The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition (Nintendo Switch) Análisis

Wow. Sé que se anunció ya hace meses, pero el hecho de que la gente de CDProjekt Red haya podido hacer entrar “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition” en un solo cartucho de 32 GB para la Nintendo Switch me sigue pareciendo impresionante. Se trata, pues, de un juego realmente inmenso, de una aventura en mundo abierto que de seguro muchos ya han disfrutado en consolas como la PlayStation 4, con gráficas de otro mundo, y una resolución que les hizo sangrar los ojos. Es un título que fue hecho, desde un principio, para consolas poderosas, con specs más similares a las de una PC cara…. lo cual, evidentemente, hace que me pregunte: “¿cómo diablos hicieron para que entre en un cartuchito para la Nintendo Switch?”

Pues tuvieron que sacrificar mucho menos de lo que uno esperaría, aunque no lo crean. Porque “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition” es precisamente lo que podrían inferir gracias al título: una versión completa del juego, la cual incluye todos los DLCs que salieron por separado para las consolas de la competencia. Es decir, no solo tenemos una obra maestra como “The Witcher 3: Wild Hunt” para la Nintendo Switch, una consola portátil, ¡si no que encima tenemos una versión estilo “Game of the Year”, con contenido extra!

¿Cómo diablos lo hicieron?

Pues sacrificando las gráficas. No me tomen a mal, “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition” no es un juego horrible, ni mucho menos, pero en comparación a sus versiones para los sistemas de la competencia, definitivamente luce como una experiencia de una generación pasada (o menos). Las texturas tienen resoluciones bajísimas, el mundo abierto tiene algo de pop-in, cosa que no veía hace tiempo, y hasta elementos como el pelo o los árboles lucen como… bueno, como versiones inferiores a lo que uno puede disfrutar en las otras versiones. No me animaría a decir que parece una versión en HD de un juego de GameCube, porque tampoco es para tanto, pero definitivamente se nota que tuvieron que bajarle mucho a las gráficas para que el juego sea jugable en la Switch. Súmenle a eso el hecho de que corre a una resolución de 540p en el modo portátil, y a 720p en la televisión, y “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition” definitivamente se siente como el primo malnutrido y pobre de las otras versiones.

Pero hey… ¡lo podemos jugar de manera portátil, y eso es lo más impresionante!

Porque siendo justos, jugar “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition” para la Nintendo Switch en el dock para televisión no es la mejor de las experiencias. De hecho, ahorita no cuento con una televisión, por lo que solo he podido probar el juego de esa manera una sola vez, y…. no lo recomiendo. Es ahí, en una pantalla grande, donde uno se da cuenta de los mayores defectos del juego: las texturas estilo GameCube, el paupérrimo draw distance, y por supuesto, la falta de anti-aliasing, lo cual, creo yo, empeora el look del juego a uno 50%. Nunca tomen el anti-aliasing por sentado, por favor; tener bordes suaves definitivamente hace que la mayoría de juegos contemporáneos luzcan mucho mejor de lo que cualquiera hubiera podido esperar hace años. No estamos en la época del PlayStation 1, después de todo.

Pero en modo portátil… ahí es donde el juego me dejó con la boca abierta. Si ya de por sí jugar “Breath of the Wild” o “Skyrim” de manera portátil era bastante impresionante, hacer lo mismo con “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition”… bueno, digamos que es algo que no había experimentado antes. Tenemos en la palma de nuestras manos un juego enorme, complejo, lleno de personajes memorables, cutscenes que han pasado a la historia, y secuencias de acción y exploración increíblemente bien aprovechadas; ¡en la palma de nuestras manos! El hecho de que la gente de CDProjekt Red solo haya tenido que sacrificar gráficas y resolución para poder tener el juego en la Switch me parece alucinante. Después de todo, todavía recuerdo la época de la Wii, en donde muchos juegos third party sacrificaban de todo, desde modos online hasta niveles enteros, para poder sacar sus títulos en dicha consola. Felizmente ese no es el caso de “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition” (¡porque es una Complete Edition!)

No obstante, si querían una experiencia completamente suave, por así llamarla, en la Nintendo Switch, pues deberían comenzar a buscar en otra parte. Con eso quiero decir que no recomendaría jugar “The Witcher 3: Wild Hunt” por primera vez en esta consola (a menos que no tengan una PC y nunca piensen comprarse sistemas de la competencia y, por ende, no tengan ninguna otra opción). El framerate oscila entre los 24 y 30 fps, lo cual no está mal, pero podría sentirse anticuado para algunos, y los controles, aunque correctos, tienen sus diferencias con los de las otras versiones. Esto se debe más que nada a la manera en que los botones están colocados en los Joy-Cons, y por ende, puede fastidiar más a la hora de jugar en el modo portátil del sistema. Si piensan usar el Pro Controller, dudo que vayan a tener problemas.

¿Pero qué hay del juego en sí? Pues es en una aventura en mundo abierto basada en las novelas de Andrezj Sapkowski (muy recomendables; ahorita voy en la tercera). Uno controla a Geralt, el Witcher del título, una suerte de cazador de monstruos mutante con habilidades realmente impresionantes, y… bueno, no pienso malograrles la trama. Es demasiado interesante y compleja como para ser arruinada por un humilde análisis (después de todo, tienen una gran fuente de inspiración: los libros). El punto es que, a nivel de gameplay, absolutamente nada ha cambiado en relación a las versiones originales del juego. Todo, desde la exploración hasta el combate fluye de manera alucinante, convirtiendo a “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition” en una de las experiencias de mundo abierto más fascinantes y adictivas para la Switch. Por más que no sea la versión original, creanme que las 150 horas de juego se pasarán rápido.

Sí, podría argumentarse que “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition” no fue hecho para una pantalla tan pequeña como la de la Switch, y por ende, podría resultar algo incómodo para ciertos jugadores, acostumbrados a una vista mucho más amplia a la hora de jugar este tipo de juegos. Sí, sí, algunos enemigos se ven demasiado pequeños, y la utilización de los menús puede llegar a ser algo rara… nuevamente, no es la forma ideal de jugar este juego. Pero se nota a leguas que la gente de CDProjekt Red hizo lo mejor que pudo para traer este juego a la Switch, haciendo lo posible porque se sienta como la misma experiencia que uno tuvo en las otras consolas, solo que con gráficas algo anticuadas. En ese sentido, es superior a otros ports, como el de “Mortal Kombat 11” o “Wolfenstein”, e igual de satisfactorio y bien hecho que el de  “Doom”.

Si nunca han jugado “The Witcher 3: Wild Hunt”, vale (mucho) la pena que se compren la “Complete Edition” para la Nintendo Switch. Pero si ya se lo han pasado mil veces en otras consolas, probablemente sería mejor que busquen otras propuestas… a menos claro que, como yo, sean estudiantes viviendo en el extranjero que no tienen televisor, y que pueden aprovechar para pasarse el juego en el tren o en el bus (o idealmente, en otros lugares públicos menos peligrosos). Se trata del mismo juego de siempre, una aventura de mundo abierto increíblemente bien escrita, con una trama intrigante, personajes memorables, y un sistema de combate que, al menos a mi, siempre me gustó. Si pueden ver más allá de las gráficas anticuadas, la baja resolución, y los 30 cuadros por segundo, de seguro que la pasarán de lo lindo con “The Witcher 3: Wild Hunt — Complete Edition”. En lo que a mi concierne… ¡ya quiero que salga la serie para Netflix de “The Witcher 3” protagonizada por Henry Cavill!