Gleamlight
$19.99
Pros
- Un alto grado de rejugabilidad
- Grado dificultad creciente y meritorio
- Historia que tendrás que descubrir e interpretar por cuenta propia
- Gráficas extrañas pero hermosas
- Alto reto para el jugador al no mostrarte ninguna especie de tutorial
Hay juegos que te dejan marcado una vez que los pruebas. Hay juegos que salen de cualquier formato del cual has jugado y se quedan grabados en tu memoria por esta característica. Y hay juegos que son tan buenos que los terminas poniendo como una valla mental al momento de categorizar algún otro juego que sea del mismo género. Esto lo digo por que últimamente me ha sucedido con estos nuevos indies que han salido a la luz, siendo Gleamlight el del segundo tipo. Es así como les invito a adentrarse en este corto análisis de todo lo visto en el juego de acción, aventura y parte plataforma llamado Gleamlight.
HISTORIA
Un caballero, un mundo completamente hecho de cristal y una serie de fantasmas que pueden herirte más allá de lo que imaginas, y que vivirán de ti, o tú de ellos…
Un historia intrincada por descubrir, llena de pasajes oscuros, sin texto alguno, solo con sucesos que irás descubriendo a medida que avances por el mapa y descubras nuevos parajes. Nuevos lugares por explorar en cada ida y venida de tu pequeño héroe, Gleam. Lugares que en su arte verás un mundo completamente transformado en fragmentos de cristal, y que con tu astucia y avance descubrirás que el único ser con vida y capaz de llegar al final de todo eres tú, a la par de descubrir qué fue lo que pasó en todo este mundo inhóspito y agresivo.
JUGABILIDAD
Gleamlight es un juego que, resumiendo en una sola frase, me ha sacado totalmente de la zona de confort al jugarlo. Esto lo procedo a explicar ya que, teniendo varios títulos a cuestas (como muchos de ustedes), tengo la responsabilidad moral de hacerlo.
En primer lugar: el juego no te enseña nada. No me refiero a que no te deja ninguna lección ni nada por el estilo (eso es algo afín a cada uno por el modo de ver y descubrir la historia) sino que, desde el prólogo, solo verás oscuridad. Con ello aparecerá una espada y nada más. Ni un botón, ni una seña, nada. Tú solo habrás de descubrir que botón realiza qué acción. Esto de por sí no es mucho reto, pero involucra tanto en el avance del juego como la evolución y adquisición de nuevos poderes. Cuando derrotes a los jefes (que explicaré más adelante) podrás adquirir habilidades, pero no sabrás cuál es o cómo funciona, hasta que juegues con todos los botones. Yo no sabía que tenía el poder del “traslado giro” hasta que, para evitar un obstáculo, apreté botones a lo loco y sucedió.
Aunado a lo anterior expuesto, al no mostrarte nada eso incluye el avance en el juego. Esto quiere decir que cada nivel por el cuál te movilizarás no contará con ninguna especie de mapa al cual consultar, y con ello muchas veces llegarás a callejones sin salida.
Para poder ser de ayuda en este aspecto, tengo que dejarte con una mecánica clave: destruye todos los orbes rojos raros que veas en tu camino. Estos orbes rojos, al destruirse, funcionan como unos switches que abrirán caminos, permitiéndote avanzar a otro nivel. No todo el camino es algo lineal, ya que así como avanzas, también podrás retroceder.
En medio del juego no encontrarás puntos de guardado, sino que todo será recordado automáticamente. En el caso que mueras (lo que sucederá muchas veces, creéme) resucitarás en una sección del nivel en dónde esté situada una roca, en la cual estará insertada la espada que usas.
Esto es importante porque de cierta manera extraña está aunado a un gran factor del juego: su rejugabilidad. En sí mismo el juego es corto (derroté al jefe “final” a la hora de iniciar el juego) pero una vez que procedan los créditos, podrás iniciar todo nuevamente y será desde el mismo punto dónde derrotaste a jefe. A partir de ahí será todo un ascenso, pero te percatarás como muchas cosas han cambiado. Tanto el mapa como los enemigos será diferentes, y con ello habrás de cambiar tu modus operandi, y a su vez te permitirá adentrarte más en el mundo del juego y obtener nuevas habilidades.
Con lo expuesto en el párrafo anterior, al decirte que tendrás una alta rejugabilidad por volver a pasar el mapa y ver cómo ha cambiado todo el lugar que te envuelve y qué tanto los enemigos han evolucionado, está un poco por demás decirte que la dificultad se irá incrementando con cada vez que lo juegues.
Este importante factor para muchos en este tipo de juego no solamente se da por todos estos cambios, sino por el hecho de que podrás fácilmente perderte en el mapa si no estás atento a los detalles, y por una cosilla más: no tienes ninguna referencia a tu barra de vida. Esto me llamó la atención mucho más del juego, ya que fácilmente morirás hasta que te des cuenta que cómo poder ver ese factor. Solo te daré una pista: presta atención a tu propio brillo. Fin.
Una mecánica relacionada al tema de la vida y que me dejó un tanto sorprendido es una que no vi llegar: al hacer daño a tus enemigos, absorberás su vida; si ellos te lo hacen, absorberán la tuya. Este pequeño pero fundamental factor hará del enfrentamiento con los jefes toda una odisea, y será de mucho agrado personal el lograr derrotarlo, te lo aseguro.
ASPECTOS AUDIOVISUALES
Al estar rodeado de un mundo lleno de fragmentos de cristales, los colores son de un tono vidrioso y llegan a tener unos tonos un poco difíciles de explicar. Es ahí dónde reside la belleza de este juego. Todo el ambiente que te rodea (menos tu espada y tú) están hechos de este material. Incluyendo los enemigos, que son curiosos y a la vez aterradores por justamente esta imagen fractal que genera este material en el juego. Algunos de ellos serán más aterradores que curiosos, y al haber una buena variedad de ellos harán de la experiencia del juego una más memorable de lo que quisieras.
Ya de por sí en modo portátil tiene una extraña (pero un tanto comprensible) belleza que te atrapa, y en modo TV en mucho más apreciable. Absolutamente recomendado jugarlo en ese modo.
Hay que resaltar el modo en cómo los desarrolladores decidieron retirar todo modelo de HUD (dónde generalmente aparece la vida y minimapa) para que el jugador se centrara en todo el ambiente que les rodea y tenga una experiencia inmersiva al 100%.
A pesar de estar en tan alto podio el plano gráfico, su aspecto musical no es uno tan acertado o inmersivo como el anterior. Cierto es que los temas compuestos para el juego son exactos para el mismo, al ser tétricos y muy misteriosos, habiendo temas que hasta por momento te hacen sentir soledad y misera en sus notas más oscuras; pero de cierta manera llegan a “ahogarte” al no presentarse una variación. Quizás el haber adicionado un ritmo más acelerado en las melodías al estar cerca de la muerte, o efectos de sonido a los enemigos hubiera sido un plus muy positivo, pero no es el caso aquí. No denigra la experiencia ni mucho menos, pero la merma al ponerla en conjunción con el plano gráfico.
UNA LUCHA CONSTANTE, EN EL QUE CADA ENFRENTAMIENTO TENDRÁ UN SIGNIFICADO DIFERENTE…
Cuando un juego de un género del cual ya crees haber visto todo te muestra mecánicas que no habías visto antes te genera una sensación de perdido al instante, pero por el mismo hecho de ser un jugador (y seguir el sagrado código de no rendirte jamás) te llegas a adaptar tarde o temprano. Es este proceso de adaptación lo que da valor al juego, ya que no solo te refresca el género para animarte a seguir experimentando, sino que te hace un símil a la vida y de cómo tienes que seguir luchando, vengan los cambios que vengan. Esto es lo que en buena medida te deja Gleamlight, aparte de la historia oscura, mecánicas escasas de ver en este género, la buena rejugabilidad del título y su ambientación audiovisual oscura y absorbente. Un gran título merecedor de ser añadido a tu biblioteca gamer en la Switch, sea el tipo de jugador que seas.
Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por D3publisher.
