Speed 3: Grand Prix – Nintendo Switch (Análisis)

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Speed 3: Grand Prix

$39.99
2.9

Gráficas

1.5/10

Sonido

2.0/10

Gameplay

5.0/10

Controles

2.0/10

Multijugador

4.0/10

Pros

  • Buena cantidad de carros
  • En teoría funciona

Cons

  • Gráficas pobrísimas
  • Pistas aburridas
  • Sonoramente repetitivo
  • Controles no responden bien
  • Mal optimizado

No me cansaré de decirlo: me encantan los juegos de carreras. Me encanta la velocidad, me encanta el poder atravesar pistas en todo tipo de lugares y hasta países o planetas (dependiendo del tipo de juego que se esté probando), y me encanta disfrutar de las distintas maneras en que los desarrolladores pueden innovar en este género. Se trata, pues, de un tipo de juego que es fácil de crear, pero difícil de hacer bien.

Speed 3: Grand Prix” es un gran ejemplo de esto último.

La premisa de “Speed 3: Grand Prix” no es del todo complicada: se trata de un juego tipo Fórmula 1, en donde uno compite en diferentes carreras, y tiene que tener cuidado a la hora de chocar con otros carros o hasta elementos de las pistas, ya que explotar resulta muy fácil. Es un título que no trata de ser un simulador en lo absoluto, si no que más bien quiere entregarnos una experiencia más tipo Arcade. Relajada y poco realista, pero en teoría, divertida.

En teoría.

Porque “Speed 3: Grand Prix” tiene que ser uno de los peores —si es que no es el peor— juegos de carreras que haya probado en la Switch. Lo que tenemos acá es un producto hecho a medias, con gráficas terribles, pocas pistas y menos vehículos, lamentables opciones de personalización, y lo peor: controles que parecen haber sido programados por un alcohólico y/o drogadicto. Hace tiempo que no probaba un título tan incompetente en la consola más reciente de la Gran N.

Desgraciadamente, “Speed 3: Grand Prix” no es una secuela de las películas de “Speed” (la primera con Keanu Reeves y Sandra Bullock, y la segunda con Bullock y un Willem Dafoe con cara de loco). Algo igual de entretenido que “Speed 2: Cruise Control”, al menos, hubiese sido malo, pero al menos involuntariamente gracioso. Pero no. Desde que uno enciende su Switch y hace click en el ícono del juego, se da cuenta que está a punto de probar un título de ínfima calidad: los menús son horribles y aburridos, y las opciones de juego extremadamente limitadas. Tengo juegos de carreras más complejos para mi Nintendo 64.

Consideren, si no, el hecho de que los carros casi ni pueden ser customizados. O el que el juego no cuenta con ninguna licencia de la vida real, por lo que en vez de simplemente tratar de crear marcas nuevas creativas o nombres divertidos para los carros, los desarrolladores simplemente incluyen nombres de marcas que suenan como las verdaderas, pero sin llegar a infringir el copyright. “Speed 3: Grand Prix” se siente como una parodia en más de un sentido; como si hubiese sido desarrollado por gente que no ha jugado videojuegos desde mediados de los 90, y que cree que un producto así podría atraer a gamers contemporáneos.

Esto último también se hace notar en el apartado técnico. Las gráficas son realmente horribles, haciendo uso de vehículos poco detallados, animaciones acartonadas, y pistas terriblemente diseñadas. Ninguno de los niveles es memorable o siquiera entretenido, y los vehículos no se diferencian lo suficiente los unos de los otros, ni visualmente, ni a nivel de controles. Además, “Speed 3: Grand Prix” corre de manera paupérrima en el dock para la TV, pero incluso peor en el modo portátil de la consola; es ahí donde las gráficas se tornan más borrosas, los controles menos precisos, y más importante incluso, el framerate más inestable. Considerando lo mal diseñado —y lo mucho que el juego se parece, a nivel gráfico, a varios juegos para el anteriormente mencionado Nintendo 64—, esto no tiene excusa alguna.

Pero dejo lo mejor (¿?) para el final: los controles. Apenas me metí en mi primera carrera en “Speed 3: Grand Prix”, me di cuenta que no la pasaría bien. No importa qué pista elijas o que carro conduzcas: cada uno se siente como un tanque a pedal, con giros increíblemente lentos, y una respuesta de control letárgica. Súmenle a esto el hecho de que los carros terminan explotando por un “quítame esta paja”, y la experiencia de “Speed 3: Grand Prix” se torna increíblemente frustrante. En vez de ganar carreras, en una experiencia adrenalínica y emocionante, uno se la pasa explotando en pistas mal diseñadas, manejando carros que parecen más de Hot Wheels que otra cosa. Ni Michael Bay incluye tanta explosión innecesaria en sus películas.

Si este análisis es relativamente corto, es porque no tengo mucho más que decir sobre “Speed 3: Grand Prix”…. y porque se trata de un título con poquísimo contenido, y que ni provoca seguir jugando después de un par de horas (o menos). Nadie está diciendo que todos los juegos de carreras (o de Fórmula 1) tienen que ser realistas, o tienen que contar con todas las licencias de todas las marcas habidas y por haber. Todo lo que necesitaba “Speed 3: Grand Prix” era gráficas decentes (ni siquiera increíbles), y más importante, gameplay bien acabado y controles precisos. Desgraciadamente, el juego no cuenta con nada de eso, y por ende no puedo recomendarlo. Es una pena, pero “Speed 3: Grand Prix” es de lo peor que he jugado este año. A ver si para la próxima se esfuerzan un poquito más…

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Orange One.



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