Onirike – Nintendo Switch (Análisis)

3
7.4
Un platformer diferente.
  • ¡A saltar para no desaparecer!

Onirike” es un juego muy peculiar —un platformer en 3D que casi ni se enfoca en el combate, y que más bien prefiere desarrollar un mundo extraño, oscuro, casi como salido de una película de Tim Burton, en donde uno se tiene que preocupar por la supervivencia del protagonista. No se trata de un reto particularmente complicado, pero sí de un juego que podría ser disfrutado por todo tipo de jugadores, por más de que sus controles no sean tan precisos como los de otros exponentes del género. Sin embargo, fuera de los defectos en los que me adentraré líneas abajo, lo que tenemos acá es un título bastante original, que resalta de entre tanta propuesta barata y genérica en la Nintendo Switch. Al menos por eso, le podemos otorgar varios puntos.

La historia es sorprendentemente triste… o al menos es presentada de manera triste, con una narradora británica que, valgan verdades, hace un buen trabajo a la hora de decirnos cómo se siente el personaje principal. ¿Pero quién es él? Pues se llama Prieto, y es un ser que, día tras día, va perdiendo la memoria de lo que ha hecho, sintiéndose perdido y fuera de lugar en un mundo bastante extraño, habitado por criaturas no tan similares a él. Pero cuando por fin encuentra un objeto que lo ayuda a conservar sus recuerdos —que, a la vez, sirve como el sistema de guardado del juego… ¡qué buena!—, se adentrará en una aventura que le permitirá develar los secretos de este mundo, y hasta, potencialmente, escapar de él.

A nivel de gameplay, “Onirike” es un juego sencillo. Uno se mueve con el stick izquierdo, controla la cámara con el derecho, salta con B, e interactúa con A. No hay mucho más, realmente, ya que mucho de lo que uno hace, depende del contexto en el que se encuentra. Lo que sí termina siendo interesante, más bien, es la mecánica de supervivencia que tiene que utilizar Prieto para no tornarse invisible. Básicamente, cuando uno descubre la runa que le permite guardar al inicio del juego, termina en un campo de flores blancas, en donde Prieto puede flotar para recolectar unas esporas, que puede llevar de vuelta al mundo “normal”.

Dichas esporas son de extrema importancia, ya que le permiten a Prieto sembrar unas plantas llamadas Gypsophilia. La cosa es que, mientras uno va jugando, va despareciendo gradualmente, y a menos que vaya consumiendo estas plantas —las cuales, al menos al inicio, aparecen con frecuencia—, puede desvanecerse por completo. Se trata de un sistema bastante inteligente, el cual le otorga un reto adicional al juego, obligando a uno a consumir estas plantas… cuando le conviene. Porque en otras secciones, uno tiene que mantenerse invisible, más bien, para evadir a los Devoradores de Alma. A esto me refería con el contexto: el juego hace un buen trabajo introduciendo nuevas mecánicas y hasta nuevas habilidades, las cuales pueden ser utilizadas de diferentes maneras, dependiendo de lo que Prieto necesite en el momento.

Evidentemente, el juego también incluye algunos puzzles por resolver, y aunque no son particularmente complejos, logran otorgarle algo de variedad al título. Y las secciones de plataformeo también aparecen de cuando en cuando, las cuales, lamentablemente, ponen en evidencia algunas de las limitaciones de control de “Onirike”. En general, el pobre Prieto se controla de manera demasiado letárgica, como si fuese demasiado pesado y demasiado resbaloso a la vez. Y aunque saltar no es tan difícil, no se siente tan satisfactorio como a uno le gustaría. Ciertamente he probado peores platformers, incluso en la mismísima Switch, pero considerando lo original y atmosférico que es el juego, me hubiese encantando que se controle mejor.

No obstante, donde “Onirike” realmente sufre, es en el apartado técnico… o al menos ese era el caso antes del Parche de Día Uno que los desarrolladores sacaron. Las gráficas son de gran calidad, haciendo uso de diseños realmente únicos, desde los personajes secundarios que uno encuentra desde la primera locación, hasta el mismísimo Pietro, quien no podría lucir más miserable. Pero es precisamente debido a esta fidelidad gráfica —asumo—, que “Onirike” solía correr terriblemente en la Switch, especialmente en el modo portátil de la consola. Antes del parche, el framerate de “Onirike” era bastante bajo, y se trababa con cierta frecuencia. No obstante, si compran el juego ahora y descargan del parche inmediatamente, se encontrarán con una experiencia suficientemente fluida, con un framerate constante, y pocos problemas técnicos. Sí, algunas texturas podrían ser de mayor resolución —incluyendo las de algunos rostros—, pero en general, se nota que los desarrolladores se han esforzado en mejorar una experiencia que, inicialmente —y para muy pocos jugadores, felizmente— no era ideal.

Lo que tenemos acá, pues, es un juego de plataformas original y oscuro, con una estética innegablemente atractiva, y conceptos llenos de potencial. Por más de que la versión original —sin parche— de “Onirike” no corra muy bien, considerando que el 99% de personas van a jugar la versión actualizada, no hay mucho de lo que me pueda quejar en lo que se refiere al desempeño técnico. Sí, los controles son algo lentos; sí, algunas secciones de plataformeo pueden llegar a ser frustrantes, y sí, la narración en off puede llegar a tornarse repetitiva, pero fuera de eso, “Onirike” termina siendo una experiencia entretenida y sorprendentemente seria, que felizmente ha sido corregida y aumentada para correr de manera decente en la Nintendo Switch. Si lo que buscan es un platformer un poco diferente a lo que solemos ver en la consola, “Onirike” es una muy buena opción.

Este análisis fue realizado con un código de descarga para la eShop de Nintendo Switch brindado por Badland Publishing.



7.4
Un platformer diferente.
  • ¡A saltar para no desaparecer!
Comentarios
Loading...