabaja el equipo encargado de las aventuras 3D principales de Mario es muy alto, pero incluso ellos son capaces de desarrollar títulos infinitamente entretenidos, pero poco innovadores (Super Mario Sunshine se me viene a la mente). Super Mario Odyssey, felizmente, cumple todas las expectativas, y hasta las destroza.

De hecho, si tuviese que utilizar solo una palabra para describir a Super Mario Odyssey, sería “encantador”. Todo aspecto del juego, desde la presentación, hasta las gráficas, la sencilla historia, los mundos, y por supuesto, el gameplay, esté hecho para encantar al gamer; sí, para presentarle retos, de eso no hay duda, pero en general, para divertirlo, para asegurarse de que pase un gran momento. Muchos juegos hoy en día se concentran mucho en la narrativa o en el realismo de sus gráficas; Super Mario Odyssey no está interesado en nada de esto. Estamos ante un videojuego que sabe que su objetivo principal es divertir, y divertir de la manera más, bueno, encantadora, única y feliz posible.

Si disfrutaron de Super Mario 64 y el anteriormente mencionado Super Mario Sunshine, definitivamente la pasarán bien con Super Mario Odyssey. En términos generales, se siente como un sucesor de ambos títulos; se trata de una aventura en 3D en la que Mario debe atravesar varios mundos y recolectar diferentes ítems, desde monedas de varios colores, hasta Lunas (las cuales acá reemplazan a las Estrellas y los Shines).

Pero como era lógico, Nintendo tenía que introducir un nuevo gimmick en el juego (recuerden a F.L.O.O.D), y ahora tenemos a Cappy, el sombrero que puede poseer a todo tipo de enemigos y personajes no jugables. Inicialmente algunos podrían sentir que se trata de un truco barato para darle algo nuevo que hacer a Mario en el juego, pero felizmente la presencia de dicho personaje está lo suficientemente bien integrada en el gameplay, como para que se sienta vital. Además, ¿a quién no le llamaría la atención controlar a un T-Rex gigante y realista en medio de los mundos fantásticos de Mario?

Por otro lado, tampoco puedo negar que Cappy sea integral a la trama del juego, por más sencilla que esta sea. Para variar, Bowser ha secuestrado a la Princesa Peach, pero esta vez, también se ha llevado a Tiara, la hermana de Cappy. Esa es la razón por la que este nuevo personaje decide unir fuerzas con el fontanero italiano… y siendo justos, es todo lo que uno necesita para poder disfrutar del juego. La historia nunca ha sido el foco de los juegos de Mario, y esta definitivamente no es la excepción. Es una excusa para poder atravesar varios mundos de distintos colores y tamaños, y cumple su cometido.

A lo largo de la aventura, Mario podrá controlar a diferentes tipos de enemigos y criaturas gracias a Cappy, lo cual le otorga mucha variedad —y estilos de gameplay— al juego. Desde el anteriormente mencionado T-Rex, hasta torres de Goombas que caminan, realmente hay mucho qué poseer y descubrir en el juego. Además, el gorro puede ser utilizado también para descubrir monedas escondidas, así como pasajes secretos y otros atajos. Se trata de un ítem realmente útil que le otorga una habilidad que jamás me hubiera imaginado hubiese sido tan necesaria en un título de Mario.

Visualmente, Super Mario Odyssey es un juego realmente bello, un título que demuestra lo que la Nintendo Switch es capaz de hacer en manos de desarrolladores que saben exprimirla al máximo. Sí, las gráficas son coloridas y caricaturescas, por lo que resulta absurdo comparar al juego con franquicias de corte más realista, pero tampoco se puede negar que se trata de un juego impresionante y a gran escala. Las texturas son sencillas pero están brillantemente implementadas, los colores están muy bien usados en todos los niveles, y los enemigos cuentan con animaciones encantadoras —y hasta por momentos, hilarantes— que les otorgan mucha personalidad. Además, a diferencia de otros juegos de la franquicia, se nota que Nintendo se esforzó en darle cieeeerto grado de verosimilitud a algunos niveles; ya no hay tantas nubes o plantas con ojitos, por ejemplo.

Dicho esfuerzo se hace evidente en uno de mis mundos favoritos: el Reino Metro, y más específicamente, New Donk City, el equivalente a Nueva York en el mundo de Mario. Sí, en un principio resulta bastante desconcertante ver a Mario junto a seres humanos de proporciones más realistas (lo cual lo lleva a uno a pensar: “si Mario no es un humano como los demás, ¿qué es entonces?”), pero hasta cierto punto, dicho contraste se puede analizar como un comentario bastante meta de parte de Nintendo: aceptan que Mario es una caricatura, incluso en comparación a otros seres vivos en su mismo universo. Realmente no me la esperaba.

Adicionalmente, resulta extremadamente entretenido jugar en medio de esta ciudad, saltando encima de carros, utilizando diferentes objetos o estructuras para rebotar, o participando en mini juegos sorprendentemente bien desarrollados. La ciudad le pertenece a Mario, y por ende al jugador, y ha sido exprimida al máximo para que resulte lo más divertida posible. Curiosamente, el contraste entre Mario y los humanos que mencioné líneas arriba, a fin de cuentas, resulta menos perturbador que la diferencia entre Sonic the Hedgehog y los NPCs en títulos como Sonic Adventure. De hecho ayuda el que Super Mario Odyssey no se tome demasiado en serio a sí mismo.

En lo que se refiere al performance técnico, Super Mario Odyssey es todo lo que uno esperaría de un título first party para la Nintendo Switch. El título corre perfectamente a 60 cuadros por segundo tanto en la TV como en modo portátil —lo cual es impresionante, considerando lo gigante, ambicioso y gráficamente hermoso que es el juego—, pero desgraciadamente, no cuenta con controles touchscreen para cuando se juega en la pantalla portátil. No obstante, el simple hecho de que pueda llevar una aventura principal de Mario a todas partes, sin sacrificar ni un solo aspecto técnico, es realmente un sueño hecho realidad. Por más que las gráficas o los detalles no se aprecien tanto en la pantalla pequeña de la Switch, no puedo dejar de admitir que se trata de una experiencia memorable y fantástica.

Y sí, cuando digo que Super Mario Odyssey es un juego grande y ambicioso, hablo en serio. No, no se trata de un título particularmente difícil —como en la mayoría de entregas de la franquicia, los jefes son ridículamente fáciles de derrotar, por ejemplo—, pero sí favorece la exploración de los mundos por sobre los enemigos absurdamente fuertes. Es necesario, por ejemplo, recolectar cierta cantidad de Lunas para hacer que la nave de Mario y Cappy pueda pasar a los siguientes mundos, por lo que el juego lo incita a uno a jugar los niveles una y otra vez para encontrar pasajes secretos con nuevas Lunas, o para cumplir nuevos retos.

Además, el título está lleno de contenido post-aventura principal, lo cual, debo admitir, no me esperaba, pero me sorprendió gratamente. Super Mario Odyssey le presenta a uno nuevos retos, misiones, personajes, e incluso nuevos mundos ENTEROS luego de que los créditos finales pasan por la pantalla. Sí, la trama es incluso menos importante en estos momentos, pero a quién la importa; el gameplay sigue siendo excelente, y el juego demuestra que tiene mucho por ofrecer incluso cuando uno cree que ha logrado pasarse todo al 100%.

Siguiendo con el tema de la dificultad, si tuviera que criticarle algo a Super Mario Odyssey, es el hecho de que es casi imposible morir; cada vez que uno es derrotado por un enemigo, o cae en un pozo vacío, revive inmediatamente, habiendo solo unas cuantas monedas. Sí, las monedas son importantes para comprar ítems o nueva ropa para Mario (¡de ahí sale la famosa foto de Mario en ropa de baño, en donde todos descubrimos que, milagrosamente, tiene pezones!), pero tampoco son vitales para acabar el juego. Si Super Mario Odyssey era ya de por sí bastante fácil, esto hace que sea casi imposible no terminarlo. Adicionalmente, la cámara del juego no es perfecta; funciona la mayor parte del tiempo, pero sí se me atracó un par de veces en los peores momentos posibles.

Estas últimas quejas, sin embargo, casi ni afectan al producto final. Super Mario Odyssey es una labor de amor, un juego realizado por los mejores desarrolladores, diseñadores, escritores y directores de Nintendo, para asegurarse de que el producto final sea una obra maestra difícil de comparar con otros títulos de similar corte. Es prácticamente imposible no sonreír mientras un juega Super Mario Odyssey; todo aspecto, desde las gráficas hasta el gameplay, el contenido, la exploración, y los mundos y misiones post-créditos, están hechos de la mejor manera posible. Puede que otros juegos de 2017 sean superiores a nivel narrativo o de complejidad, pero como videojuego PURO, como un producto para otorgarle la mayor diversión posible al gamer, Super Mario Odyssey no tiene competencia alguna.

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