Hades – Nintendo Switch (Análisis)

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Hades

$19.99
9.7

Gráficas

9.5/10

Sonido

9.5/10

Gameplay

10.0/10

Controles

10.0/10

Historia

9.5/10

Pros

  • Gráficamente sublime
  • Gran ciclo de vida y muerte
  • Controles responden muy bien
  • Personajes carismáticos
  • Es un excelente port

Cons

  • Pues nada

Sí, sí, sé que he llegado bastante tarde a la fiesta. Después de todo, a “Hades” le fue increíblemente bien el año pasado, luego de que fue porteado a la Nintendo Switch, después de haber estado en formato Early Access en la Epic Store para PC por un buen tiempo. Y efectivamente —y como todos esperábamos—, se trató de un excelente port, que se convirtió en uno de los títulos más populares para la más reciente consola de Nintendo, tanto así que terminó siendo parte de varias listas de lo mejor que nos trajo el 2020. Excepto la mía, claro está. Porque todavía no lo había jugado. Porque no lo había podido comprar.

Casi dos meses después, sin embargo, las cosas han cambiado. Por fin pude comprar “Hades” en la eShop de la Nintendo Switch, y por fin pude disfrutar de uno de los mejores roguelites de acción que haya probado, tanto así que estoy seguro que incluso aquellos que odian los roguelites, la pasarán muy bien con este juego. Se trata, pues, de un título innegablemente entretenido, con un sistema de progreso muy bien implementado, mecánicas de combate realmente satisfactorias, una historia sorprendentemente interesante, y gráficas sublimes. De hecho, me arrepiento ahora de no haber jugado “Hades” el año pasado, ya que, previsiblemente, lo hubiera podido incluir en mi ya mencionada lista de los mejores juegos del 2020. Espero que este análisis compense su ausencia de algún modo.

En “Hades”, controlamos a Zagreus, el hijo rebelde y arrogante de Hades, el dios del Inframundo. Dicho personaje tiene una tarea muy específica: escapar del infierno en una pieza. Evidentemente, dicho objetivo no será fácil de cumplir, ya que el inframundo está lleno de enemigos por derrotar, y una infinidad de habitaciones por completar. El “chiste” de “Hades”, por así llamarlo, es que uno comienza el juego como un personaje increíblemente débil, con pocas armas a su disposición, y ataques bastante patéticos. Pero mientras uno va jugando, avanzando un poco, y muriendo repetidamente, Zagreus se va haciendo más fuerte, obteniendo toda suerte de upgrades, nuevas armas, movimientos más poderosos, y todas las habilidades necesarias para escapar del infierno y ascender el Monte Olimpo.

De hecho, es ahí donde radica la genialidad de “Hades”: por más de que uno tenga que jugar y morir una y otra vez para seguir mejorando, ninguna sesión de juego es igual a la otra. Esto se debe a que, cada vez que uno se adentra en los diferentes lugares por los que tiene que pasar para salir —desde el Tártaro hasta el Elíseo—, no solo puede utilizar diferentes armas, si no  también elegir diferentes caminos para tomar. Cada vez que uno acaba con ciertos enemigos en un cuarto, puede elegir de entre dos puertas para seguir avanzando. ¿Prefieres ganar un upgrade en específico? Entonces elige la puerta con el símbolo correspondiente. ¿O prefieres ganar un poco de oro, para obtener, por ejemplo, un cuarto de sanación en la Casa de Hades, al que puedes acceder entre sesiones de juego? Entonces escoge la otra puerta. “Hades” está lleno de posibilidades, lo cual le otorga un montón de libertad al jugador para diseñar la estructura de su propia aventura.

Ayuda, además, el que se cuente con varios tipos de armas, como ya se ha mencionado. Zagreus comienza su aventura con una espada bastante débil, pero mientras va avanzando, puede ir mejorando dicha arma, o escoger de entre otras opciones, como arcos y flechas de largo alcance, escudos, o hasta látigos que pueden ser mejorados con los rayos del mismísimos Zeus (uno de mis favoritos). Me gusta, además, que los dioses puedan otorgarle ciertos regalos a nuestro protagonista, muchos de ellos armas que le servirán en su aventura. Y dependiendo del dios con el que interactúe Zagreus, obtendrá ítems que mejorarán su ataque (como los rayos ya mencionados), o hasta la velocidad con la que se mueve, o su movimiento de dash. Nuevamente: “Hades” cuenta con muchas posibilidades en lo que se refiere a mejoras, lo cual hace que la experiencial en general sea mucho más rica y menos previsible.

Adicionalmente, “Hades” cuenta con una gran variedad de enemigos, de todos los tamaños y con todo tipo de ataques, desde los que pueden sacarle la mugre a Zagreus de cerca, hasta los que cuentan con ataques de lejos, muchos de ellos dejando marcas en el piso antes de llegar, para que uno los pueda esquivar a tiempo. Los Jefes, además, cuentan con diferentes patrones de ataque, lo cual lo obliga a uno a utilizar distintas tácticas a la hora de enfrentarlos —súmenle a esto el que muchos sean personajes de verdad, con diálogo divertido e interacciones interesantes con el protagonista, y “Hades” se convierte rápidamente en una experiencia llena de personalidad y color. 

Esto se hace evidente, también, cuando uno cruza la Casa de Hades, en donde se puede trabajar en la relación que mantiene nuestro protagonista con los diferentes personajes secundarios (incluyendo a su padre, quien parece tomar por sentado al pobre chico). ¿Sabían que a Cerbero le encanta que la hagan cariñito en su cuellito (o en sus cuellitos), como a cualquier otro perro adorable? Son estos momentos los que diferencian a “Hades” de cualquier roguelite promedio, ya que se esfuerza en construir un mundo palpable e interesante, habitado por personajes con los que da gusto interactuar, y que tienen personalidades muy bien definidas. El diálogo ayuda con esto, además; es muy entretenido, y hasta por momentos uno siente que se está involucrando en una suerte de novela visual, por más de que las similitudes acaben en lo estético y estilístico.

A nivel técnico, “Hades” es una verdadera maravilla. El juego maneja una estética muy específica, haciendo uso de ilustraciones extremadamente detalladas para los personajes durante las conversaciones, y gráficas con vista isométrica durante el gameplay. Todas las locaciones están llenas de estilo y detalles, presentándonos un mundo (¿…o inframundo…?) que luce muy bien, aprovechando al máximo diferentes colores (muy vivos) para representar ataques, movimientos, y hasta la atmósfera de diferentes zonas. Las animaciones son fluidas (¡ese combate!), las actuaciones de voz son perfectas para cada personaje, y hasta la música contribuye a la atmósfera tan particular de la historia. Y como port, la versión de Nintendo Switch no se queda atrás; corre a 1080p en el dock y a 720p en el modo portátil de la consola, casi siempre llegando a los 60 cuadros por segundo. ¡Impresionante!

Sé que muchos otros reviewers han dicho cosas similares, pero eso no evita que me anime a calificar a “Hades” como una maravilla. Se trata de un roguelite de acción que apela tanto a los fanáticos del género como a los que odian ese tipo de juegos; una aventura frenética, profunda, y que aprovecha al máximo un ciclo de vida, violencia y muerte para generar una experiencia imprevisible y extremadamente entretenida. De hecho, lo que mejor hace “Hades” es incitar al jugador a siempre animarse a jugar una sesión más; a siempre mejorar, a siempre seguir, y a siempre tratar de derrotar a ese único enemigo que dejó comiendo polvo a Zagreus la última vez. El hecho de que encima le agregue una historia interesante y personajes carismáticos no es más que la cereza encima del pastel. Si todavía no prueban “Hades”; ¿qué están esperando? Hasta yo me demoré en hacerlo, y ahora me arrepiento de no haberlo descargado antes.



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