Robots gigantes sacándose la mugre. Es un concepto que tiene años de años, en medios tan diversos como el cine, la televisión, y por supuesto, los videojuegos. Después de todo, es algo súper básico, con lo que muchos de nosotros hemos jugado dese niños, cuando teníamos nuestras figuras de acción y las hacíamos pelear en el piso de nuestro cuartos. Los robots son, a falta de una mejor expresión, chéveres, y si cuentan con espadas o pistolas o rayos, pues tiene sentido que los hagamos pelear. Pregúntenle a Guillermo del Toro, si no. ¿Vieron “Pacific Rim”? Si no, háganlo por favor… pero solo la primera. De la segunda preferimos no hablar, mejor.
Pero me desvío un poco del tema centrral. ¡Robots gigantes! Es un concepto con harto potencial para un videojuego, y aunque “Override 2: Super Mech League” no cumple con todo lo prometido, ciertamente he jugado títulos mucho peores tanto en esta consola como en las de la competencia. Suficientemente intenso y variado, “Override 2: Super Mech League” es un título que nos pone en los zapatos (¿botas? no sé…) de varios tipos de robots, y que se deleita en un entregarnos una experiencia innegablemente absurda. Después de todo, no vale la pena tomarse una idea como esta demasiado en serio, por más de que el juego sí cuente con un modo de Historia (más o menos) y personajes humanos. Lo importante acá es que controlamos robots, y que dichos robots pueden sacarse la mugre entre sí. Si querían algo más, no lo encontrarán en “Override 2: Super Mech League”… pero en ese caso, ¿por qué querrían algo más?
El gameplay no es difícil de entender, y de hecho, está algo simplificado en comparación a la primera entrega, lo cual hace que “Override 2: Super Mech League” sea más fácil de aprender que algunos de los títulos similares que hay para la consola. Uno puede saltar (una o dos veces), hacer un dash, bloquear ataques, agarrar a su contrincante, y más importante, cuenta con cuatro botones para realizar ataques: L, R, ZL y ZL. Básicamente, cada uno representa una forma débil y una forma fuerte de un puñetazo o patada; honestamente, agradezco el que no le hayan dado una extremidad a cada botón. Suena como una conveniencia, pero en la práctica, se siente súper torpe. Y por supuesto, tenemos un ataque especial, el cual puede ser activado al presionar el stick izquierdo luego de llenar una barra amarilla, y que varía dependiendo del robot que uno esté utilizando.
Bastante sencillo, ¿no? Pues en la práctica también lo es…. hasta cierto punto. Los robots son suficientemente lentos, lo cual ayuda a que se sientan como criaturas enormes con mucho peso, y también hace que uno pueda decidir qué botones presionar y cuándo bloquear ataques. Los ataques en sí se sienten satisfactorios y ayudan a que uno pueda acabar con su enemigo (o con sus enemigos, dependiendo del tipo de batalla en la que uno se involucre), pero hay movimientos que no son igual de agraciados o divertidos de ejecutar. Los saltos, por ejemplo, son bastante torpes —incluso cuando uno realiza un salto doble—, y aunque el dash puede ser útil por momentos, se siente como una sobra. En todo caso, como los movimientos —y en particular el ataque especial— varían dependiendo del robot que uno elija, hay bastante de donde escoger. Es cuestión de ir probando, y ver qué le conviene más a cada uno.
Y hablando de los robots —hay 20 disponibles —no todos desde un inicio, por supuesto—, y tienen bastante diferencias, tanto visuales como a nivel de gameplay. Hay desde robots que homenajean a los animes centrados en mechs, hasta diseños más engañadoramente “cute”, que demuestran que no hay que lucir tradicionalmente rudo para poder sacarle la mugre a otros robots. Además, el juego cuenta con un “Ultraman Deluxe Edition”, el cual viene con varios personajes de dicho show clásico. ¡Incluyendo, obviamente, al legendario Ultraman! Súmenle a esto los escenarios variados y, en algunos casos, bastante absurdos, y uno no se puede quejar de la cantidad de contenido con el que viene “Override 2: Super Mech League”. Puede que no tenga el gameplay más refinado del mundo, pero funciona, y puede ser aprovechado de distintas maneras y en diferentes contextos.
Algo similar se puede decir en referencia a los modos de juego… hasta cierto punto. El principal es el de Ligas, en donde uno comienza a trabajar con una agente llamada Zoe, que quiere convertirlo a uno en una celebridad en el mundo de las peleas con robots, intentando conseguirle un auspiciador y toda la nota. No es el modo tipo Historia más profundo del mundo, pero agradecí su inclusión, y hasta detalles como la cumplidora actuación de voz para Zoe. Lo que sí me pareció curioso, sin embargo, es que en vez de contar con bots (ja), dependa tanto de peleas online. Como recibí este código de descarga poco antes de la fecha oficial de salida del juego, casi ni podía encontrar batallas online, incluso horas después de Navidad, lo cual es una verdadera pena. Cuando sí las encontraba, sin embargo, no me encontraba con mayores problemas, por lo que espero que más y más jugadores se metan en los servidores de “Override 2: Super Mech League” en los días que vienen.
Lo mismo se puede decir sobre el modo Quick Match —es online, también. Al menos el juego viene con un modo de Práctica, como para que uno no se olvide de los controles, así como una modalidad multi-player más tradicional de pantalla dividida, para hasta cuatro jugadores. Este es el modo que terminé jugando con más frecuencia, y perdonen si sueno como un viejito, pero lo que al final terminó haciendo que disfrute más del juego. Los modos online están bien y todo, pero no hay nada como jugar junto con dos o tres humanos de carne y hueso, como en los años 90 o principios de los 2000s. Hey, de repente con tanta pandemia, simplemente estoy con ganas de tener más interacciones humanas reales. Comprensible, ¿no?
A nivel audiovisual, “Override 2: Super Mech League” no es el juego más impresionante del mundo, pero cumple su cometido. Las gráficas son suficientemente detalladas, otorgándole una personalidad muy bien definida a cada robot, y hasta desarrollando escenarios llenos de elementos rompibles, y hasta algunos en los que uno se puede ir haciendo daño, como lava. Me gustó el diseño de Zoe, también, así como su actuación de voz, y el juego corre sin mayores problemas tanto en el modo portátil de la Switch, como en el dock para televisión. Es cierto que se ve mejor en la pantalla grande que en la chica, pero tampoco es que sea injugable si es que uno está fuera de casa o sin ganas de usar la televisión. Eso sí, cuando se juega de a cuatro, las cosas se ponen un poquitín más lentas, pero no es que termine por arruinar la diversión para todos. ¡Felizmente!
“Override 2: Super Mech League” es un título que intenta cumplir con los sueños de todo niño de 8 años, que jugaba con sus figuras de acción de Transformers o cualquier otro robot, pensando en cómo lucirían sus ataques y movimientos en un contexto más espectacular. Bueno, acá lo tienen, y aunque no se trata de la experiencia mejor pulida del mundo, tampoco puedo decir que “Override 2: Super Mech League” sea un mal juego ni mucho menos. De hecho, mis mayores problemas con esta propuesta están en algunos de sus defectos de control, y principalmente, en su dependencia al online…. ¡simplemente no quiero que se vuelva casi injugable cuando, eventualmente, tengan que cerrar los servidores! Pero me estoy (súper) adelantando. Fuera de eso, “Override 2: Super Mech League” es un entretenido y hasta adictivo juego de robots gigantes sacándose la mugre entre ellos. Ya veces, eso es todo lo que necesitamos para pasarla bien, ¿no?
Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Modus Games.