Sea of Solitude: The Director’s Cut (Nintendo Switch) – Análisis

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Sea of Solitude: The Director's Cut

$19.99
8

Historia

8.0/10

Narrativa

9.0/10

Jugabilidad

5.0/10

Diseño

9.0/10

Música

9.0/10

Pros

  • Hermoso diseño de arte y música.
  • La forma que toca un tema tan importante como la depresión.
  • La narrativa enfocada en resaltar momentos muy fuertes de la historia.
  • Actuaciones de voz (inglés) y guion.

Cons

  • Jugabilidad muy estándar, no aporta nada nuevo.
  • Diseño de escenarios amplios, pero sin nada interesante para explorar.
  • Misiones secundarias muy básicas.
  • Problemas con colisiones y lag en comandos de salto.

Sea of Solitude: The Director’s Cut es un vistoso juego que explora de forma excepcional el tema de la depresión, pero que a nivel jugable no propone nada novedoso.

Nuevamente me toca hablar sobre un videojuego que profundiza una temática social y psicológica. Y es que, con el pasar de los años, se ha demostrado que las propiedades interactivas de los videojuegos son ideales para contar historias que impacten de una forma mucho más profunda en las personas, ya que nos permite empatizar en distintos niveles con personajes y situaciones con los que normalmente nos solemos identificarnos.

Sea of Solitude: The Director’s Cut es un pequeño pero muy interesante juego que tiene como enfoque principal la depresión. Esto no es casualidad, ya que precisamente la salud mental es uno de los temas más descuidados por el estado, existiendo un gran porcentaje de personas que no le da importancia o que consideran que la depresión es un problema menor. Por eso es importante reconocer y felicitar a los diferentes artistas y desarrolladores de juegos que tocan esta temática en una de las industrias de entretenimiento que más dinero mueve en el mundo. 

Sea of Solitude: The Director’s Cut ha sido desarrollado por el estudio Jo-Mei y fue publicado originalmente en el año 2019 para plataformas como Playstation 4, PC y Xbox One. Pero como ya es costumbre en muchos títulos independientes, el juego ha sido adaptado para Nintendo Switch y publicado de la mano de Quantic Dream. 

Esta edición contiene además algunos cambios que van más acorde a la idea original de la directora Cornelia Geppert, que es un guión reescrito, un nuevo elenco de actores de voz, nuevas escenas y animaciones para transmitir la experiencia narrativa y de juego de la manera más completa.

Historia

Sea of Solitude: The Director’s Cut nos presenta la historia de Kay, una joven que parece haber recibido una maldición, ya que su cuerpo está cubierto por un velo negro y lo que parece ser un manto de plumas. Kay está pasando por un cuadro alto de depresión, desesperanza y soledad extrema mientras se encuentra a la deriva en un pequeño bote en medio de una tormenta. Sin embargo, conoce a un ser de luz que la empieza a guiar por este mundo, el cuál parece ser una ciudad inundada.

Mientras nuestra protagonista recorre este viaje para encontrar respuestas y recobrar la luz, irá afrontando diversas emociones muy intensas que se manifiestan como monstruos que quieren destruirla. Es entonces que tendremos que ayudarla para interactuar con estos monstruos, apaciguar todas esas energías negativas y encontrar la paz interior.

Narrativa

No puedo profundizar mucho más en la historia sin revelar algún spoiler. Sin embargo, debo decir que me ha sorprendido mucho la forma en que se toca los diversos enfoques de la depresión y cómo esta afecta a las personas de su entorno.

El ritmo con el que fluye la trama es bastante rápido, pudiendo terminar el juego en poco más de 4 horas. También hay que resaltar el buen balance entre los momentos de luz y los de oscuridad extrema, siendo estos últimos los más emocionales e intensos.

A pesar de tener una historia sencilla, lineal y sin muchas complicaciones, es lo suficientemente profunda y clara como para lograr empatizar con sus personajes y poder así entender un poco del proceso mental que sufre una persona con depresión. Por ese motivo considero que, como materia de estudio, Sea of Solitude: The Director’s Cut podría tener muchos usos educativos para personas que sufren o han sufrido de depresión, como también para aquellos que nunca lo han sufrido. 

Jugabilidad

Lamentablemente, este es el punto donde más flaquea Sea of Solitude: The Director’s Cut.  Todo lo bueno que presenta el juego en historia y narrativa se pierde con una jugabilidad sosa, lineal y muy poco novedosa. 

Se trata de un juego de exploración y plataformas donde tendremos que ir investigando las diferentes islas de esta ciudad inundada. En el camino podremos realizar algunas misiones secundarias, cómo encontrar cierto número de gaviotas o botellas con mensajes escondidos. Además de la exploración, tendremos algunos puntos para absorber la oscuridad y las energías negativas de algunos espíritus y atraparlos en una mochila naranja que cargamos en la espalda.

En este punto, el ritmo de juego irá alternando entre navegar en el bote, bajar a una zona, explorar y subir de nuevo para continuar avanzando. Fuera de eso, no tenemos nuevas mecánicas más que resolver algunos rompecabezas muy básicos. Es por eso mismo que nace la crítica a la pobre jugabilidad de este título, ya que juegos con temática similar innovaron de alguna forma con alguna mecánica que se relacione directamente al concepto del juego, o que tenga algún impacto vinculante con la historia, cosa que no sucede en este caso.

Quiero dejar en claro que no digo que sea un mal título, sino que solamente cumple con presentar los elementos básicos para una jugabilidad estándar, sin nada nuevo. Al concentrar todos sus esfuerzos en la narrativa, se olvidaron de la jugabilidad.

En el aspecto técnico, Sea of Solitude: The Director’s Cut presenta algunos errores menores en programación, ya que se generan fallas como un ligero lag en los controles al momento de correr y saltar en espacios reducidos y las insoportables colisiones que fallan constantemente, sobre todo al intentar subir o bajar del bote. A nivel diseño de niveles, tenemos las fastidiosas paredes invisibles, que restringen el acceso a ciertas partes del escenario. A pesar de no ser problemas que arruinan la experiencia, si pueden ser un poco tediosos.

Diseño de arte

Sea of Solitude: The Director’s Cut nos presenta un hermoso diseño artístico con el motor cel-shading. Si has jugado y/o disfrutado con títulos como RiME o Abzu, te sentirás automáticamente atraído por este nuevo mundo que se presta mucho a la exploración. Como mencioné en un principio, el juego presenta un gran balance entre escenarios de luz y sombra, teniendo al crepúsculo como recurso en algunos momentos clave del juego. En todo momento se ve fantástico.

La manera en que la atmósfera cambia dependiendo del momento y hora del día genera más ganas de querer explorar todo este nuevo mundo. Lamentablemente, en la ejecución se termina sintiendo muy vacío y lineal, en parte por la falta de elementos para interacción y por otra porque las recompensas por explorar no son satisfactorias.

Por otro lado, es importante destacar el gran trabajo de actuación de voz en inglés. Al ser un juego donde importaba tanto transmitir correctamente las emociones, creo que hicieron un gran trabajo en las interpretaciones, reforzados por un fantástico guión. Han sido pocos los juegos que han logrado emocionarme en base únicamente a sus actuaciones de voz y lo que logran aquí, especialmente en los momentos clave de la historia, es realmente conmovedor. Se agradece la inclusión de voz en español, pero es una pena que sea solamente al español de España.

Música

Como no podía ser de otra manera, la música de Sea of Solitude: The Director’s Cut es realmente hermosa, emocional y está fantásticamente bien ejecutada. Fue compuesta por el músico Guy Jackson, quien dividió los temas entre los sonidos ambientales para las fases de exploración y las melodías más elaboradas en las escenas clave de la historia.

Es en estas últimas donde su uso levanta tremendamente la intensidad de los momentos, los cuales se caracterizan principalmente por ser bastante tristes, llenos de dolor y melancolía, pero también de esperanza. El piano es uno de los instrumentos clave para todas las composiciones. Realmente vale la pena escuchar individualmente cada pieza.

Conclusiones

Sea of Solitude: The Director’s Cut es un juego que te cautiva desde el primer minuto, tanto por su gran diseño de arte, como por la nube de misterio que se va creando en la historia y la forma en que se va contando a cada paso de esta experiencia. La forma en que se retrata el tema de la depresión es sobresaliente por su realismo y porque además pone en la palestra este tema que necesita realmente tener la importancia debida.

A medida que vamos descubriendo cada uno de los enredos de esta aventura y lo crudas que pueden ser algunas de las escenas, es inevitable sentirse atraído a continuar jugando. Debido a su corta duración, es posible disfrutar este juego en una sola tarde sin ser para nada agotador.

Lamentablemente, Sea of Solitude: The Director’s Cut flaquea mucho en el tema de la jugabilidad, porque a pesar de no ser mala, tampoco propone nada nuevo, ninguna mecánica fuera de lo común ni algo que ayude a elevar la experiencia. Juegos como What Remains of Edith Finch o Brothers: A Tale of Two Sons, nos enseñaron que con un poco de trabajo y creatividad se puede hacer algo fantástico con poco presupuesto. Sería bueno revisar esos referentes.

A pesar de ello, nada quita que a nivel visual y cómo experiencia jugable, Sea of Solitude: The Director’s Cut  es una propuesta muy interesante y que sin duda alguna pueden disfrutar muchas personas de diferentes edades o si son jugadores casuales o más entusiastas. Puedo decir sin miedo alguno que pueden darle una oportunidad.

Este análisis fue realizado con un código de descarga de Nintendo Switch brindado por Quantic Dream.



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