Gone Home – Nintendo Switch (Análisis)

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Vamos a casa.
  • Gran historia.

¿Qué tanta interactividad necesitamos en un videojuego? Me imagino que esa es una pregunta que mucha gente se ha hecho, especialmente desde que comenzaron a salir títulos pertenecientes a un género que, hasta hace poco, no era muy popular que digamos —el walking simulator. Pero los juegos de ese tipo, en realidad, hacen que me haga otra pregunta: ¿cuántos tipos de interactividad existen? Porque a pesar de no ser videojuegos en el sentido más estricto o tradicional de la palabra, los walking simulators igual son experiencias interactivas —igual uno controla a un personaje, que puede realizar diferentes acciones, las cuales lo llevan a uno a continuar con su travesía y realizar más acciones. Es distinto, sí, pero tampoco se puede considerar como el equivalente a una película o un libro.

Son cuestiones, en todo caso, que vale la pena considerar, pero que al final del día, tampoco debería arruinar el disfrute que uno tenga con uno de estos juegos. Consideren, si no, a algo como “Gone Home” —un título que ayudó a popularizar a los walking simulators, y que luego de tener mucho éxito en plataformas como la PlayStation 4, llegó a la Nintendo Switch es una versión realmente impresionante. Y sí, recién lo estoy jugando —me di cuenta que nadie lo revisó en su momento para esta web, por lo que me parecía una buena idea tener la experiencia por primera vez, sin mayores expectativas o conceptos premeditados, y compartirles mi análisis. Y como se deben imaginar, quedé tan encantado con “Gone Home” como la mayoría de gamers que lo han probado antes; ¡y ni siquiera soy un gran fanático de los walking simulators!

Eso se debe a que, interactividad o no, “Gone Home” cuenta una excelente historia. Lo que tenemos acá es un juego que desarrolla una narrativa creíble y emotiva de forma engañadoramente minimalista; en donde los personajes (por más de que la mayoría no sean vistos en tiempo real) se sienten como seres humanos verdaderos, y en donde la locación principal se siente como un lugar verosímil y usado. Se trata, pues, de una experiencia memorable y sin igual, en donde la historia y sus protagonistas son los elementos más importantes, pero donde también la interactividad, por muy limitada que sea —no hay ni saltos ni plataformas ni peleas ni niveles ni nada así—, ayuda a que la trama brille y destaque. “Gone Home” no es un juego tradicional… pero tampoco funcionaría del todo si es que no fuese un juego.

Uno controla a Katie, una chica de 21 años que regresa a la casa de su familia luego de haber estado viajando por Europa. Sin embargo, al llegar, todo lo que encuentra es una nota de su hermana de 17 años, Sam —en donde explica que ha tenido que irse, pero sin llegar a mencionar por qué. Es así que Katie se dedica a investigar exactamente qué ha pasado con su hermana —cómo es que terminó desapareciendo, y bajo qué circunstancias. Es un misterio muy bien planteando, en el que uno se involucra revisando cada ítem y esquina de la casa de la familia Greenbriar, descubriendo diferentes facetas y detalles sobre los familiares de Katie.

Porque lo que hace “Gone Home” de manera exquisita, es pintar la existencia de una familia de manera increíblemente realista, a través de diferentes ítems que uno va encontrando mientras explora la casa. Desde cintas de cassette, hasta fotografías y cajones y clósets que uno puede abrir, Katie va encontrando objetos de todo tipo, los cuales ayudan a contar una historia multifacética, con la que muchos jugadores seguramente se podrán relacionar. Los Greenbriar no eran una familia perfecta, y es a través de la investigación de Katie, que uno se va enterando de sus momentos felices, pero también de las situaciones más trágicas y tristes y frustrantes. “Gone Home” desarrolla a sus personajes —tanto los presentes como los no presentes— como seres humanos tridimensionales, y no como simples caricaturas.

Más importante, sin embargo, es que uno va construyendo, pieza por pieza y detalle por detalle, la historia de Sam, y la manera en que fue creciendo y madurando a través de los años. Katie puede ir desbloqueando páginas del diario de su hermana —que cuentan, además, con excelentes narraciones en off—, las cuales van explicando cómo la ausencia de nuestra protagonista afectó el día a día y el desarrollo de Sam —no es solamente un aspecto importante para el desarrollo de la trama y la investigación central del juego, si no también una oportunidad para desarrollar la relación entre estas dos hermanas. Se trata de algo que se siente muy íntimo y realista, y que encima se anima a tocar temas que, para otros desarrolladores, serían tabú. Felizmente, “Gone Home” nunca se siente gratuito ni exagerado; todo va apareciendo de manera orgánica a partir del desarrollo de la narrativa y sus personajes, como debe ser.

A nivel técnico, no tengo queja alguna. El juego se lleva a cabo en primera persona, lo cual ayuda a que uno se identifique mejor con Katie, y verdaderamente sienta que está experimentando todo desde su perspectiva. Las gráficas son suficientemente realistas y están llenas de detalles, y la estética general del juego es muy vistosa, incluyendo detalles de todo tipo que lo ayudan a uno a sentirse como si de verdad hubiera regresado a los 90s. Súmenle a eso unas actuaciones de voz superlativas —aunque no demasiado frecuentes—, y “Gone Home” se termina sintiendo como una experiencia completa; muy bien pulida, y sin mayores defectos. De hecho, el juego corre muy bien en ambas modalidades de la Switch, lo cual es destacable, considerando que “Gone Home” ha salido también para las consolas más poderosas de la competencia.

Con los años, mucha gente ha terminando apreciando a “Gone Home”… pero como suele pasar con la mayoría de productos populares, también se ha ganado a varios haters. En lo personal, he tratado de mantenerme al margen de eso, por lo que terminé jugando “Gone Home” sin saber mucho al respecto. Y aunque, como se mencionó líneas arriba, sí hizo que me pregunte qué es lo que convierte a un videojuego en un videojuego, al final del día, debo admitir que me terminó encantando. A muchos no les gustará su minimalismo o la importancia que le da a su historia, pero los demás, la pasaremos bien con una experiencia emotiva, memorable, y más que nada, honesta. Denle una oportunidad a “Gone Home” —y simplemente consideren que se parece más a una novela visual (pero con otro tipo de interfaz y gameplay) que a un videojuego tradicional. Si lo prueban con la mente abierta, puede que la terminen pasando igual de bien que vuestro servidor.



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